Qué entienden niños y niñas por violencia: primeros hallazgos del proyecto de protección a la infancia desde lo local

17/07/2023 | Ciudades Amigas de la Infancia, Gobernanza local, Informes, Innovación social, Poyecto protección, Protección

violencia infancia

 

  • Conocemos qué percepción existe en torno a la violencia y los factores de riesgo y de protección
  • La infancia y las familias se muestran concienciados sobre el tema y el 62% creen que puede darse en cualquier tipo de núcleo familiar
  • Perciben que la forma más habitual de violencia es el bullying entre iguales.
  • Accede al resumen ejecutivo, la metodología y otros documentos del informe

 

Para evitar la violencia contra niños y niñas debemos actuar antes de que se produzca. Y en esa tarea de prevención tienen un rol esencial los gobiernos locales, como reconocen la Ley de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia Frente a la Violencia (LOPIVI) y la Estrategia de erradicación de la violencia sobre la infancia y adolescencia.

Desde UNICEF España hemos iniciado, desde enero del año pasado, un proyecto a tres años para diseñar un modelo de prevención y atención temprana ante casos de riesgo junto con profesionales de diversos ámbitos vinculados a servicios a la infancia y los propios niños, niñas y adolescentes.

El pasado 13 de julio presentamos, en una sesión online, los principales hallazgos de esta primera fase de análisis, realizada en las tres comunidades autónomas y con ocho municipios participantes durante el año 2022.

 

Protección a la infancia desde lo local

 

El proyecto parte de una hipótesis: que fortalecer los servicios comunitarios de los ayuntamientos permite realizar intervenciones eficaces ante el riesgo, como explica Paola Bernal, especialista en políticas locales de infancia de UNICEF España.

“Desde el principio y durante todo el proyecto se han constituido en los ayuntamientos lo que hemos llamado grupos motores: grupos de profesionales de todos los ámbitos y distintas áreas (policía, educación, deporte, etc.)”, dice Bernal. “Todos ellos tienen un llamado a trabajar en prevención”.

 

La sesión online completa:

Corrección (minuto 43:45): el DAP 360º de Valencia no es una adaptación del BALORA

 

Contenido del vídeo:

  • 8:28 Hipótesis y objetivos del proyecto
  • 14:20 Primeros resultados
  • 17:52 Marco teórico y normativo
  • 23:35 Marco regulador
  • 26:24 Hallazgos del diagnóstico
  • 32:06 Cuellos de botella y propuestas de mejora
  • 48:29 Hallazgos del trabajo con niños, niñas y adolescentes

 

“La violencia ocurre en los entornos más cotidianos de los niños, niñas y adolescentes, y muchas veces a manos de quienes deben cuidarles”, recordaba en 2006 el informe de las Naciones Unidas. El riesgo aparece cuando las familias, comunidad o instituciones fallan en la tarea de crear un entorno de seguridad afectivo que posibilite su desarrollo pleno, de acuerdo con la LOPIVI.

Pau Orive Vidal, de KSNET, ha puesto ejemplos de factores de riesgo (por ejemplo, tener menos edad o una diversidad funcional) y también algunos factores de protección que pueden compensarlos (entre otros, contar con capacidades sociales o disponer una buena red de apoyo).

 

Entre los factores de protección está contar con capacidades sociales o disponer una buena red de apoyo

 

Orive explica también que, en España, las competencias en la protección de niños, niñas y adolescentes se encuentran repartidas entre los tres niveles administrativos del Estado (estatal, autonómico y municipal). “Las competencias principales recaen en las autonomías: son quienes tienen más competencias sobre las situaciones de riesgo, desamparo y potestades para implementar programas y proyectos necesarios para garantizar el bienestar de los niños, niñas y adolescentes”.

Sin embargo, en los casos de riesgo más leve y moderado la competencia municipal tiene bastante que hacer: cuenta con un papel importante en la prevención, la prestación de servicios sociales, atención primaria, control del absentismo escolar o gestión de las instalaciones de ocio y deportivas, por ejemplo.

 

El informe incluye cuellos de botella y propuestas de mejora en las fases de prevención, detección precoz e intervención.

