“El recorrido ya va teniendo resultado”: Hablamos con los municipios del proyecto de protección a la infancia

01/04/2024 | Buenas prácticas, Ciudades Amigas de la Infancia, Entrevista, Gobernanza local, Participación Infantil, Poyecto protección, Previas, Protección, Protección social, UNICEF, Violencia contra la infancia

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Grupo motor de Alzira. UNICEF España / Hugo Palotto

 

  • El proyecto piloto de protección desde lo local de UNICEF España “nos ha ayudado a no trabajar en el caso ya grave sino en la prevención”
  • Un aumento de las notificaciones, más trabajo en red y fomento de la participación infantil: son las mejoras que ya están notando quienes trabajan en prevención
  • “¿Qué cambios habéis visto gracias al proyecto?”

 

Llegar antes de que se produzca la violencia contra la infancia: ese es el objetivo de nuestro proyecto piloto de protección a la infancia desde lo local. Implementado junto a diez municipios de tres comunidades autónomas y UNICEF España, en 2022, arrancó su fase inicial de diagnóstico y la de diseño, siendo 2023 la de adaptación del modelo a cada realidad local y de testeo en cada una de ellas. El objetivo es que 2024 se cuente con un modelo que sea replicable en otros municipios. En cada una de las fases, la participación de niños, niñas y adolescentes está siendo esencial.

Considerando el tiempo y las vivencias por las que se ha transitado, queremos conocer cómo han estado trabajando los gobiernos locales implicados, de qué forma han solventado las dificultades que han encontrado y, sobre todo, qué mejoras están notando ya en el ámbito de la prevención gracias a la iniciativa.

Nos cuentan su experiencia las profesionales de tres municipios: Paracuellos (C. de Madrid), Alovera (Guadalajara) y Alzira (C. Valenciana).

 

Protección a la infancia desde lo local

 

Trabajo previo en participación

 

En los tres municipios, la implicación con la participación infantil ya venía de antes, gracias a su trayectoria como Ciudades Amigas de la Infancia. Un ejemplo es Alovera, donde antes de ser Ciudad Amiga de la Infancia ya contaban, desde el área de Juventud, con una mesa de participación formada por niños, niñas y adolescentes. Decidieron implicarse con el proyecto de prevención porque “el tema de la prevención integral de la infancia es necesario, y además en lo local era una asignatura pendiente”, como explica Teresa López Tomé, Técnica de Juventud del municipio, que además es la técnica responsable del proyecto de prevención.

 

“El tema de la prevención integral de la infancia es necesario, y en lo local era una asignatura pendiente”. Alovera

 

También en Paracuellos, municipio madrileño con un 29% de la población menor de 18 años, contaban con experiencia en participación infantil: empezaron en 2019 con un proyecto innovador de participación. “Cuando empezamos a hacer el Plan de Infancia trabajamos con 80 o 90 niños. Yo creo que a UNICEF España le llamó la atención y nos propuso la idea de trabajar la prevención”, cuenta Sandra Pena Marcos, educadora social de los Servicios Sociales del municipio.

 

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Sandra Pena, de Paracuellos, en el encuentro de grupos motores en Madrid, 2023. UNICEF España / Hugo Palotto

 

Primeros pasos: trabajo en red

 

En los diez municipios participantes en el proyecto se han configurado grupos motores de trabajo compuestos por profesionales de diversos ámbitos relacionados con la infancia.

En Paracuellos, cuando empezaron con el proyecto “el equipo de servicios sociales y el del punto de violencia eran los que estaban más presentes en las primeras reuniones y en los grupos motores. Pero este proyecto nos ha dado la fuerza y el empaque para contar con otras áreas”.

 

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Teresa López, de Alovera. UNICEF España / Hugo Palotto

 

En Alzira cuentan su inicio en 2022: “Cuando nos hablaron del proyecto nos sumamos porque vimos necesidad de intentar hacer trabajo mucho antes con el objetivo de prevenir que los menores acaben institucionalizados”, dice Aida Cabrera, psicóloga de Servicios Sociales de atención primaria básica. “Son tantas la casuística que tenemos en Alzira, y en servicios sociales en general, que al final vamos apagando fuegos, no nos da tiempo a hacer la primera línea de prevención”.

 

“Todos trabajábamos para la infancia y con el mismo objetivo, pero cada uno en su parcelita. Era importante conocer qué hacía cada uno”. Alzira

 

Explica que fue necesaria la creación de un equipo motor multidisciplinar: “Todos trabajábamos para la infancia y adolescencia y con el mismo objetivo, pero cada uno en su parcelita”, dice. “Era importante que todos conociéramos que hacíamos cada uno y empezáramos a compartir ese trabajo, no solo para compartir conocimientos sino para agilizar y mejorar la eficacia de la intervención. Cuando no hay comunicación y conocimiento sobre lo que hacen otros profesionales podemos estar duplicando intervenciones, retrasando el proceso, etc.”.

