1. Urbanismo
  2. Chicos y chicas reivindican espacio para el juego en sus municipios

 

  • Frente al dominio del coche y la dificultad para jugar en la calle, los consejos de infancia y adolescencia proponen ideas y acciones para defender el derecho a jugar en sus pueblos y ciudades
  • De cara al Día Internacional del Juego, preguntamos a los chicos y chicas del Grupo Asesor de UNICEF España si les resulta fácil encontrar espacios de proximidad donde jugar y cómo mejorar sus municipios para volverlos más ‘jugables’
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Nadie imaginaría recortar el derecho de los niños y niñas a la educación o la sanidad; sin embargo, algo parecido sucede con el juego, uno de los derechos de la infancia más olvidados. En 2022, un estudio en reino Unido mostró esta tendencia: solo el 27% de los niños juegan regularmente en la calle frente al 71% de los babyboomers (las personas nacidas entre 1946 y 1964).

 

Según un estudio en Reino Unido, solo el 27% de los niños juegan regularmente en la calle frente al 71% de los ‘babyboomers’

 

En España, aunque las calles son más seguras que hace décadas (la mortalidad vial se ha reducido en un 80% en 30 años), pervive la percepción de que son espacios de peligro para la infancia. Como resultado, los niños y niñas juegan en lugares acotados, controlados, cuya privatización no favorece los vínculos y las relaciones y reduce la posibilidad de hacer amigos o conocer gente diversa.

Todo esto tiene consecuencias en las habilidades sociales, la libertad y la salud mental de los más jóvenes: algunas encuestas muestran que los miembros de la generación Z son más tímidos, socializan menos en persona y son más propensos a sentirse solos. Mientras tanto, el mundo digital ha ido supliendo el juego al aire libre: en menos de una década ha aumentado en un 50% el tiempo que los niños pasan frente a una pantalla.

 

Los espacios públicos mejoran la socialización, el ocio y el bienestar mental

 

¿Por qué los niños y niñas juegan menos en las calles que sus padres y abuelos? Entre otros motivos, por falta de espacio. Factores propios del urbanismo como la densidad del tráfico, la contaminación, la falta de espacios públicos seguros y la priorización del automóvil sobre el peatón han limitado las oportunidades de juego libre en entornos urbanos.

 

Más de dos terceras partes del espacio público en España (un 68,1%) está destinado al uso de vehículos y casi el 70% del espacio público se reserva para los coches

 

En 2023, el estudio Callegrafías de la Red de Ciudades que Caminan mostró cómo el coche invade el espacio público sin que nos detengamos a considerarlo: en España, casi el 70% del espacio público se reserva para los coches en detrimento de los peatones; nueve de cada diez vías no tienen ninguna restricción al tráfico rodado; más de dos terceras partes del espacio público en España (un 68,1%) está destinado al uso de vehículos y la mitad de las calles no tienen una acera con la anchura mínima recomendable.

Esto limita las áreas destinadas a peatones, ciclistas y espacios verdes, reduciendo las oportunidades de interacción social y juego.

 

El juego en la infancia: ¿cómo favorece a la salud mental?

 

Espacios seguros para el juego infantil

 

Sin embargo, diversas ciudades están implementando políticas para revertir esta tendencia y fomentar entornos más amigables para la infancia. Entre ellas, las Ciudades Amigas de la Infancia.

La evaluación de impacto externa para comprobar cómo la iniciativa transforma las vidas de los niños y niñas muestra que los municipios de la red protegen el derecho al juego de la infancia: el 76,7% de las entidades locales afirman que los niños y niñas disfrutan de ese derecho y el 82% considera que pueden participar en la vida social y cultural de su municipio.

 

El 76,7% de las Ciudades Amigas de la Infancia afirman que los niños y niñas disfrutan del derecho al juego

 

¿Cómo lo viven ellos y ellas? ¿Les resulta fácil encontrar espacios donde jugar en su municipio?

Hacemos esta pregunta a varios chicos y chicas del Grupo Asesor de UNICEF España, que viven en localidades repartidas por la geografía española. Coinciden en la importancia que tiene el juego en sus vidas, y que, más allá de los parques, sí cuentan con espacios de proximidad donde reunirse y jugar. “Por ejemplo, plazas, frontones, canchas, pistas de patinaje etc.”, dice Euken, de 11 años, que vive en Bilbao. “Hay parques, pistas de patinaje o de bicis, polideportivos o sitios para practicar deportes”, añade Pablo, de 12 años y de Madrid.

Entre otras cosas, contar con un espacio seguro y adaptado (también para los niños y niñas con discapacidad) es el terreno abonado que permite que “brote” el juego libre. Y en los pueblos o municipios pequeños, la proximidad y familiaridad favorece esta situación. Alejandro, de 14 años, cree que casi todas las calles de su pueblo (Algarrobo, en Málaga) servirían para jugar: “Es un pueblo no muy grande donde todos nos conocemos”, explica. “Los niños y niñas pueden jugar en cualquier sitio ya que siempre encontrarán a algún conocido y pueden sentirse y estar seguros”. Cuentan con parques, espacios culturales o la playa.