 

Principales hallazgos

 

En cuanto a la percepción de las familias y de la infancia, destacan algunas conclusiones:

1. Hay una elevada sensibilización de las familias. Todas las familias y niños, niñas y adolescentes eran conscientes de que la violencia puede tomar muchas formas, más allá de las agresiones físicas: ser testigo de maltrato, ser ridiculizado, etc. Los niños, niñas y adolescentes también se mostraron concienciados sobre la violencia de género y adultocentrismo.

2. Un 62% de las familias cree que la violencia puede ocurrir en cualquier tipo de familia. Es el hallazgo más importante ya que desmiente la idea de que la presencia de factores de riesgo es claramente la causante de que se dé violencia contra la infancia. Sin embargo, advierte Orive, sigue habiendo cierta tolerancia al castigo físico por parte de los cuidadores.

3. Violencia entre iguales: la más detectada. Tanto las familias como los niños, niñas y adolescentes coincidían en decir que la forma más habitual de violencia contra la infancia es el bullying y el ciberacoso entre iguales. Algo que, sin embargo, no encaja con la realidad: “Los principales estudios indican que la violencia contra la infancia y adolescencia se ejerce mayoritariamente por los familiares y personas adultas del entorno de confianza”, dice Orive. Y ofrece una hipótesis para explicar esta percepción: “Se ha puesto mucho el foco en el bullying y no se han abordado las formas de maltrato familiar, como las negligencias. De hacerse más esta sensibilización podría haber menos sensación de que tu compañero de clase es un potencial abusador, sino alguien que puede tener la clave de la detección de situaciones de violencia y crear un entorno más seguro dentro de la clase”.

 

En cuanto a la coordinación entre actores:

  • Cuando se pregunta a los profesionales qué actores deberían estar implicados, responden que “todos debían estarlo”. Hay conciencia de avanzar hacia modelo comunitario. Es lo que Orive identifica como uno de los mayores retos.

 

La perspectiva de la infancia

 

Carmela Haro, coordinadora general de la Federación INJUCAM, cuenta cómo han trabajado en las diferentes fases del proyecto con los chicos y chicas y de qué forma esto ha contribuido a las ideas del informe general.

Han trabajado en ocho municipios, con 40 grupos de niños, niñas y adolescentes: un total de 485 chicos y chicas de perfiles distintos.

Estos niños y niñas provienen de consejos de participación y centros de día (espacios donde están más acostumbrados a trabajar de manera participativa) y también de campamentos, ludotecas, espacios de ocio, una residencia, colegios e institutos.

Con todos ellos y ellas se trabajó “identificando los recursos que ellos conocían en sus municipios, qué nivel de riesgo tenían para ellos, y en base a él hicieron propuestas para que cambiaran el nivel de riesgo”, dice Haro.

 

Ejemplos del trabajo de mapeo de zonas de riesgo en los municipios con chicos y chicas. INJUCAM

 

Algunos hallazgos:

  • Chicos y chicas amplían el concepto de buen trato que aparece en la LOPIVI. Lo ubican en entorno familiar, colegio, contextos cercanos… También lo enfocan en sus iguales: el tema de las amistades aparece de manera muy significativa.
  • Consideran que es importante reforzar las relaciones de ayuda, las manifestaciones de cariño y buenas palabras, la habilidad de escuchar y llegar a acuerdos, etc.
  • Son capaces de identificar muchos tipos de violencia (por ejemplo, dentro del ciberacoso). Tienen claro los diferentes tipos de violencia que hay, y quien los ejerce. “Casi siempre vinculan directamente la violencia a sus iguales o la franja de edad superior (adolescentes, jóvenes). No les preocupa tanto la franja de adultos, sino con quienes más se relacionan habitualmente”.
  • La minoría de edad es un factor de riesgo. “Se autoperciben inferiores y hace que aumente sus sensaciones de riesgo”.

 

Ejemplos del trabajo para identificar conceptos de riesgo, desprotección y violencia con chicos y chicas. INJUCAM

 

Para concluir, Haro anima a los municipios a que, a la hora de desarrollar estos protocolos, cuenten siempre con los niños, niñas y adolescentes: “Nadie mejor que ellos os va a decir cómo identificar y comunicar cualquier tipo de violencia, al nivel que sea”, apunta. “Siempre apostamos por trabajar con ellos y ellas e incorporarlos en estos procedimientos”.

 

 

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