Iniciaron un trabajo de captar gente de diversos ámbitos de protección a la infancia: servicios sociales, educación, sanidad, juventud, ocio y tiempo libre, departamento de infancia, etc. Poco a poco, se sumó gente de casi todos los sectores.

 

Sorteando las dificultades: formación y protocolos

 

Uno de los retos fue implicar a todos los profesionales. Por ejemplo, “en deportes nos costó introducir la parte de la responsabilidad que tenían ellos con la nueva ley y la necesidad de contar con profesionales que entendiesen de lo que estábamos hablando”, dice Pena, de Paracuellos. La creación de protocolos ayudó mucho: “Nos ha facilitado crear ese procedimiento: si me encuentro una situación de riesgo en deportes saber cómo lo puedo gestionar. Tener el respaldo y apoyo de UNICEF España, la parte técnica (que no es algo que se inventen, sino que es la ley, lo que todos deberíamos hacer)”.

¿Cómo actuaron? Mediante reuniones con todos los clubs y asociaciones deportivos con los que colaboran, así como Cultura, Juventud y Educación: “Les han dado formación, les han explicado en un futuro lo que conlleva y la formación en LOPIVI de los profesionales que van a trabajar con los niños y niñas”, aclara.

 

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Sandra Pena durante el encuentro de grupos motores. UNICEF España / Hugo Palotto

 

Otro problema que los profesionales mencionan mucho es la falta de personal y recursos. “La dificultad sobre todo es la carga de trabajo, es un añadido a lo que ya teníamos”, dice Cabrera, de Alzira. “Necesitaríamos más apoyo institucional o político, que no sea por propia voluntad, sino que esté dentro de las funciones el formar parte de este proyecto”.

En Alovera, para sortear las dificultades que fueron surgiendo, “en seguida dimos formación, información primero a las áreas, luego a las AMPAS, a las direcciones de los centros educativos. Explicamos el proyecto, en qué iba a consistir, etc.”, dice López.

Aunque fue más fácil involucrar en el proyecto a la parte técnica, dice que hubo más dificultad con los centros educativos, AMPAS y familias, así como a la educadora de bienestar social. “Eso era un reto. Tenemos mucho trabajo, somos pocas personas en el ayuntamiento”. Celebra que al final se hayan implicado: “Ahora estamos el área de Bienestar Social con la educadora social y en el área de Infancia y Juventud por mi parte tirando del proyecto”.

 

Información frente al estigma

 

Finalmente, otro impedimento con el que se han encontrado es el miedo y el estigma que aún existe en torno a notificar. “Cuando empezamos, se detectó el miedo de los profesionales a dar notificaciones de riesgo”, explica Cabrera. “Consideramos que era la falta de información sobre qué pasaba. El estigma que está encima de servicios sociales es alto. Los profesionales no se atreven a notificar según qué circunstancias por temor no solo a las represalias de las familias sino a que los niños fueran separados de las familias”.

 

“Los profesionales no se atreven a notificar por temor a represalias o a que los niños fueran separados de las familias. Fue necesario informar”. Alzira

 

“Vimos que había la necesidad de informar cuál era el trabajo que se hacía”, añade. “Realmente los menores están muy protegidos y para llegar a una institucionalización la situación tiene que ser muy grave y se tiene que haber hecho ya muchísimo trabajo con la familia. Por encima de todo está la protección del menor, se intenta que el menor permanezca con su familia de origen”.

 

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Aida Cabrera, de Alzira. UNICEF España / Hugo Palotto

 

Romper con ese estigma también nos está sirviendo para que no nos vean como los ‘quitaniños’, sino que si hay una sospecha es mejor notificarla y trabajar en la prevención”, coincide Pena. En Paracuellos ya existía esta coordinación previamente y, en caso de duda, se acudía a servicios sociales, pero ahora se ha establecido un protocolo ya profesional que indica qué hay que hacer.

“Lo que nos ha ayudado este proyecto es a no trabajar en el caso ya grave sino en esa sospecha, ese cambio de comportamiento que tú ves en el niño y que te ayuda a ponerlo en común y empezar el proceso previo”, dice. “En este espacio sí que hemos ido consiguiendo mejorar la red municipal para detección de casos desde la prevención”.

 

Un modelo comunitario

 

Entre los profesionales existe conciencia de que para prevenir la violencia se debe avanzar hacia un modelo comunitario en el que todos los actores estén involucrados y también participen las familias y los propios niños, niñas y adolescentes. Uno de los retos es construir una gobernanza comunitaria sostenible en el plano de los profesionales, la infancia y el apoyo institucional.