Nahia, de 16 años, vive en Mieres (Asturias): “Aparte de los parques, los niños y niñas en Mieres suelen utilizar las plazas de bares, especialmente en los días más cálidos, ya que suelen ser zonas abiertas y tranquilas donde pueden encontrarse con otros amigos”, dice.

 

Espacios exclusivos para la infancia

 

“Creo que, dentro de mi municipio, que es tranquilo, se podría jugar por el barrio con amigos de la calle o vecinos de la urbanización”, coincide Amanda, de 12 años, que vive en Meco (Madrid). En su municipio disponen de parques, un polideportivo y grandes explanadas de césped. Pero “además de los parques hay un espacio joven, un lugar creado para chicos y chicas de entre 12 y 18 años, en el que nos podemos reunir de viernes a domingo por las tardes para jugar y realizar distintas actividades”.

Es un ejemplo de que contar con espacios propios para la infancia y adolescencia también es importante. También en Algarrobo existe una Casa de la Juventud, donde “los niños y niñas se pueden divertir haciendo actividades todas las tardes y conociendo a gente nueva”, dice Alejandro, aunque admite que no todos los chicos y chicas conocen su existencia. En Mieres, Nahia cuenta que los chicos y chicas tienen el Espacio Joven, “que está abierto los viernes y sábados, y es otro de los lugares más frecuentados, ya que ofrece actividades y juegos para los más jóvenes en un ambiente adecuado”.

  • Otro ejemplo de buenas prácticas: ‘Los Enredaderos‘, de Injucam, es una red de espacios de ocio autogestionados por los adolescentes en varios municipios de Madrid. Ellos deciden su uso y las actividades que se practican dentro.

 

Cómo los consejos de participación mejoran sus municipios

 

Los consejos de infancia y adolescencia han sido clave para visibilizar y fomentar el derecho al juego desde la voz directa de niños, niñas y adolescentes. Y lo han hecho de varias maneras.

Por un lado, los chicos y chicas han valorado sus municipios para detectar qué espacios son aptos para el juego o cuáles les resultan inseguros, mal aprovechados o deteriorados. En su pueblo, Alejandro cree que se debería “mejorar los parques, ya que estos normalmente no están muy bien construidos” y le gustaría “más actividades para que se realicen por las calles del pueblo”. Nahia considera que en su municipio se podrían aprovechar más los espacios públicos: “Creo que, en general, cualquier espacio público debería poder usarse para jugar. A veces veo que hay muchos lugares que podrían ser aprovechados, pero no siempre están adaptados para ello”, dice. “Algunas plazas, calles o edificios públicos están infrautilizados y podrían transformarse en espacios más amigables para el juego, con instalaciones que fomenten la interacción y la actividad física”.

 

“Creo que, en general, cualquier espacio público debería poder usarse para jugar, pero no siempre están adaptados para ello”

 

Además de esta valoración de sus pueblos y ciudades, los consejos de participación también organizan actividades que promueven el juego en la comunidad.

Por ejemplo, desde el consejo de Nahia, en Mieres, han organizado yincanas por la calle en las que se fomentan tanto los juegos tradicionales como las interacciones entre los participantes, así como obras de teatro inmersivas en Halloween, talleres de carnaval y otras actividades que “no solo promueven el juego, sino que también ayudan a que los más jóvenes sean conscientes de la importancia de disfrutar de su derecho al juego y a la diversión”.

 

Finalmente, los consejos de participación llevan sus propuestas e ideas de mejora a sus ayuntamientos. Amanda nos cuenta algunas propuestas: “Actividades con nuestros abuelos para que no se pierdan los juegos antiguos, o entre generaciones. Podrían crear espacios cerrados como el espacio joven, pero para diferentes edades, con juegos de mesa para evitar que estemos todo el día pegados a las pantallas”.

Euken cree que se debería “habilitar distintas zonas al aire libre donde poder jugar y realizar diferentes tipos de actividades con otros niños y niñas”. Pablo propone “mejorar y reparar las instalaciones deportivas y de juegos. También instalar más sitios para jugar que sean innovadores”. Por su parte, Nahia sugiere a los ayuntamientos que instalen espacios techados para los días de lluvia, que se lleven a cabo actividades que fomenten la participación y la socialización, y habilitar más zonas de juegos accesibles y seguras, así como involucrar a las comunidades en la gestión de estos espacios. Estas son algunas medidas con las que los niños y niñas de Ciudades Amigas de la Infancia pretenden recuperar las calles y su derecho a jugar.

 

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