8 razones para seguir defendiendo los derechos de las mujeres y niñas

08/03/2022 | Covid-19, Derechos de la Infancia, Educación, Igualdad de género, Inclusión, Pobreza, Protección

Derechos niñas

Ron Haviv VII Photo/ Apochi Owoicho-UNICEF Nigeria / Omid Fazel-UNICEF Afganistán / Bashir Ahmed Sujan-UNICEF Bangladesh

 

  • La crisis sanitaria ha supuesto un retroceso en la prevención del matrimonio infantil, la mutilación genital femenina, el embarazo adolescente o la violencia de género
  • “No podemos dejar que una generación de niñas cargue con el coste de esta pandemia durante el resto de sus vidas”, dice Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF
  • Conoce nuestra campaña Unidos por los derechos de las niñas

 

Si el mundo era un lugar hostil para las niñas, lo es más aún después de la pandemia. La emergencia sanitaria ha cerrado escuelas o paralizado programas contra los matrimonios infantiles, la violencia de género o la mutilación genital femenina. En consecuencia, se calcula que estos tipos de violencia contra las niñas y adolescentes se dispararán en los próximos años.

La directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, ha reconocido el avance de la comunidad internacional en materia de igualdad y ha celebrado “los extraordinarios logros alcanzados por las mujeres y las niñas en nuestras sociedades”. Pero admite que la lucha por la igualdad de género está lejos de terminar.

“Incluso antes de la COVID-19, la desigualdad de género seguía siendo la injusticia más generalizada y significativa de nuestro tiempo. Sin embargo, la pandemia ha agravado aún más sus consecuencias”, dice Russel.

“A medida que nos adentramos en el tercer año de la COVID-19 y tratamos de avanzar hacia una era pospandemia, la verdadera recuperación debe ser igualitaria desde el punto de vista de género”, recalca.

Alcanzar la igualdad de género es una cuestión de derechos humanos, y aún queda mucho camino por andar. He aquí ocho motivos por los que todos y todas debemos seguir trabajando para conseguir un mundo más igualitario:

 

1. Educación: más de 11 millones de niñas podrían no regresen a la escuela tras la pandemia

 

La pandemia ha tenido un gravísimo impacto en la educación mundial, especialmente en la de las niñas. Los cierres de colegios afectaron a 635 millones de estudiantes de todo el mundo, y muchos llevan más de dos años viendo vulnerado su derecho a la educación. Pero la peor noticia es que se calcula que once millones de niñas jamás volverán a las aulas.

Para muchas de ellas, la escuela no es solamente el lugar donde aprender y construir su futuro: es, además, el sitio donde detectar y protegerse de violencia, matrimonios precoces, mutilación genital femenina o embarazos no deseados.

 

2. Violencia de género: Cuatro de cada 10 adolescentes piensan que el maltrato a las esposas está justificado

 

La crisis sanitaria y los confinamientos también dispararon los casos de violencia contra mujeres y niñas, como advierte ONU Mujeres, principalmente la violencia en el hogar. En muchos países, los esfuerzos y los recursos que se empleaban para dar respuesta a la violencia contra las mujeres se han destinado a paliar la COVID-19.

El informe Measuring the shadow pandemic: Violence against women during COVID-19 de ONU Mujeres confirma que la pandemia de COVID-19 ha resultado en un aumento de la violencia contra las mujeres.

“A medida que los confinamientos obligan a los niños a pasar más tiempo en sus casas, las niñas asumen una mayor parte de las tareas domésticas. Muchas se ven obligadas a convivir estrechamente con un maltratador, separadas de los servicios y las comunidades que les ayudan a protegerse. La violencia de género, incluida la violencia sexual, está en aumento”, confirma Russel.

 

3. Matrimonio infantil: 650 millones de niñas y mujeres se han casado antes de los 18 años

 

El matrimonio infantil es un fenómeno nocivo para millones de niños y principalmente de niñas, resultado de varios elementos que incluyen desigualdad de género, pobreza, abandono escolar y marcos legales y políticas que no protegen a la infancia. Las mayores tasas se encuentran en algunos países de África, aunque también en Asia o América Latina, y suele darse más habitualmente en contextos de pobreza o emergencia.

Durante los primeros meses de la pandemia este fenómeno se duplicó según un estudio de la ONG Wold Vision, que advierte que el riesgo de pobreza por la crisis pone en riesgo a cuatro millones de niñas para 2022.

El abandono escolar puede desencadenar en matrimonios forzados: al ser apartadas de las aulas, las familias de muchas niñas recurren al matrimonio infantil o al trabajo infantil para aliviar sus cargas económicas.

 

4. Mutilación genital femenina: 200 millones de niñas y mujeres la han sufrido

 

Antes de la COVID-19, se estimaba que 68 millones de niñas corrían el riesgo de ser víctimas de mutilación genital femenina (MGF) entre 2015 y 2030. Pero debido a que la pandemia sigue provocando el cierre de escuelas y la interrupción de los programas que ayudan a proteger a las niñas de esta práctica nociva, se calcula que habrá dos millones más de casos de mutilación genital femenina durante la próxima década.

El aumento de la inversión es fundamental para poner fin a esta práctica, una de las más violentas que pueden ejercerse contra una mujer o niña.

A nivel local, el papel de las instituciones y de las asociaciones es muy importante para la prevención, por ejemplo con la creación de grupos interdisciplinares para sensibilizar a las familias.

