- António Guterres denuncia que la generación más joven no ha contado con suficientes oportunidades para la participación y cree que debe ocupar un lugar en los debates
- El Secretario General de la ONU propone crear un Índice de la Juventud en la Política para hacer “un seguimiento de la apertura del espacio político que las generaciones más jóvenes están demandando tan claramente”
Los jóvenes no han sido la principal víctima mortal de la pandemia, pero sí se han visto muy afectados en otros aspectos cruciales para sus vidas. La crisis ha tenido un impacto en su educación o sus planes de futuro laboral, especialmente para las mujeres jóvenes. Durante la pandemia se ha pensado poco en el bienestar y salud mental de la adolescencia, un colectivo especialmente invisibilizado.
Esta crisis también ha dificultado a miles de chicos y chicas el ejercicio de otro derecho fundamental: la participación. La dificultad para realizar reuniones presenciales debido al virus ha hecho más difícil ejercer su derecho a expresarse a aquellos ciudadanos que aún no cuentan con el derecho al voto.
Es cierto que los y las jóvenes de todo el mundo cada vez tienen un rol más activo en política, liderando causas como la acción climática, la igualdad de género o la justicia racial y social. Desde UNICEF hemos procurado aportar para que la participación no se detuviera ni siquiera en momentos de emergencia y muchos grupos de participación infantil y adolescente han continuado con sus actividades, a pesar de las dificultades, de forma online. Sin embargo, ¿se han sentido los jóvenes escuchados, y han contado con suficientes oportunidades para hacerse oír?
Pocas oportunidades para la participación
Muchos opinan que no ha sido así. Entre ellos, António Guterres, Secretario General de la ONU, quien defiende el papel el papel fundamental de los chicos y chicas en crisis como la actual ya que son una fuente de “innovación, ideas y soluciones”. Durante la sesión de apertura de la Conferencia de Alto Nivel sobre Procesos de Paz Inclusivos para los Jóvenes los pasados 20 y 21 de enero, Guterres defendió que los chicos y chicas deben ocupar un lugar en los debates, a la vez que crean “soluciones inclusivas que combinen la paz y la seguridad, el desarrollo sostenible y los derechos humanos”.
Sin embargo, para Guterres, las oportunidades de participación efectiva de la juventud siguen siendo insuficientes. “Numerosos jóvenes que promueven la paz -especialmente mujeres jóvenes- afirman que su participación no es bien recibida por el público ni por quienes ocupan puestos de poder. La comunidad internacional debe intensificar su apoyo a los jóvenes en estos esfuerzos”, destacó.
En el plano mundial se ha reconocido oficialmente a la juventud como actor decisivo en los marcos intergubernamentales sobre la paz y la seguridad, el desarrollo sostenible, el cambio climático, los derechos humanos y la acción humanitaria. No obstante, incluso a ese nivel no siempre se da una participación verdadera, ni se garantiza tampoco la diversidad geográfica, de género, de ingresos y de otra índole.
Sistemas que no escuchan a los jóvenes
En informe de la ONU Nuestra Agenda Común: trabajar con los jóvenes, Guterres recuerda que escuchar a la juventud y trabajar con ella es un compromiso de los Estados miembro recogido en la Declaración sobre la conmemoración del 75.º aniversario de las Naciones Unidas.
“La juventud nos dice que nuestros sistemas no la escuchan de verdad, que son cortos de miras y que no toman en serio sus preocupaciones”, indica el informe. Y eso tiene consecuencias: los adolescentes sienten una gran desafección política, como muestran todos los estudios, y en general los movimientos de protesta liderados por la juventud han nacido de una gran desconfianza hacia la clase política tradicional y el deseo de participar en la toma de decisiones.
Los jóvenes se han sentido ignorados e infrarrepresentados durante la pandemia
El informe de la ONU añade que escuchar las necesidades y opiniones de la juventud e incluirla de verdad en los procesos decisorios es beneficioso para todos: “Son inversiones que darán resultados inmediatos y ayudarán a consolidar el capital humano y la cohesión social para el más largo plazo”.
Destaca que algunos países han ofrecido a las generaciones más jóvenes la posibilidad de participar en las decisiones que las afectan, a través de consejos de la juventud, parlamentos o ministerios. Un ejemplo es el de España donde, además de los consejos de participación infantil municipales o autonómicos, recientemente se ha constituido un Consejo Estatal de Participación.
Sin embargo, muchas veces son gestos simbólicos y se hacen al margen de los procesos políticos. Por ello, Guterres propone varias medidas: entre ellas, la creación de la Oficina de las Naciones Unidas para la Juventud, y la creación de un “índice de la juventud en la política”, cuyo fin sea “seguir de cerca, en distintos países del mundo, la apertura de los espacios políticos que las generaciones más jóvenes exigen tan claramente, así como la participación de la juventud en esos procesos”.
Representar a las generaciones futuras
El informe también habla del principio de la equidad intergeneracional, que consiste en reconocer las responsabilidades para con las generaciones futuras. Pero, ¿cómo tener en cuenta a las personas que todavía no han nacido y que no tienen voz? ¿Cómo representar a las generaciones del mañana?
Es algo que ya se ha hecho más veces. En 1987, la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo llegó a la conclusión de que el “despilfarro” de las generaciones de ese momento estaba cerrando las posibilidades de las futuras generaciones y pidió medidas para protegerlas. Desde entonces, la UNESCO ha hecho una Declaración sobre las Responsabilidades de las Generaciones Actuales para con las Generaciones Futuras y algunos países han designado “comités para el futuro” o “comisionados para las generaciones futuras” que asesoran a los gobiernos y los órganos públicos sobre los efectos que tendrán en la población del futuro las decisiones que se tomen hoy. Poco a poco, se legisla con las personas aún no nacidas en mente.
Sin embargo, en la formulación de políticas sigue predominando el cálculo a corto plazo. Algo que puede verse claramente en las políticas actuales en torno al clima y el desarrollo, por ejemplo, que tendrán un gran impacto en las generaciones futuras principalmente de África y Asia.
Para tener en cuenta a estas personas que habitarán la Tierra, el informe de la ONU propone varias ideas. Por un lado, reforzar la capacidad de entender y evaluar el futuro, e incorporar una mentalidad a largo plazo en las políticas y decisiones importantes. También, crear foros e instrumentos específicos para proteger los intereses de las generaciones futuras a todos los niveles de gobernanza, un cargo de “Enviado Especial para las Generaciones Futuras”, cuyo titular representaría los intereses de las personas que van a nacer el siglo que viene, y una Declaración sobre las Generaciones Futuras, que incuiría los deberes para con las generaciones venideras. Todo con el objetivo de proteger los intereses de las generaciones futuras y garantizar la justicia intergeneracional.