Un diálogo intergeneracional en torno a internet y sus amenazas

25/04/2022 | Adolescencia y juventud, Derechos online, Informes, Participación Infantil, Previas

redes sociales

Fotografía: ROBIN WORRALL / Unsplash

 

  • Internet y las redes sociales suponen muchos riesgos para los más jóvenes, y construir un entorno digital seguro requiere escuchar sus propuestas
  • Frente a las opciones de limitar los contenidos, restringir o sobreproteger, los chicos y chicas proponen otras alternativas

 

En un mundo cada vez más digitalizado, las formas de ocio, estudio o socialización de la infancia y adolescencia suceden online. Adolescentes y adultos tienen formas muy distintas de ver esta realidad. Si bien la pandemia ha propiciado un acercamiento, los adultos siguen percibiendo internet y las redes sociales como espacios llenos de amenazas para los más jóvenes.

Ambas generaciones están de acuerdo en algo: que internet y las redes sociales tienen muchos riesgos y peligros. Uno de cada tres niños y niñas hace un mal uso de internet según un reciente estudio de UNICEF, incluyendo un uso temprano y excesivo de pantallas y acceso a páginas de contenido dañino, y corren riesgo a sufrir adicciones o ciberacoso.

Sin embargo, en otras cosas no coinciden: los adolescentes tienen más claro que el mundo digital supone muchos beneficios (como la posibilidad de expresarse libremente e impulsar sus derechos online), y para ellos la solución a los riesgos no pasa por las limitaciones, las restricciones o la sobreprotección.

El entorno digital que la infancia merece

Estas son algunas de las ideas que arroja la investigación Actitudes de los niños, niñas y adolescentes hacia el uso seguro de internet y las redes sociales. El informe, que compara las ideas de las dos generaciones sobre el uso seguro de las tecnologías de la información y relación, realizado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), contó con la ayuda de chicos y chicas de la red Cibercorresponsales.

“Dimos nuestra opinión acerca de los objetivos del estudio, qué preguntar a adultos y adolescentes, y ayudamos al equipo investigador a sacar conclusiones y recomendaciones”, cuenta Ángel, de Cibercorresponsales, en la jornada Yo digo oportunidad, tú dices riesgo. Un diálogo sobre Internet y las redes sociales, celebrada el pasado 21 de abril 2022 en Madrid.

 

Redes sociales: riesgos

 

“Las aplicaciones están hechas a posta para que pasemos el mayor tiempo enganchados, sobre todo en redes sociales”, dice Clinton, miembro de CAJE y Cibercorresponsales y uno de los jóvenes que participó en el encuentro.

Los productos y servicios diseñados para cautivar al usuario o usuaria preocupan a los adolescentes, según revela el informe. También otros aspectos, como el control de las empresas del sector digital sobre sus datos, las formas de uso de las Apps y la presión del grupo de iguales para imitar gustos y preferencias en la aceptación de normas grupales entre adolescentes.

“La tecnología está pensada para ser adictiva”, coindice Rosa Pérez, directora de seguridad digital de Gaptain. “Detrás de todas las redes sociales hay una empresa y lo que quieren es ganar dinero, a costa de lo que sea”.

Sobre los controles parentales de acceso a redes y contenidos, opina que pueden tener cosas buenas y malas. “Hay que explicarlos a edades tempranas, configurarlos con ellos, con la edad ir adaptándolos… Las herramientas para monitorizar el tiempo de uso pueden servir también para adultos. Simplemente saber cuánto tiempo llevas utilizando una aplicación puede ayudar”, señala.

 

Redes sociales: beneficios

 

En una era digital, internet debe ser una herramienta que sirva para impulsar los derechos de la infancia y adolescencia. El Comité sobre Derechos del Niño protege los derechos de la infancia también en el entorno digital para garantizar, precisamente, que un mal uso no vulnere esos derechos.

Chicos y chicas son conscientes de que las tecnologías tienen aspectos muy positivos para ellos cuando se usan correctamente. Permiten, por ejemplo, expresarse con libertad, opinar desde el anonimato, reivindicar el derecho al ocio o desarrollarse personalmente: beneficios que muchos adultos no ven.

“Nosotros los jóvenes usamos la tecnología mucho más que los adultos la usaban, para socializar y como ocio pero también como herramienta a la hora de estudiar, en el instituto…”, dice Iván, de CAJE y Cibercorresponsales.

Él no ve del todo mal que haya controles parentales respecto al uso de tecnología con fines de ocio, porque “puede ser malo cuando nos enganchamos, mucho nos podemos llegar a aislar”. No lo ve igual en el ámbito del estudio: “[Internet] puede ser una gran herramienta para avanzar personalmente. Por ejemplo, en la pandemia si no hubiera sido por las videoconferencias no sé cómo hubiéramos hecho para seguir dando clases. En ese ámbito, la tecnología nos viene muy bien”.

 

Acompañamiento, diálogo y autonomía

 

Frente a la opción de limitar los contenidos, prohibir o sobreproteger, los chicos y chicas proponen otras alternativas. Por ejemplo, el autocontrol, vigilar a las empresas que hacen que las aplicaciones sean adictivas y que los colegios e institutos den formación para hacer un uso seguro de la tecnología.

Para Cristina Gutiérrez, técnica de ciberseguridad de IS4K-INCIBE, “ese control parental nos puede ayudar a filtrar contenidos o a limitar el tiempo. Pero tiene que venir con un acompañamiento, un diálogo entre el adulto y el menor”. Gutiérrez destaca la importancia de la participación de todos los actores: centros educativos, educadores, autoridades y también los propios adolescentes: “Que haya estructuras de chicos y chicas en los coles que puedan detectar las cuestiones y riesgos que puedan surgir”, propone.

En esa línea, el informe señala que es necesario redefinir los roles de los adultos: “Más allá de la vigilancia y proteccionismo, los niños, niñas y adolescentes requieren de una forma de acompañamiento y aprendizaje mutuo, en el que se desarrolle un diálogo intergeneracional, que los considere como sujetos activos, con habilidades, capacidades, y derechos a la privacidad, y también a la autonomía”, apunta el informe.

Entre sus recomendaciones, el informe insta a empoderar a los niños y niñas como interlocutores con los adultos, y también a dotarlos de autonomía en la toma de decisiones frente a estos desafíos.

“Es importante entender que los niños deben tener espacio para el desarrollo de su propia autonomía. Tenemos una responsabilidad de dotarles de esa autonomía. Es crucial si hablamos de riesgos”, dice Kepa P. Larrañaga, investigador del informe. “Los niños decían, estamos de acuerdo en que nos acompañen, pero que sea un acompañamiento con consensos, para llegar a solución positiva. Es crucial dejar a los niños y niñas que den su opinión”, concluye.

 

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