
Fuente: FG Trade Latin
- ¿Existe el “urbanismo de la felicidad”? Descubrimos cómo el diseño del entorno donde viven los niños y niñas puede contribuir a su bienestar
- La caminabilidad, las zonas verdes, una movilidad amigable o la posibilidad de jugar o de socializar son aspectos clave
La felicidad es una meta humana fundamental, y alcanzarla no solo depende de factores individuales. La Asamblea General de las Naciones Unidas sostiene que gobiernos y organizaciones internacionales deben invertir en condiciones que la favorezcan, garantizando los derechos humanos e incorporando dimensiones de bienestar y medioambiente en sus marcos políticos.
Sin embargo, no siempre se tiene en cuenta que el diseño urbano juega un papel fundamental en nuestra felicidad. También en el bienestar infantil, estrechamente ligado a las condiciones del entorno urbano. Ciudades con acceso a espacios verdes, infraestructura para el juego y zonas seguras para la socialización contribuyen al bienestar de la infancia, fortalecen el tejido social y mejoran la calidad de vida de toda la comunidad.
- “El diseño urbano juega un papel fundamental en nuestra felicidad”
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En este Día de la Felicidad, damos algunas ideas de cómo los municipios pueden mejorar las vidas de todos los niños y niñas a partir del diseño urbano.
Una ciudad donde jugar
El juego no solo es importante para el desarrollo de los niños y niñas, sino también para su bienestar emocional. Según el último Barómetro de Opinión, entre los elementos más importantes para la felicidad de los más jóvenes están los que tienen que ver con sus aficiones y hobbies y la práctica de deporte y ejercicio físico.
Sin embargo, las ciudades no siempre permiten el juego no reglado o juego libre. Con el paso de las generaciones, el radio de juego se ha ido reduciendo debido a factores como el crecimiento urbano, el aumento del tráfico y la disminución de espacios públicos seguros. La falta de espacios obstaculiza el ejercicio de este derecho y muchos municipios prohíben jugar en determinadas zonas.
El pasado mes de febrero, en Cataluña los grupos parlamentarios aprobaron por unanimidad una modificación de la ley para que el ruido de los patios escolares no sea considerado contaminación acústica, a partir de las protestas de unos vecinos por el ruido que hacían los niños de un colegio. Para el Instituto de Infancia del ayuntamiento de Cataluña, el sonido de los niños jugando en los patios escolares no debe considerarse ruido, sino una manifestación de su derecho al juego y la socialización, y recuerdan la importancia de los patios escolares:
“Limitar el uso de los patios tanto en horario escolar como fuera del horario escolar supondría un retroceso en la garantía de muchos derechos de los niños que confluyen a la vez (educación, salud, descanso, juego, etc.) y una pérdida de oportunidad de otros beneficios que se desprenden como la mejora de la vida comunitaria o la reducción de las desigualdades”, aseveran.
Una ciudad con zonas verdes y naturaleza
Otro aspecto vinculado al bienestar es la presencia de zonas verdes en las ciudades. Algunos autores señalan la necesidad de acercar la naturaleza a los barrios, especialmente en aquellos más vulnerables, y los expertos hacen hincapié en la importancia de aspectos como el acceso al agua, los parques, la vida silvestre, los paisajes restaurados y los senderos para el bienestar mental.
Qué es el ‘déficit de naturaleza’ y cómo afecta a los niños y niñas
La autora Jennifer Roe describió los siete pilares de las ciudades restauradoras: el acceso a espacios verdes, al agua, ciudades sensoriales, ciudades que faciliten las relaciones sociales, ciudades que promueven la actividad física, ciudades jugables y ciudades inclusivas, diseñadas para personas de todas las edades, géneros, estratos socioeconómicos y capacidades. Los espacios verdes promueven además estilos de vida saludables y hacen que sea más fácil socializar.
Una ciudad por la que se pueda caminar
Una movilidad amigable también es clave para nuestra felicidad. Que haya calles peatonales, ciclovías seguras y transporte público eficiente reducen la dependencia del automóvil, disminuyen la contaminación y promueven una vida más activa y conectada.
La caminabilidad es un concepto que beneficia a todos los ciudadanos, especialmente a la infancia. El estudio Cities Alive: Towards a walking world recopiló 50 beneficios de caminar de forma regular en las ciudades, entre ellos:
- Hace que la gente sea más feliz: cambiar un trayecto en coche por una caminata diaria puede aumentar la felicidad de manera significativa.
- Fomenta la interacción social: un diseño más seguro y atractivo hace que la gente quiera pasar más tiempo en las calles, devolviendo la vitalidad a los vecindarios.
- Mejora el sentido de pertenencia: pasar tiempo caminando por un vecindario hace que las personas lo conozcan mejor.
- Conecta a personas de distintas generaciones: hacer que las calles sean más transitables ayuda a unir a personas de todas las edades, incluidos los niños y niñas.
Una ciudad con zonas para socializar
El urbanismo puede suponer un impacto decisivo en las relaciones entre personas. En las ciudades, los espacios públicos, verdes y de proximidad mejoran los vínculos sociales y vecinales, algo que a la larga impacta positivamente en nuestra salud mental, y también en la de la infancia. Además, hay otros lugares donde crear comunidad, como las plazas, mercados, bibliotecas y espacios culturales.
Los espacios públicos mejoran la socialización, el ocio y el bienestar mental
Según el informe Healthier Cities and Communities Through Public Spaces de ONU-Hábitat, que los espacios públicos fomentan la cohesión social al brindar oportunidades para interacciones sociales, eventos culturales y actividades comunitarias.
A veces, basta con muy poco: reducir el tráfico y aumentar las zonas peatonales transforma las calles en espacios vivos y seguros para la infancia, permitiendo que personas diferentes y de distintas generaciones se encuentren. Esto fortalece los vínculos sociales, reduce el aislamiento y mejora el bienestar mental.
Planificación y participación
De acuerdo con nuestro cuaderno para la acción local Propuestas para una planificación urbana sostenible y responsable con la infancia, la planificación urbana tiene un papel central en la garantía del bienestar de la población. Lo hace a través de políticas urbanas, del metabolismo urbano y de la calidad de los espacios que usamos (espacios públicos, equipamientos, vivienda, lugares de trabajo, etc.):
“La salud de la población es un indicador clave para medir el progreso de las ciudades. La promoción de ciudades saludables debe abordarse de manera integral con la participación y cooperación de numerosos agentes del territorio y con un papel decisivo por parte de los responsables de la planificación urbana.
Situar a la salud y el bienestar en el centro de los procesos de planificación urbana es fundamental para promover estilos de vida saludables, construir comunidades cohesionadas, mejorar las condiciones de los grupos más vulnerables y reducir las desigualdades en las zonas urbanas”.