
Pablo y Ailin, del Grupo asesor de UNICEF España © UNICEF España/Ana Corral
- Se publica el estudio de mayor alcance a nivel mundial sobre el impacto de la tecnología en la infancia y la adolescencia
- Los adolescentes son conscientes de los riesgos, pero necesitan acompañamiento, educación y herramientas para afrontarlos
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La presencia de los dispositivos digitales en nuestra vida es innegable. También en la de los niños, niñas y adolescentes: el 82,4% tiene teléfono móvil propio, lo tienen de media a los 10,8 años y uno de cada tres niños y niñas lo mira en clase. En cuanto a las redes sociales (como TikTok o Instagram), un 78,3% de los alumnos de 5º y 6º de primaria ya están registrados en alguna y el 43,6%, en tres o más. El 8,9% de los niños y niñas dedica más de cinco horas diarias a las redes sociales, y uno de cada cinco juega a videojuegos cada día.
El 8,9% de los niños y niñas dedica más de cinco horas diarias a las redes sociales, y uno de cada cinco juega a videojuegos cada día
Son datos del informe Infancia, adolescencia y bienestar digital, presentado este martes y elaborado por UNICEF junto al Ministerio para la Transformación Digital, Red.es, la Universidad de Santiago de Compostela y el Consejo de Colegios de Ingeniería Informática. Fruto de una macroencuesta realizada a casi 100.000 chavales de 10 a 20 años, una de las investigaciones de mayor alcance a nivel mundial sobre el impacto de la tecnología en la infancia y la adolescencia.
Una de sus conclusiones es que los adolescentes son conscientes de los riesgos, pero necesitan acompañamiento, educación y herramientas para afrontarlos.
La tecnología: una oportunidad en clave de derechos
“Nuestros hijos se relacionan con la tecnología y en la tecnología, algo que tiene una capacidad de modular los deseos, fantasías, las emociones, las frustraciones, el desarrollo como persona”, dice Antonio Rial, investigador principal del estudio. Considera el móvil como una especie de “lámpara de Aladino”: cuando un niño o niña la frota, puede obtener contacto social, entretenimiento, sexo, información, autoestima, pero también ansiedad, miedo, rechazo social o exclusión.
“El problema hay que abordarlo desde un equilibrio y un enfoque de derechos, que promulga UNICEF, la OMS y UNESCO. Nuestros hijos e hijas tienen derecho a acceder a la tecnología y beneficiarse de sus bondades, y nosotros tenemos la obligación de protegerlos”, recuerda.
“El acceso a internet es un derecho que permite y promueve el ejercicio de otros derechos fundamentales de la infancia”
“El uso temprano, intensivo y sin acompañamiento de las nuevas tecnologías tiene tales repercusiones en el desarrollo infantil y juvenil que debe ser tratado desde una perspectiva de salud pública”, coincide el presidente de UNICEF España, Gustavo Suárez Pertierra. A pesar de los riesgos, recuerda que la digitalización es una oportunidad para los más jóvenes: “Permite acceder a información ilimitada, estimula la creatividad, amplía las posibilidades de comunicación, abre vías de enseñanza. El acceso a internet se reconoce como un derecho que permite y promueve el ejercicio de otros derechos fundamentales de la infancia. Por eso debemos potenciar el ejercicio de los derechos digitales considerando el interés superior de la infancia”.

Gustavo Suárez Pertierra © UNICEF España/Ana Corral
Cuando el uso es problemático
Algunos datos del informe muestran que internet sigue siendo un escenario lleno de riesgos para los más pequeños. Uno de cada diez niños y niñas reconoce haber sufrido ciberacoso y uno de cada tres adolescentes, violencia digital en la pareja. El 9% de los niños y niñas refiere haber sufrido presiones para enviar fotos propias de carácter erótico o sexual.
