juventud discapacidad

Fuente: @Cermi_Estatal

 

  • El I Congreso Estatal de Juventud con Discapacidad aborda la necesidad de que todos los chicos y chicas tengan hueco en los espacios de decisión y participación política
  • “Necesitamos la perspectiva de los jóvenes con discapacidad para avanzar en la ampliación de derechos y democracia”, dice Sira Rego, Ministra de Juventud e Infancia
  • Entradas sobre infancia, adolescencia y discapacidad

 

Chicos y chicas con sordoceguera, parálisis cerebral, discapacidades motoras, intelectuales o relacionadas con la salud mental. Todos ellos y ellas tienen derecho a estar presentes de forma activa en los espacios de decisión y participación política. Sin embargo, y a pesar de los avances, aún encuentran muchas barreras en el camino.

¿Cómo garantizar su derecho a la participación? De ello se habló en el I Congreso Estatal de Juventud con Discapacidad, organizado por CERMI (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad) y Fundación ONCE, que tuvo lugar del 13 al 14 de septiembre en Zaragoza, con la participación de más de 125 jóvenes.

El espacio permitió dialogar sobre el papel de los jóvenes con discapacidad en la formulación de políticas activas, no solo en el ámbito nacional, sino también en el contexto europeo, y los problemas estructurales y transversales que enfrentan.

 

 

El perfil de la juventud con discapacidad en España

 

La imagen que tenemos de la persona discapacitada y joven no se corresponde del todo con la realidad. Es lo que dio a entender Agustín Huete García, sociólogo experto en discapacidad, durante la presentación del informe La Juventud con Discapacidad en España 2024. Este estudio, hecho con personas de entre 15 y 34 años, muestra cómo la población joven con discapacidad difiere en varios aspectos de la población general con discapacidad.

 

Participar es cosa de todos: también de los chicos y chicas con discapacidad

 

Por ejemplo, en el género. En España viven 334.216 personas con discapacidad entre 15 y 34 años, de las que un 60% son hombres, mientras que la mayoría de la población con alguna discapacidad, en general, son mujeres. Asimismo, las discapacidades más comunes entre los jóvenes son intelectuales o relacionadas con la salud mental, mientras que en el resto de la población predominan las discapacidades físicas.

El informe también subraya problemas importantes como la baja tasa de emancipación entre los jóvenes con discapacidad: la mayoría aún vive en sus hogares familiares. “Yo diría que la emancipación es el problema más grave que afecta a la población joven con alguna discapacidad”, dice Huete. Apenas 7.700 chicos y chicas residen en instituciones residenciales.

 

“La emancipación es el problema más grave que afecta a la población joven con alguna discapacidad”

 

Por otro lado, aunque el nivel de estudios de los jóvenes con discapacidad ha mejorado, sigue siendo inferior al de la población general y el desempleo es un problema persistente: “La tasa de paro es más alta, pero el problema no es el desempleo, es la actividad. Tenemos tasa de actividad muy baja: de cada 100 jóvenes en edad de trabajar, solo buscan empleo 25. El mercado de trabajo no tiene las condiciones de inclusión ni la sensibilidad necesaria para generar oportunidades de empleo”, añade el sociólogo.

 

 

Discapacidad y género: una doble discriminación

 

Finalmente, el informe hace hincapié en la situación de doble discriminación que sufren las mujeres jóvenes con discapacidad, especialmente en el ámbito laboral, donde tienen menos oportunidades y perciben salarios más bajos que sus pares masculinos.

Sobre esa realidad lleva años sensibilizando Aitana Areste Velasco, joven con parálisis cerebral. “El capacitismo es un término que denuncia la discriminación hacia las personas con discapacidad y necesidades de apoyo. Sobre todo lo sufrimos las mujeres con discapacidad porque se entremezclan sexismo, paternalismo y actitudes infantilizadoras”, dice.

 

 

Ella trata de sensibilizar desde asociaciones como ASPACE Madrid y escribiendo en el blog Contigo somos capaces. “A través de este grupo hemos conocido otras discapacidades y cómo podemos hablar en primera persona”, añade. “Nos hemos dado cuenta de que dentro de las organizaciones no se nos permite hablar en primera persona y queremos que se nos tenga en cuenta en los órganos representativos de las organizaciones”.

 

En el caso de las mujeres jóvenes, “se entremezclan sexismo, paternalismo y actitudes infantilizadoras”

 

Areste cree que existe un interés creciente de los jóvenes en el activismo como forma de participación social, motivado en gran parte por la sensación de que las políticas tradicionales no los representan ni atienden adecuadamente sus necesidades. Y valora internet y las redes sociales como una oportunidad para ampliar sus voces, exigir sus derechos y buscar referentes, así como para crear un rol activo como ciudadanos de la sociedad.

Aboga, eso sí, por la adopción de nuevas tecnologías con un enfoque inclusivo: “La inteligencia artificial tiene riesgo de reproducir los mismos sesgos capacitistas, machistas y racistas que ya existen en la sociedad”, opina.

 

Superando los obstáculos

 

A pesar del motor de cambio que supone el activismo para muchos jóvenes, Areste denuncia que existen muchas barreras que dificultan la participación de aquellos con discapacidad.

“La primera que he identificado es la falta de accesibilidad universal. Se puede ver cómo muchos activistas no forman parte de movimientos por falta de apoyos, en personas con discapacidades como la mía o la sordoceguera, por ejemplo”. También habla del estigma social como otra traba importante. “Está interiorizado por la sociedad y en ocasiones por nosotros mismos”, dice. Pero se muestra optimista: “Los desafíos que enfrentamos son significativos, pero no insuperables”.

 

 

“A muchos jóvenes con discapacidad les puede parecer un reto imposible participar del activismo por la cantidad de barreras que persisten (físicas, sociales, digitales…)”, coincide Carolina Puente Muñiz, presidenta de ADEEE España. “Es uno de los retos que tenemos las entidades”.

Por eso, durante el congreso ha abordado la cuestión de cómo hacer atractivo el activismo para la juventud con discapacidad. Entre las pautas está el uso estratégico de la tecnología: “Tenemos plataformas y redes sociales para incorporar la voz de los jóvenes, pero deben usarse de forma inclusiva”, dice. También explica cómo en su asociación consiguen tener en cuenta la voz de la infancia y adolescencia con discapacidad: “En todas las decisiones que tomamos hacemos grupos de trabajo donde ellos participan activamente de las decisiones”.

Los jóvenes, protagonistas de la protesta

 

Retos y oportunidades del activismo

 

“El activismo es el motor que impulsa todos los cambios sociales”, dice Sira Rego, Ministra de Juventud e Infancia de España. Cree que para construir una sociedad sin actitudes como el capacitismo, el racismo o el machismo “necesitamos que los espacios del activismo estén permeados por los puntos de vista y experiencias de las juventudes con discapacidad”.

Garantizar los derechos de todos y todas, opina, “solo será posible cuando los espacios sean accesibles y atravesados pro todas las diversidades, solo cuando sea posible para todas tener calidad de vida”.

 

Asegura que la tarea del Ministerio Juventud e Infancia que ella preside no es solo gestionar y administrar políticas para los jóvenes, sino también que sus perspectivas se conviertan en rasgos esenciales de las políticas de Estado. Un ejemplo es la Ley de Juventud y Justicia Intergeneracional, cuyo borrador se escribirá de forma participativa mediante una consulta abierta hasta el 30 de noviembre. “Necesitamos vuestra perspectiva para avanzar en la ampliación de derechos y democracia”, concluye Rego.

 

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