 

“En lo local es donde tenemos esa cercanía, es un punto fuerte que tenemos en una localidad y facilita la implicación”. Alovera.

 

La implicación política es, por tanto, muy importante y Alovera es un ejemplo de respaldo institucional gracias a la implicación de su alcaldesa y a la cercanía que permite el municipio. López opina que esa cercanía “es un punto fuerte que tenemos en una localidad”. En su caso, trabajar en varios proyectos le permite tener mucho contacto con los niños y niñas y las familias. “Al final en lo local es donde tenemos esa cercanía. Facilita la implicación de mis compañeros y mía, unas más que otras”.

 

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UNICEF España / Hugo Palotto

 

Ahora, el municipio está en la fase tercera del proyecto: tras un trabajo de involucrar a toda la comunidad, diseño de protocolos de actuación y formación, tanto de los profesionales que trabajan con infancia como de la propia infancia y adolescencia, entran en una etapa de “caminar solos en el municipio con los recursos que hemos generado”.

 

“El contacto directo permite poner cara a los profesionales, conocer quién trabaja en servicios sociales, si pasa algo, cómo se trabaja, quiénes están detrás…”. Paracuellos.

 

También en Paracuellos destacan la importancia del contacto directo: su proyecto previo de participación en siete centros escolares ayudó “a ponernos cara”, dice. “Ha permitido un feedback, parte de tranquilidad de poner cara a los profesionales, si nos tienen que contar un caso, si nos parece si lo derivan o no… Y para los propios chavales, el ir conociendo quien trabaja en servicios sociales, si pasa algo, cómo se trabaja, quiénes están detrás… También nos ha servido mucho para la parte preventiva”.

 

Involucrar a la infancia

 

Dado que la participación infantil y adolescente es un pilar crucial de la iniciativa, las profesionales nos cuentan cómo la han garantizado durante todo el proceso, tanto en la fase inicial de diagnóstico como las de diseño, puesta en práctica o evaluación.

 

La infancia pone en común experiencias contra la violencia

 

Un ejemplo lo encontramos en Alovera, donde han contado con un órgano de participación infantil y adolescente con 16 chicos y chicas que se reúnen los viernes. López es la encargada de dinamizarlo: “Voy explicándoles los temas, me dicen qué les parece. Por ejemplo, el tema de la violencia siempre está en la mesa, aunque tengamos que hablar de construir o diseñar un parque este tema siempre está”.

“Ellos y ellas llevan participando mucho tiempo, empiezan y hasta que cumplen 18 años no se van, incluso algunos se quedan colaborando o gestionan asociaciones juveniles”, dice. “Están muy implicados. Luego van al cole, al instituto y son multiplicadores. En muchos coles el profesorado también está implicado”.

 

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Grupo de trabajo durante el tercer encuentro de grupos motores, en 2023. UNICEF España / Hugo Palotto

 

También en Alzira han estado siempre acompañados con la participación de niños, niñas y adolescentes, a través de los consells de primaria y secundaria, que han participado de forma activa en todo el proceso.

“Han sido informados desde el inicio, la evaluación, y hacia este final también han estado presentes”, dice Cabrera. Y en cuanto a las fases de evaluación y detección, contaban con cinco grupos, incluyendo el grupo de corresponsables, el centro de día de Alzira y un grupo de menores en riesgo de exclusión. “El Consell fue quien se ha mantenido durante todo el proceso”.

Pregunta y respuesta: ¿Qué cambios habéis visto gracias al proyecto?

 

Aida Cabrera, Alzira:

Hemos visto un aumento significativo de las hojas de notificación de riesgo, tanto a nivel sanitario como educativo. Eso nos hace aumentar la prevención, nos permite entrar antes de que el problema sea tan grave como para tener que llegar a una institucionalización del menor. Prevenimos, entramos antes y es mucho más eficaz la intervención.

Además, un aumento del trabajo en red. Nos buscamos mucho más entre los diferentes ámbitos: antes éramos cada uno en nuestra parcelita, poco a poco se están tejiendo redes. Eso facilita mucho el trabajo, poder coger el teléfono y hablar con el orientador u orientadora de un encuentro educativo, ponerle cara, saber quién es… Todo eso humaniza los procesos y facilita muchísimo.

Lo noto en que todos los profesionales somos conscientes de que necesitamos ese espacio. Antes no estaba creado y no nos buscábamos, solo para casos concretos, pero aquí no se trata de un caso concreto sino cómo mejorar ese trabajo y cómo aumentar la calidad de las intervenciones. Creo que desde todos los ámbitos se están siendo conscientes de que estos espacios favorecen muchísimo, hemos visto que después las intervenciones son mucho más ágiles, que es lo que necesitan los menores de edad, que no se alarguen en el tiempo. El resto de los profesionales han tomado conciencia de que es necesario.