El 9% de los niños y niñas dice haber sufrido presiones para enviar fotos propias de carácter erótico o sexual
En cuanto al acceso a la pornografía a temprana edad, aunque sólo el 10,1% de los y las adolescentes la consume de forma habitual, el acceso a este tipo de contenidos se produce a edades muy tempranas (11,5 años por término medio). El 39,7% cree que la pornografía incita al uso de la violencia en las relaciones. Un ejemplo es la plataforma OnlyFans: el 75% de los adolescentes (no se preguntó a los alumnos de Primaria) conoce la plataforma, el 8,6% tiene a alguien en su entorno que ha ganado dinero allí y el 2,1% reconoce haber tenido una cuenta propia.
“Si consumen pornografía y si sabemos que el inicio de las relaciones sexuales se produce mucho antes que tres generaciones atrás, tenemos que estar presentes, debemos educar. Si no, les está educando es algo que quizá no es un buen tutor, que es el porno”, dice Rial. Un 69,9% de los chicos y chicas no habla habitualmente en casa sobre sexualidad, lo cual agrava el problema.
“Si el inicio de las relaciones sexuales se produce mucho antes que tres generaciones atrás, debemos educar; si no, les está educando el porno”, dice Rial
El estudio también incluye la percepción del profesorado: un 44,8% identifica el uso del móvil en centros educativos como un problema, y se preocupan por el ciberacoso, las conductas de riesgo online y el uso excesivo de las redes sociales.
Otros problemas parten de un diseño del entorno digital por las plataformas y las empresas tecnológicas, que acaban generando adicción, promoviendo el uso o compras impulsivas y dañando la salud mental de la infancia y adolescencia. Para José Antonio Luengo, vicepresidente del Consejo General de la Psicología de España, “la evidencia nos dice que esto está generando problemas muy importantes a la salud mental en nuestros chicos y chicas, y que hay aplicaciones desarrolladas para generar adicción. Mientras no nos concienciemos de esto, tendremos que buscar en la regulación (normativa, empresarial) posibilidades para decir que hay cosas que no se pueden hacer”.
“La evidencia nos dice que esto está generando problemas muy importantes a la salud mental y que hay aplicaciones desarrolladas para generar adicción”, dice José Antonio Luengo
Sira Rego, Ministra de Juventud e Infancia, compara el entorno digital con un territorio con dueños, dominado por la lógica del máximo rendimiento: “La pregunta es a quién sirve la tecnología y bajo qué principios. ¿Son los entornos digitales lugares seguros para la infancia y adolescencia? Todavía no”, dice. “La política llega para construir lo común, también en el entorno digital. No hablamos de control, sino de condiciones de libertad”.
Creciente consciencia social
El informe arroja alguna luz: al comparar datos actuales con los de 2021, se aprecia una disminución en varios comportamientos de riesgo, como el sexting. Eso demuestra, según los autores del estudio, una creciente toma de conciencia por parte de la sociedad española.
Lo corrobora Laura Baena Fernández, fundadora del club Malasmadres, que lleva escuchando desde 2017 la preocupación de las familias respecto a la tecnología. Cree que las familias cuentan con recursos insuficientes, entre los que destaca el tiempo para la conciliación: “Si algo hay necesario para educar bien digitalmente es tiempo para hacer el acompañamiento, para detectar los problemas o el uso abusivo”, dice. También falta formación para padres y madres: “Hay una brecha digital enorme. Quien piense que recibe el mismo contenido que sus hijos o hijas se equivoca. La tecnología nos usa, y los algoritmos detectan quién está detrás de esos móviles”. Según el informe, solo el 28% de las madres y padres usan control parental.
“Los niños y niñas consumen fuentes de información y socialización, canales de vídeo, ahora IAs generativas. Muchas veces, los padres y madres desconocen estos canales y plataformas nuevas, lo cual abre una gran brecha. Esto hace que aumenten los riesgos”, coincide la profesora de UCJC Laura Cuesta Cano. Cree que las soluciones pasan por la alfabetización digital desde edades tempranas y por el acompañamiento activo en el entorno digital, con ayuda de los centros escolares y las administraciones.