 

5. Violencia sexual: 1 de cada 20 chicas de 15 a 19 años ha sufrido relaciones sexuales forzadas

 

El cierre de escuelas ha tenido aún más daños colaterales: también supone que muchas niñas no puedan encontrar apoyo frente a problemas como la violencia de género o la violencia sexual. Al estar cerradas las escuelas es más difícil para las organizaciones que trabajan en la protección de las niñas en situación de vulnerabilidad acceder a ellas, especialmente en zonas rurales.

ONU Mujeres estima que casi una de cada cuatro adolescentes de 15 a 19 años que ha mantenido una relación ha experimentado violencia física y/o sexual por parte de su pareja.

 

6. Crisis de refugiados con rostro de mujer

 

El mundo entero está pendiente del conflicto de Ucrania, país del que ya han huído dos millones de personas según ACNUR. Ante una nueva crisis de refugiados, es importante recordar que las mujeres y las niñas son quienes sufren mayores estragos a causa de los daños provocados por los conflictos o los desplazamientos forzados.

Las crisis humanitarias o de refugio deben incluir el logro de la igualdad de género: cuando las mujeres y niñas migrantes y refugiadas se empoderan, desempeñan un papel central en sus comunidades y economías. Para ello es necesario abordar las necesidades propias de las mujeres y las niñas, incluir sus voces, y prever la rendición de cuentas ante ellas.

 

7. Víctimas de trata: tres de cada cuatro víctimas no es identificada

 

La trata de personas es una grave violación de derechos humanos que afecta especialmente a mujeres y niñas, principalmente cuando tiene como fin la explotación sexual. En España, se calcula que hay 45.000 mujeres y niñas afectadas.

Sin embargo, un estudio publicado por UNICEF y la Universidad Pontificia Comillas muestra que tres de cada cuatro víctimas no es identificada, y pone de manifiesto la necesidad de contar con datos fiables, completos y reales para abordar el problema de la trata en nuestro país.

La campaña No Hay Excusas busca visibilizar el fenómeno de la explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes, desnaturalizarlo y motivar una postura de condena en la sociedad, como parte de la búsqueda de solución que debe involucrar a todos y todas.

 

8. Ciudades que dejan a las niñas atrás

 

Aunque más sutiles, las niñas y adolescentes enfrentan otras discriminaciones desde que nacen. Por ejemplo, la falta de referentes femeninos en áreas como la ciencia o su invisibilización, que hace que las niñas encuentren más difícil imaginarse en una carrera de ciencias. Y, en un mundo cada vez más urbanizado, los espacios públicos de las ciudades suponen para las niñas una serie de barreras y vulnerabilidades específicas.

Los espacios de juego comunitarios también pueden reproducir desigualdades de género que hacen que las niñas se muestren más relegadas a la periferia e inactivas; sin embargo, eso cambia cuando el diseño de los patios adquiere una intencionalidad inclusiva.

Dentro de la búsqueda de ciudades inclusivas también para las niñas, un ejemplo de diseño urbano con enfoque de igualdad de género lo propone la iniciativa Her City Toolbox, de ONU-Habitat, una herramienta que pone en el centro a mujeres y niñas desde un enfoque participativo.

 

“Las niñas empoderadas son un factor de progreso”

 

“No podemos dejar que una generación de niñas tenga que cargar con el coste de esta pandemia durante el resto de sus vidas”, destaca Russel. “Las niñas deben constituir el elemento central de los planes mundiales, nacionales y locales de respuesta y recuperación de la pandemia”.

Para ello, la directora ejecutiva de UNICEF hace varias propuestas:

  • mantener las escuelas abiertas para que las niñas puedan reanudar su educación,
  • invertir en recursos para contribuir a que todas aquellas que se han quedado atrás puedan recuperarse,
  • reinvertir en su salud y educación, incluida la salud sexual y reproductiva,
  • mejorar su acceso a servicios de salud e higiene menstrual de calidad,
  • proteger a las niñas de todas las formas de violencia, incluidas las prácticas nocivas como el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina.

 

Desde los municipios, los gobiernos locales también se han puesto manos a la obra para crear entornos de igualdad para todos y todas. Con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, los ayuntamientos de Ciudades Amigas de la Infancia de Andalucía se han unido al llamamiento de Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales para pedir:

  • Reinvertir en la salud y la educación de las niñas, incluso en su salud y derechos sexuales y reproductivos, y mejorar el acceso de las niñas a servicios de salud e higiene menstrual de calidad.
  • Proteger a las niñas de todas las formas de violencia, incluidas las prácticas nocivas como el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina.
  • Las niñas empoderadas impulsan el progreso. Las niñas de todo el mundo están defendiendo sus derechos y pidiendo exactamente este tipo de medidas. Tenemos que escucharlas. La estabilidad, la paz y la prosperidad mundiales dependen de ello.

 

“Las niñas empoderadas son un factor de progreso”, concluye Russel. “Las niñas de todo el mundo están defendiendo sus derechos y pidiendo exactamente este tipo de medidas. Tenemos que escucharlas. La estabilidad, la paz y la prosperidad mundiales dependen de ello”.

 

  • En UNICEF trabajamos para combatir la discriminación que sufren millones de niñas en todo el mundo, diseñando acciones que contribuyan a su desarrollo pleno y su empoderamiento
  • Súmate a la campaña Unidos por los derechos de las niñas

 

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