Ciudades con menos coches: una utopía hacia la que caminamos

15/09/2023 | Buenas prácticas, Ciudades y niños, Medioambiente, Planificación urbana, Previas, Salud, Urbanismo

coches ciudades infancia

Fotografía: Diana Moreno

 

  • En las áreas urbanas, los vehículos son una de las principales fuentes de emisiones contaminantes que afectan, principalmente, a la infancia. Cada vez más ciudades en todo el mundo toman medidas para reducirlos

 

Las mujeres embarazadas expuestas a la contaminación dan a luz bebés más pequeños. Es lo que muestra un estudio realizado en casi 5.000 recién nacidos de cinco países de Europa, y una prueba más de este problema tan común en las áreas urbanas de todo el planeta afecta desproporcionadamente a la infancia.

El problema de la contaminación: más del 90% de las personas de todo el mundo respiran aire que la Organización Mundial de la Salud considera potencialmente dañino.

La contaminación atmosférica mata prematuramente a siete millones de personas en el mundo al año y, según todos los estudios, la infancia es quien sale peor parada. Los niños y niñas son más vulnerables y tienen más problemas de salud causados ​​por factores ambientales que los adultos, según un informe hecho en España, que analiza el fenómeno del cambio climático junto con otros factores como la contaminación del aire, el ruido o los pesticidas. Incluso, se especula que vivir en zonas contaminadas también tiene un vínculo con la obesidad infantil, según otro estudio realizado en Cataluña.

 

La contaminación atmosférica afecta más a la infancia

 

Recientemente, el Parlamento Europeo ha dado un paso importante para abordar el problema de la contaminación en el aire, pidiendo a la Unión Europea que adopte las normas de calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud para 2035. Garantizar en nuestras ciudades un aire limpio es también un asunto de derechos de infancia.

 

Los coches, fuente de emisiones

 

Como muchos estudios confirman, el transporte es una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo.

Los automóviles emiten dos clases de emisiones: las que afectan al calentamiento global (CO2) y las que son perjudiciales para la salud de las personas (óxidos de nitrógeno NOx, monóxido de carbono CO, compuestos de plomo, anhídrido sulfuroso y otras). Las primeras van directas a la atmósfera y provocan el efecto invernadero; las segundas tienes más consecuencias negativas en las ciudades.

 

El transporte fue responsable de cerca de una cuarta parte de las emisiones de CO2 en la UE en 2019, de las cuales el 71,7%% provino del transporte por carretera

 

Según el Ministerio de Transporte, el transporte fue responsable de cerca de una cuarta parte de las emisiones de CO2 en la Unión Europea en 2019, de las cuales el 71,7% proviene del transporte por carretera. Los coches son el principal contaminante, con un 60,6% del total de las emisiones del transporte en carretera de Europa, que representa aproximadamente una quinta parte de las emisiones de la Unión Europea.

 

 

Además, el ministerio señala que el transporte es el único sector en el que las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado en las últimas tres décadas, con un incremento del 33,5% entre 1990 y 2019.

Para reducir las emisiones de CO2 de los coches, recomiendan hacer que los vehículos sean más eficientes, cambiar el combustible utilizado, compartir el coche o cambiar al transporte público, la bicicleta y los desplazamientos a pie. Es decir, que encontrar formas de hacer que las personas dependan menos de sus automóviles es esencial para mitigar el cambio climático.

 

Ciudades que reducen su tráfico

 

Por todo eso, muchas ciudades están empezando a tomar medidas para reducir el espacio concedido a los coches y limpiar su aire. Entre esas medidas están las limitaciones de velocidad, las restricciones de tráfico o un diseño urbano que le dé prioridad a las bicicletas, al transporte público o al desplazamiento a pie.

En España, donde el sector transporte por carretera es responsable del 26,9% de las emisiones de gases de efecto invernadero, se está intentando reducir esos gases para 2050 con medidas como la reducción de velocidad o la creación de Zonas de Bajas Emisiones en algunas ciudades: se trata de áreas que pretenden disuadir o restringir el acceso de ciertos vehículos contaminantes. Según la normativa climática de la Unión Europea, a finales de este año todos los municipios de más de 50.000 habitantes de España deben contar con su Zona de Bajas Emisiones.

 

 

Aunque se están dando casos de retroceso con respecto a algunas medidas, como por ejemplo, con la reciente retirada de carriles bici en ciudades como Elche o Valladolid, o la petición de paralización de un proyecto de las ‘Supermanzanas’ en Barcelona). En muchas otras ciudades de toda Europa vemos una misma tendencia: la de un diseño urbano que reduce el espacio de los automóviles para concedérselo a sus ciudadanos, ganando con ello en calidad del aire y en espacios para una movilidad más activa.

Algunos ejemplos:

 

  • En París, cuando los niveles de contaminación aumentan, el transporte público es gratis y solo los vehículos “limpios” pueden acceder a la ciudad. Además, la carretera a lo largo del río Sena se ha peatonalizado, como parte de la campaña de la alcaldesa para retirar los automóviles de la ciudad y hacerla más amigable para los ciclistas.

  • Copenhague cuenta con casi 1.500 km de carriles bici, lo que hace que la bicicleta sea la forma más rápida y segura de moverse por la ciudad.
  • En Oslo y Estocolmo han recurrido a los peajes para restringir el tráfico.
  • Londres redujo el tráfico en el centro en un 33% tras la introducción en 2003 de la tasa de congestión.
  • En Oslo, la sustitución de espacios de aparcamiento por peatonalizaciones y carriles bici protegidos redujo el uso de automóviles un 19%.
  • En Helsinky, la mejora del 5% en el entorno peatonal condujo a un aumento del 2,3% en el uso del transporte público.
  • En Bruselas, el nuevo plan de circulación que limita el tráfico de paso provoca una caída del 25% en el número de coches y un aumento de un 36% en el de las bicicletas.
  • El otoño pasado, la ciudad de Nueva York prohibió en gran medida los automóviles a lo largo de su congestionada calle 14 en Manhattan.
  • Chicago Chicago aumentó en un 135% su red ciclista, y ha disminuido en un 54% los accidentes, en un 60% los fallecidos y aumentado el uso de la bicicleta en un 167%.

 

 

Como vemos, reducir los coches tiene muchos más beneficios que mejorar la calidad del aire que respiramos. Cuanto más caminable es una ciudad, mejores y más fuertes son los lazos que se generan en la comunidad, mejor es nuestra salud física y más felices somos.

El Día Mundial sin Coche, que se celebra el 22 de septiembre, hace un llamamiento a los ciudadanos para dejar este medio de transporte por un día y probar nuevos medios de desplazamiento. La “caminabilidad“, concepto de mide cómo de amistosa es un área para los peatones, no solo nos hace más resilientes frente a las crisis medioambientales y los desafíos urbanos: también vela por los derechos de los niños y niñas, por ejemplo existe evidencia que muestra los beneficios asociados con ir caminando al colegio.

 

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