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- La discriminación y la exclusión “limitan el acceso a los servicios básicos y agravan las privaciones y la pobreza intergeneracional”, dice la Directora Ejecutiva de UNICEF
- Sufrir discriminación racial deja secuelas persistentes y a largo plazo en el bienestar y la salud mental de los niños y niñas
- Entre las pautas para garantizar una participación inclusiva está abordar las diferentes barreras que afectan a la infancia
Nacionalidad, origen, etnia, idioma, religión… Nadie debería ser tratado de forma distinta por ninguno de estos motivos y, especialmente, ningún niño o niña. Vivir libre de discriminación y exclusión es crucial para el bienestar de la infancia e incluso para acceder a los servicios necesarios para sobrevivir y prosperar.
Es, por tanto, un derecho que deben garantizar los gobiernos, según deja claro la Convención sobre los Derechos del Niño.
Sin embargo, no todos los niños y niñas disfrutan de ese derecho, como demuestra el informe de UNICEF Rights denied: The impact of discrimination on children. La pandemia de la COVID-19 y el impacto del cambio climático han acentuado las desigualdades y la exclusión.
Dato: En la encuesta realizada a través de U-Report a más de 407.000 jóvenes, la mayoría −el 63%− dijeron que la discriminación es frecuente en las escuelas o las comunidades. Casi la mitad dijeron que la discriminación ha tenido consecuencias significativas en sus vidas o en la vida de alguna persona importante para ellos.
“No es solo una cuestión de percepción”, dice en el prólogo del informe Catherine Russell, Directora Ejecutiva de UNICEF. “En la medida en que limitan el acceso a los servicios básicos, la discriminación y la exclusión son perjudiciales para la salud, la nutrición y la educación de los niños, y agravan las privaciones y la pobreza intergeneracional”.
Cómo deja huella la discriminación
En una etapa tan importante como la infancia, el concepto que tenemos sobre nuestra propia raza y origen étnico y sobre el papel que desempeñamos en la sociedad procede de nuestras experiencias, conversaciones e interacción con nuestros pares. Por eso, sufrir discriminación a una edad tan temprana resulta tan nocivo.
Russell advierte de que, en particular, la discriminación racial se ha catalogado como una fuente crónica de trauma que deja secuelas persistentes y a largo plazo en el bienestar y la salud mental de los niños y niñas.
Dato: Las políticas disciplinarias de las escuelas de los Estados Unidos afectan de manera desproporcionada a los estudiantes de raza negra. Los alumnos negros tienen una probabilidad cuatro veces mayor que los estudiantes blancos de ser expulsados temporalmente entre preescolar y el 12º curso.
Según el informe, haber sufrido discriminación tiene estos efectos en la vida de un niño o niña:
- Menoscaba su derecho a participar.
- Acentúa la pobreza y las privaciones intergeneracionales.
- Limita su acceso a los servicios esenciales y, por lo tanto, su condición de salud y su estado nutricional suelen ser precarios.
- Aumenta la probabilidad de estos niños y niñas a ser encarcelados, de presentar tasas más altas de embarazo en la adolescencia y de obtener ingresos más bajos y acceder a menos oportunidades de empleo en la edad adulta.
- Limita la capacidad de los progenitores y las comunidades para brindar un apoyo que propicie la resiliencia y el desarrollo del niño.
- Hacer frente a la discriminación diariamente en la adolescencia −trátese de acoso, agresión o negación del acceso a los servicios− genera estrés y puede derivar en otros problemas de salud, como fatiga, dolores de cabeza, ansiedad o depresión.
- Internalizar los estereotipos negativos se relaciona con resultados académicos deficientes y con diferencias en el rendimiento escolar.
Construyendo espacios de tolerancia
Los propios jóvenes son quienes tienden a ver la discriminación como un problema más serio que las personas de mayor edad.
Dato: En España, el 69% de los menores de 30 años consideran que la discriminación racial y étnica en sus sociedades es un problema grave, en comparación con el 44% de las personas de 65 años o más.
En consecuencia, chicos y chicas lideran iniciativas contra la discriminación que sufren ellos o sus pares, y el informe incluye algunos ejemplos de estas acciones en sus comunidades, ciudades y municipios.
Zambia
Los niños y niñas en tránsito están expuestos a numerosas violaciones de sus derechos. En Zambia, chicos y chicas migrantes de 13 a 19 años participaron en un proyecto de UNICEF Zambia para dar a conocer cuáles eran los desafíos principales a los que solían enfrentarse, e hicieron propuestas para mejorar las vidas de los chicos y chicas en su situación, como darles información sobre cómo procesar sus documentos, cómo denunciar problemas de seguridad, u ofrecerles oportunidades de estudio y ocio.
“Deseo cambiar la percepción de la gente sobre los niños refugiados”, dice Lydia, de 18 años. “Quiero que sepan que ser un niño refugiado no es una elección”.
Italia
Debido a su ubicación geográfica, Italia es un país de destino y tránsito de jóvenes inmigrantes. La campaña OPS! de UNICEF Italia, aspira a crear conciencia sobre el racismo y la xenofobia y a contrarrestarlos mediante contenidos y mensajes generados “por los jóvenes y para los jóvenes”.
Los 12 chicos y chicas que participaron examinaron los problemas a los que se enfrentan por su condición de migrantes, como los discursos de odio y la impunidad en torno a ellos, o la representación generalizada de la migración como una “crisis global”.
España
En España hay muchas acciones que están llevando a cabo los municipios para garantizar la tolerancia y la no discriminación. Entre ellas:
- Acciones de los municipios para la lucha contra la pobreza y la discriminación, disminuir la brecha digital, fomentar el desarrollo sociocultural o programas para población en riesgo de exclusión o de intervención comunitaria.
- Frente al aumento de narrativas xenófobas, una de las acciones del grupo asesor de UNICEF España fue contar con aportaciones de chicos y chicas migrantes, de la mano de la Asociación Marroquí de Málaga, para hacer aportaciones en el Marco Estratégico contra la xenofobia y el racismo del Gobierno.
- Tras la invasión de Rusia a Ucrania, municipios de toda Europa han participado en la acogida e integración de niños y niñas refugiados, así como su integración a largo plazo.
- Otra acción contra la discriminación ha sido fomentar la participación en los centros de acogimiento, donde los chicos y chicas se enfrentan a grandes barreras para participar.
Consejos inclusivos
La participación infantil y adolescente debe ser inclusiva, es decir, que “debe brindar oportunidades para que los niños y niñas en situación de vulnerabilidad participen y deben desafiar los patrones existentes de discriminación”. Debe incluir a los niños y niñas de todos los orígenes, y responder a las necesidades, expectativas y situaciones de diferentes grupos, como especificamos en nuestro cuaderno de acción local de participación.
¿Cómo garantizar que exista diversidad en los consejos de participación? Algunas de nuestras pautas para una participación inclusiva incluyen abordar las diferentes barreras que afectan a la infancia, como las basadas en el estigma, las físicas, de comunicación (incluyendo las relacionadas con la brecha digital), económicas o legales.
Por ejemplo, a la hora de facilitar la participación de los niños y niñas con discapacidad, hay que abordar las barreras físicas y los espacios deben contar con los recursos necesarios (materiales, apoyo profesional) para ellos y ellas.
Otras medidas para acabar con las barreras son facilitar el acceso a niños en situación vulnerable, incorporar mediadores o traductores, instaurar un procedimiento de quejas seguro y accesible que permita expresarse a aquéllos que sufren discriminación o acoso escolar, etc.
