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  • La experta Sonja Uhlmann ofrece herramientas para prevenir la violencia en niños y niñas con discapacidad desde un enfoque de derechos de infancia, de género y comunitario

 

Para prevenir la violencia, un primer paso es sensibilizar y empoderar a los niños y niñas, enseñándoles a reconocer situaciones de abuso y reaccionar a ellas. Especialmente, a aquellos que sufren una vulnerabilidad añadida, como los niños y niñas con discapacidad.

“Si eres persona con discapacidad y además un niño o niña eres especialmente vulnerable”, confirma la experta Sonja Uhlmann. Se suma un factor más de riesgo en el caso de las niñas, añade, sobre todo cuando hablamos del abuso sexual.

Uno de cada tres niños o niñas con discapacidad ha sufrido violencia en el mundo.

Uhlmann, responsable de Protección de la Infancia y Adultos Vulnerables del British Council España, ha ofrecido una formación sobre prevención de la violencia en niños, niñas y adolescentes con discapacidad para ofrecer herramientas prácticas con las que prevenir este tipo de violencia desde un enfoque de derechos de infancia, de género y comunitario. Además, ha recalcado la necesidad de implementar sistemas de protección efectivos.

 

La grabación completa de la formación:

 

Qué les hace más vulnerables

 

Existen varias características específicas de la violencia y el abuso en niños y niñas con discapacidad, como analiza la especialista. Entre ellas está una limitada capacidad de defensa. “Las personas con discapacidad intelectual tienen menor capacidad de comunicación”, explica Uhlmann. “No van a poder poner palabra a lo que les está ocurriendo, es difícil que pueda expresar que tiene una situación de abuso”.

Esto va ligado a la credibilidad. En muchas ocasiones, ni siquiera los testigos optan por denunciar, debido a la falta de credibilidad concedida a la víctima. Se estima que únicamente el 3% de los abusos cometidos a personas con discapacidad son puestos en conocimiento de sistemas de protección.

 

“Seguimos con la idea de que los niños se inventan las cosas, pero es muy raro que un niño se invente que está sufriendo una situación de abuso”

 

“Seguimos con la idea de que los niños se inventan las cosas”, dice la experta. Sin embargo, “es muy raro que un niño se invente que en casa o su entorno está sufriendo una situación de abuso. Los niños o niñas no mienten sobre el abuso, cuando dicen que algo ha ocurrido la gran mayoría de las veces es cierto. Igual pasa con las personas con discapacidad. Lo primero es creer siempre en ellos”.

 

Factores clave de vulnerabilidad para este tipo de niños y niñas:

 

  • Escaso acceso a programas de educación sexual adaptados a ellos.

¿Cómo hablo con estas personas de educación sexual? Ulhmann propone técnicas que han funcionado en ámbitos profesionales, como los pictogramas o la técnica de los círculos para enseñarles qué pueden hacer o no las personas más o menos cercanas.

  • Dependencia hacia otras personas para todo tipo de cuidados y acciones cotidianas.

“Son niños y niñas que necesitan ayuda para comer, cambiarse, desplazarse… algunos para ver”, dice. “Muchas veces están tan acostumbrados a que no son capaces de hacer las cosas que aceptan cualquier cosa”. También “aprenden desde pequeños a que no tienen derecho a elegir”. Una técnica es darles a elegir, por ejemplo, la ropa o la comida.

 

“Muchas veces están acostumbrados a que no son capaces de hacer las cosas, aprenden desde pequeños a que no tienen derecho a elegir”

 

  • Los contextos de poca intimidad que de este tipo de situaciones de apoyo se derivan (por ejemplo, situaciones de higiene personal).
  • Su limitación en habilidades adaptativas como las sociales, y en concreto de asertividad o comunicación.

Solemos hablar de barreras físicas, como las sillas de ruedas o la falta de visión, pero no de las barreras de este tipo. “Hay una serie de aptitudes adaptativas que contribuyen a que la persona tenga dificultades”, dice la experta. “Las personas con discapacidad tienen muchas dificultades. Hay que poner medidas para facilitar que estén incluidos con sus iguales”. Para fomentar que no sean víctimas o que generen ellos la violencia es importante explicarles las normas sociales.

  • La falta de conocimiento de sus derechos, más común entre niños y niñas con discapacidad.
  • Su dificultad cognitiva para identificar una situación como “abuso”.
  • Sus necesidades afectivas.

La experta explica que para una persona con discapacidad del tipo que sea, hacer amigos resulta muy difícil. “Muchas veces, con tal que de que se les incluya aceptan cualquier cosa, buscan esa cercanía y permiten que se ejerza violencia contra ellos”.

Finalmente, entre los indicadores de riesgo destacados en la LOPIVI, la experta destaca varios: la negligencia en la atención de menores, el absentismo escolar, el uso de castigos físicos, familias desestructuradas o violentas, pobreza y exclusión social, embarazo temprano, violencia de género… “Todas esas cosas son mucho más aplicables a las personas con discapacidad intelectual”.

 

Capacitar a los niños y niñas

 

¿Cómo capacitar a la infancia con discapacidad para hacerla menos vulnerable?

En nuestro contexto, Uhlmann recomienda dedicar a la prevención primaria el 80% del tiempo. “En cada una de las actividades que hacéis, seguro que encontráis maneras de ejercer la prevención primaria”, explica: “charlas a los chavales, a los padres, a los monitores, educadores, profesores, etc. Hay que explicarles que esta población es más vulnerable que cualquier otra, que hay que darles voz, que tienen el derecho a ser escuchados, desterrar mitos…”

En cuanto a prevención secundaria, propone una actuación interna rápida cuando detectamos un caso de violencia. Cuando sospechamos que un niño o niña sufre de violencia “va a ser importantísimo que en los ámbitos donde podáis hacer seguimiento tengáis muy claro qué podéis hacer para reducir el riesgo de que su testimonio no sea creíble. El que recoja información una persona que tenga conocimientos de discapacidad va a ser clave, sabrá comunicarse con esa persona”.

 

Participar es cosa de todos: también de los chicos y chicas con discapacidad

 

A la hora de recoger testimonios, es crucial contar con herramientas que les permitan comunicarse. También, mecanismos para que no tengan que repetir el testimonio, a fin de prevenir la revictimización y evitar que alteren la historia. La actuación interna debe tener un protocolo sencillo.

Finalmente, la atención terciaria solo supone un 5% del trabajo, y la gestionan las autoridades. Es importante que las personas en estos entornos cuenten con especialización en personas con discapacidad.

Uhlmann destaca por último la necesidad de crear un entorno seguro y protector para prevenir la violencia que sufren estos niños y niñas. Un enfoque centrado en el niño o niña implica que ellos se mantengan en el centro de lo que hacemos, recuerda, y para ello debemos incluirles en la medida de lo posible en las decisiones que tomemos sobre sus vidas.

 

*Las opiniones contenidas por las personas formadoras en sus sesiones no reflejan necesariamente las opiniones de UNICEF España

 

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