Necesidad de regularización

Pedro Sánchez © UNICEF España/Ana Corral
Para el Ministro de Transformación Digital, Óscar López Águeda, toda una generación está configurando su identidad en un ecosistema que combina beneficios con amenazas: discursos de odio, desinformación, trastornos alimentarios, soledad o adicciones. “Ante estos peligros, los estados democráticos tenemos el deber de proteger los derechos de la infancia”, dice. Por eso, cree que “no hay debate sobre si intervenimos o no, la pregunta es cómo”.
Las administraciones públicas desempeñan un papel decisivo en la protección de la infancia online: son quienes pueden impulsar políticas públicas, programas educativos y marcos regulatorios.
Las administraciones públicas son quienes pueden impulsar políticas públicas, programas educativos y marcos regulatorios
A nivel europeo, la eurodiputada Laura Ballarín Cereza habla de las leyes que se están poniendo en marcha, como la ley de servicios digitales, o los debates para aprobar una mayoría de edad digital en Europa de acceso a redes sociales de 13 años, el desarrollo de un plan de ciberacoso o una ley de equidad digital, que cubriría aspectos como “los diseños adictivos, el scroll infinito, los contenidos dañinos -promoción de suicidios-, regular el marketing de influencers, etc.”, explica Ballarín.
A nivel nacional, uno de los avances del Gobierno de España es el impulso de la Ley de Entornos Digitales Seguros, ya en trámite en el Congreso, que reconoce los derechos de la infancia en el entorno online. “España ha pasado de tener guías y códigos éticos a construir un marco legal”, dice el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. “Desde 2020 hemos ido construyendo este andamiaje. La tecnología puede ser un motor de progreso, el reto está en ponerla al servicio de las personas y no al revés”.
“Exigimos a las grandes tecnológicas que hagan su parte con la misma rapidez con la que innovan”, dice Pedro Sánchez
En esta estrategia del Gobierno se incluyen medidas como la Estrategia de Salud Mental. También se ha puesto de relieve el papel de la industria: “Exigimos a las grandes tecnológicas que hagan su parte, con la misma rapidez con la que innovan”, dice Sánchez. Varias empresas tecnológicas que promueven digitalización responsable, como AMETIC, DigitalEs o Adigital, han participado en el encuentro para mostrarse partidarias de la regularización y proponer medidas como herramientas de control parental o de verificación de edad.
Propuestas de la infancia
Los chicos y chicas no quieren quedarse fuera de este debate tan importante. Pablo y Ailin, del Grupo asesor de UNICEF España, han compartido algunas reflexiones elaboradas junto a su grupo. Parten de la necesidad de intervenir sin prohibir, desechando propuestas existentes como la de prohibir el móvil hasta los 18 años: “Creemos que esto carece de sentido. Los móviles son herramientas que ya son parte de nuestra vida”, dice Ailin.
“Prohibir el móvil hasta los 18 carece de sentido. Los móviles son herramientas que ya son parte de nuestra vida”, dice Ailin, del grupo asesor de UNICEF España
Dentro de sus propuestas, piden a las empresas que incluyan protocolos de acceso a la pornografía mucho más rigurosos. “Al igual que para entrar en una sala de apuestas hay que sacar el DNI y probar que eres mayor de edad, debería ser necesario online”, opina Pablo, y considera que el diseño de las plataformas y redes sociales puede ser problemático: “Muchos contenidos digitales están diseñados de modo que tengas que estar desbloqueando pantallas y pasando niveles, lo que puede ser muy adictivo para niños pequeños, o conseguir recompensas basadas en pagos”.
En el ámbito educativo, creen que “si todos los estudios y tareas se realizan en pantallas, las horas que pasamos con ellas aumenta, nuestra salud se ve afectada”. En el ámbito familiar, “es importante hablar abiertamente en casas sobre temas como la pornografía, el acoso en redes sociales, las adicciones… De esta manera los chicos y chica conocerán los peligros mucho antes incluso de tener móvil”. Coinciden en que es un reto al que debe sumarse toda la sociedad en su conjunto.







