>>Un informe de UNICEF analiza las investigaciones sobre el papel protagonistas de adolescentes y jóvenes en las protestas y las reacciones de cambio.
>> Preocupaciones como la democracia o el cambio climático, están dentro de las cuestiones que les llevan a protestar.
>>El objetivo de este análisis es ver cómo las tendencias actuales pueden llevar a impulsar un futuro mejor para todas y todos.
Protestar pacíficamente es un derecho humano, de hecho es también un derecho de la infancia, como se recoge en la Convención sobre los Derechos del Niño. Las personas se reúnen en espacios públicos para protestar en marchas, manifestaciones, y/o en desfiles. El objetivo es expresar sus puntos de vista y atraer la atención de las autoridades, los medios de comunicación y otros. El activismo de los jóvenes es una expresión de su capacidad para exigir cambios y presentar soluciones.
En los últimos años, el activismo juvenil revela la brecha entre las aspiraciones de los jóvenes y la combinación de crisis –o ‘policrisis‘- que enfrenta el mundo. UNICEF ha querido aproximarse a este fenómeno a través del informe Juventud, Protestas y la Policrisis’, Este análisis ha tenido como objetivo explorar cómo y por qué los jóvenes protestan y qué impulsará el activismo en el futuro. Uno de sus hallazgos es que las protestas juveniles pueden desempeñar un papel importante en la construcción de futuros mejores. Los activistas, jóvenes y adultos, así como los responsables de la formulación de políticas, deberían tomar medidas para aprovechar este potencial.
Los activistas, jóvenes y adultos, así como los responsables de la formulación de políticas, deberían tomar medidas para aprovechar este potencial
El informe señala que el aumento de las protestas juveniles genera preocupación pero también esperanza ya que pueden desempeñar un papel importante en la construcción de mejores futuros. Es difícil predecir cómo serán los movimientos de protesta en el futuro, pero esta investigación de UNICEF identifica varios factores y preocupaciones que conducen al activismo juvenil: valores culturales, oportunidades políticas, recursos disponibles para manifestarse, factores estructurales (como el nivel de urbanización), características individuales (como el nivel educativo).
La democracia, cuestiones ambientales (especialmente el cambio climático), la discriminación por motivos de género, orientación sexual o etnia, o temáticas que les afectan como la educación, el empleo o las condiciones de vida, son algunas de las preocupaciones que les llevan a protestar. Todo apunta a que las protestas aumenten y que tengan a los y las jóvenes como protagonistas. Una conclusión con la que están de acuerdo los propios protagonistas del estudio.
El estudio combina metodologías cuantitativas con cualitativas, incluidos los jóvenes, para hacerse dos preguntas fundamentales:
- ¿Cuáles son las tendencias más relevantes en las protestas juveniles, su contexto, motivaciones, métodos e impacto en las últimas dos décadas?
- Y, basándose en los principales impulsores de las protestas, ¿qué podemos esperar en el futuro?
Acción no violenta y el bien común
En las últimas décadas se ha producido un aumento significativo de las protestas en todo el mundo, con los estudiantes y los jóvenes a la cabeza. El estudio explora las protestas como método preferido de compromiso político de los jóvenes y expresión de sus aspiraciones futuras. Aunque se identifican riesgos, el informe evalúa el potencial transformador de la participación juvenil en las protestas. Estas son algunas de las principales conclusiones:
- Los y las jóvenes prefieren la participación política informal. Por ejemplo, a través de protestas y acción directa y, estos, impulsan su activismo.
- Los y las jóvenes utilizan diversos métodos en las protestas, a menudo combinando acciones en línea y presenciales.
- La participación juvenil puede significar realizar protestas más pacíficas e inclusivas. Pero, advierten, que incluso la acción no violenta enfrenta represión por parte de las autoridades.
- Los y las jóvenes contribuyen al impacto de las protestas y al cambio social, pero esto no siempre conduce a beneficios directos para ellos.
- Las protestas en el pasado, el aumento de los precios de los alimentos, la disminución de la satisfacción con la vida y el aumento de los problemas asociados a las ciudades sugieren que las manifestaciones y la participación de la juventud seguirá aumentando.
- Los y las jóvenes desean convertirse en manifestantes más proactivos, recurriendo a métodos pacíficos y disfrutando de un mayor reconocimiento por su papel positivo en la sociedad.