 

“Nos permite entrar antes de que el problema sea tan grave como para tener que llegar a una institucionalización del menor. Prevenimos, entramos antes y es mucho más eficaz la intervención”

 

Sandra Pena, Paracuellos:

Sobre todo, desde la parte ocio y tiempo libre y deportes, que a raíz de esto ya han detectado casos y han hecho derivaciones. Eso sí que me parece importante, que todo el recorrido ya va teniendo el resultado. Y ha sido relativamente rápido, no están ni validados los protocolos de cada área y ya están existiendo esas notificaciones: el monitor de deporte ya ha notificado que en fútbol el niño estaba más triste, o se le ha cambiado la cara porque ha mirado y ha visto al padre, etc. Y ya te lo comunican.

Para nosotras está siendo una experiencia enriquecedora. Yo llevo trabajando desde 2004 en servicios sociales y ver esta experiencia y poder introducir esta parte de trabajo directo con los chicos y chicas es lo que más pongo en valor. Muchas veces en nuestro día a día trabajamos en su protección sin contar con su mirada, su visión y sus propias propuestas de cómo se podría mejorar, entonces ha sido una oportunidad.

[El futuro] lo veo con ganas de poder seguir implicando a más compañeros y compañeras de la administración, y que la población de Paracuellos vea lo importante que es no mirar a otro lado cuando ves una situación llamativa, que por desgracia hay veces que lo hacen. Eso ya significaría que lo hemos conseguido, Paracuellos ya sería el entorno seguro por excelencia. Es a lo que aspiramos.

 

“Poder introducir esta parte de trabajo directo con los chicos y chicas es lo que más pongo en valor”

 

Teresa López, Alovera:

Lo primero, el cambio de la mirada de mis compañeros del resto de áreas hacia la infancia y hacia un proyecto comunitario. Han entendido que es mejor, y que hay mejores resultados cuando se trabaja en lo local y en lo comunitario. Y a raíz de ahí más implicación y compromiso.

Es verdad que todo el mundo ha cambiado el foco de cómo verlo, sobre todo de manera integral, y cómo hay que incluir a los niños, niñas y adolescentes en el proceso. Esto ha costado mucho también, la mirada adultocentrista que tenemos es complicada de cambiar.

Y en el tema de prevención, ¿habéis notado facilidades?

Sí. Yo lo venía viendo hace tiempo. En el centro joven ya teníamos protocolos de prevención, hemos trabajado con proyectos del tema de acoso escolar, pero no iba más allá de esa violencia. Nosotros teníamos un pequeño protocolo: si pasa esto, el interés del niño es superior a todo lo que pase, tenemos que actuar así. Pero el resto de las áreas no contemplaba esto de la prevención así como así.

 

“Ha habido un cambio de la mirada de mis compañeros, han entendido que hay mejores resultados cuando se trabaja en lo local y en lo comunitario”

 

Por ejemplo, deportes consideraba la violencia sólo física. No consideraba la violencia emocional, por ejemplo, desde las personas adultas a un niño o niña, no pensaban que los niños y niñas tuvieran que opinar. Eso en deportes ha sido un cambio de actitud. De hecho, en cuanto el coordinador de deportes ha cambiado esa mirada y ese foco se ha puesto manos a la obra.

Por ejemplo, en los campamentos urbanos, con los monitores y monitoras, por el tema de la violencia emocional, cuando los niños y niñas vienen hay que calmarles, hay que saber cómo están. Hemos incluido unas asambleas que antes no se hacían para que los niños y niñas cuenten cómo están, y si pasa algo ya vemos cómo se actúa. Es prevención también. Hay muchos niños y niñas que esa violencia en casa que puedan tener se puede detectar. Yo estoy intentando ahora que se pueda hacer en todos los espacios con niños y niñas.

Además, los chicos y chicas del consejo han pensado, a raíz del encuentro que tuvimos en Madrid con ellos en octubre, que quieren ser “agentes de prevención”, formarse y hacer ellos y ellas esa formación a otros chicos y chicas, forman parte ellos de este proceso.

Son cosas que hemos conseguido. Y sobre todo hemos conseguido esos protocolos y formación que era necesaria.

Y que esté en todas las normativas, las licitaciones, etc. En los ayuntamientos, cuando tú externalizas un servicio (campamento, actividad deportiva, un taller), se saca a concurso y las empresas licitan y tienen puntos. Ya estamos incluyendo en Juventud y Deportes sobre todo que esas empresas tengan en cuenta, primero, la LOPIVI; también, que los recursos humanos estén formados en el tema de prevención y tengan protocolo y coordinador de protección de violencia. Esto es un avance y lo hemos conseguido con el proyecto.

 

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