Aunque se identifican riesgos, el informe evalúa el potencial transformador de la participación juvenil en las protestas
El informe trata de perfilar estas protestas y resalta que es un derecho humano. Estas concentraciones, marchas y desfiles responden a un impulso de reunión colectiva y pacífica. El objetivo de estas es expresar sus puntos de vista, llamar la atención de las autoridades, visibilizar el problema frente a los medios de comunicación y, en general, sensibilizar a la opinión pública. “El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención sobre los Derechos del Niño otorga a todos los seres humanos, y a la infancia, el mismo derecho”, incide el informe.
Entre los estudios analizados, destacan los datos obtenidos del porcentaje de jóvenes implicadas en estos movimientos. El porcentaje de personas interesadas en la política informal, según encuestas de la década de 2000 en comparación con 2017 de Orbmedia, ha ido aumentando con la actual generación. Las personas de diferentes generaciones siguen interesadas en la política, pero los jóvenes se sienten cada vez más frustrados con la democracia. Los jóvenes y los estudiantes también están protestando más, y la participación y el liderazgo de los jóvenes en campañas masivas han aumentado desde 1990. En más del 80% de estas campañas, los jóvenes constituían al menos el 25% de los participantes.
El estudio visualiza que la participación juvenil ha ido aumentando desde 1990 hasta 2019, cuando se toman los últimos datos. En concreto, las protestas -entendidas como eventos individuales, de grupos pequeños o grandes movilizaciones o campañas- han aumentado en los últimos 20 años, según indica el United State Institute of Peace. Por eso podemos decir que los jóvenes son los protagonistas de la protesta.
Problemas globales, protestas globales
El informe destaca que se ha vuelto más común que los movimientos sociales organicen redes internacionales, aumentando el número de protestas sobre temas globales, como la acción climática o la lucha contra el racismo. Si bien es más probable que la gente proteste en eventos locales, las preocupaciones locales también pueden provocar movimientos transfronterizos. Los jóvenes han contribuido a este alcance global de las protestas a través de esfuerzos y colaboración internacionales. Los casos más claros: el empuje de campañas como ‘Los viernes por el clima’ o todo lo relacionado con migraciones.
Estas redes y acciones coordinadas con otros grupo de jóvenes se realizan tanto en lo digital como en lo presencial. De hecho, los estudios señalan que ambas opciones son combinables y una refuerza a la otra. “Los manifestantes recurren cada vez más a la acción digital para movilizarse rápidamente, compartir información, evitar la represión y reducir los costos de los eventos. Pero la movilización en línea también tiene sus peligros y puede empeorar las brechas digitales, crear oportunidades de vigilancia y perjudicar a los grupos marginados”, advierte.
Los jóvenes han contribuido a este alcance global de las protestas a través de esfuerzos y colaboración internacionales.
La creatividad y la innovación contribuyen a un activismo más impactante y los jóvenes han ayudado a que la acción cívica sea más flexible, rápida y diversa. En ejemplo, el uso de las redes sociales en Tailandia o Hong Kong para debatir sobre las acciones de protesta a tomar. Además, surgen proyectos para fomentar esta tendencia, como Generación What?. Se trata de la primera macroencuesta dirigidas a los jóvenes de entre 18 y 34 años de 11 países distintos de la Unión Europea con la que se pretende obtener una radiografía fiel de los jóvenes.
Recomendaciones para jóvenes e instituciones
Por último, el informe incluye recomendaciones tanto para los estados como para la juventud. Entre ellos, está la recomendación básica para las instituciones que es escuchar a los niños, las niñas y los adolescentes. Fomentar la participación activa de estos, no interferir con el derecho de reunión pacífica de niños, niñas y jóvenes basándose en riesgos percibidos o no prohibir protestas pacíficas.
Para los y las activistas, el informe insiste en evitar cualquier tipo de violencia en las protestas, crear un ambiente positivo para la participación, crear canales apropiados para que se pronuncien los niños y niñas y crear espacios inclusivos. También hace una especial mención a la necesidad de realizar una evaluación de riesgos que mitigue riesgos y protejan a la infancia cuando se involucre a menos de 18 años. Así, los jóvenes serán protagonistas de la protesta.
Puedes acceder al informe completo (en inglés) aquí.