“Me motiva ver que lo que hacemos sirve para algo”: chicos y chicas comparten experiencias de participación

30/05/2023 | Adolescencia y juventud, Buenas prácticas, Entrevista, Participación Infantil, Política Estatal, Política Local, Previas

 

  • Los consejos de participación en los ámbitos local, autonómico y estatal buscan que las opiniones de la infancia y adolescencia influyan en las políticas públicas. Conocemos varios ejemplos contados por ellos y ellas
  • “Participar en el consejo es un privilegio, tienes la libertad de decir lo que piensas”
  • “A muchos chavales puede impulsarles saber que pueden cambiar las cosas, muchos no lo saben”

 

Martín tenía nueve años cuando le hablaron del consejo local de infancia de su ciudad, Avilés (Asturias). “Vinieron a mi colegio a dar una charla y me presenté voluntario. Me hizo gracia la idea de sentirme un miniconcejal, hacer propuestas que pudiesen de alguna manera cambiar la ciudad”, recuerda.

En el consejo, él y otros niños y niñas pudieron expresar qué cambios les gustaría ver en su cuidad. “Al principio decíamos cosas que eran poco posibles: ‘¡yo quiero un parque acuático frente a mi casa!’”, ríe. Poco a poco, de los propios niños y niñas surgieron propuestas realistas, como mejoras en la movilidad del municipio, actividades de ocio y culturales o la creación de una radio para jóvenes del consejo.

“A lo largo del tiempo, las propuestas se fueron haciendo. Me pareció algo maravilloso. Éramos un grupo de chavales entre los 9 y los 15 años que descubrimos que juntándonos se podían cambiar las cosas”, dice Martín, que al cumplir 18 años dejó el consejo, pero no la participación.

 

“Éramos un grupo de chavales que descubrimos que juntándonos se podían cambiar las cosas”

 

El pasado 24 de mayo, en una jornada online, se intercambiaron esta y otras experiencias de chicos y chicas de consejos de participación infantil y adolescente en los ámbitos local, autonómico y estatal. Procesos inspiradores de participación que apoyamos desde la iniciativa Ciudades Amigas de la Infancia para que las opiniones y propuestas de los niños y niñas aterricen en las políticas públicas de infancia de sus municipios y ciudades.

“La participación puede llegar muy lejos”, dice Lara, moderadora del evento, de 21 años. Ella es un buen ejemplo: empezó en su consejo local y hoy forma parte del Grupo Asesor de UNICEF España, desde donde ha participado en eventos como la cumbre del clima o reuniones a nivel europeo. “Es muy satisfactorio llegar a estos espacios”.

 

consejo participación infancia

Participantes en el seminario online sobre participación infantil y adolescente

 

Partir de lo local

 

También Ainhoa se apuntó al consejo de infancia y adolescencia de Mislata, su municipio, en 2018. “No sabía muy bien dónde me había metido”, cuenta, pero esa decisión la llevó también muy lejos: a formar parte de proyectos, conocer gente nueva y reunirse con sus representantes políticos para plantearles dudas y propuestas. Hoy es parte del Consejo de Infancia y Adolescencia de la Comunitat Valenciana.

“Lo que te motiva a estar en grupos como los consejos es querer participar, querer estar presente, querer opinar”, destaca.

Álvaro, de 15 años, empezó también en el consejo local de su pueblo y ahora está en el Consejo Regional de Participación de Extremadura, un órgano creado recientemente pero desde el que ya han hecho actividades, encuentros regionales y reuniones telemáticas sobre temas que importan a la juventud, como la salud mental.

“Participar en el consejo regional es muy importante, es una forma de dar la voz de los diferentes niños y niñas de Extremadura para que se mejoren diferentes ámbitos. Conoces a mucha gente con al que podemos intercambiar opiniones”, opina.

 

“Participar en el consejo regional es una forma de dar la voz de los diferentes niños y niñas de Extremadura”

 

“Hemos logrado cambiar algo, ahora a los niños de Extremadura se les puede escuchar”, dice Judith, su compañera, de 16 años. “Conoces a muchos niños y niñas. Participar en el consejo es un privilegio. Tienes la libertad de decir lo que piensas”.

 

Presupuestos participativos de infancia: una escuela de ciudadanía

 

Otro ejemplo del impacto que pueden tener los niños y niñas en sus municipios es el de los presupuestos participativos de infancia. En Valladolid, los presupuestos participativos ya existían: a través de una página web, los ciudadanos pueden proponer mejoras de su barrio o su ciudad que luego se someterán a votación.

A finales de 2022, el ayuntamiento incluyó a la infancia. Para ello, otorgó una parte del presupuesto, de 300.000 euros, para que los niños y niñas lo gestionaran. Julia y Diego, de 13 años y del Consejo Local de Infancia y Adolescencia de Valladolid, cuentan cómo fue la experiencia de la que ellos formaron parte.

 

“Para nosotros ir al ayuntamiento, poder decir lo que pensamos al alcalde y representar a otros niños de diferentes colegios es muy importante”

 

“Ha sido en el pleno en el que hemos tomado más decisiones y hemos dado más nuestra opinión”, dice Julia. Esa partida se utilizó para mejoras en el municipio: la construcción de una pista de parkour, aparcabicis y rutas para circular con bici en el entorno de los colegios, fomento de los espacios verdes y fuentes, techado para uno de los colegios, mejora de instalaciones deportivas… “A la infancia lo que más nos interesa son instalaciones para poder jugar con los amigos, actividades deportivas y vida saludable”, añade.

Reconoce que se sintieron escuchados: “Para nosotros ir al ayuntamiento, poder decir lo que pensamos al alcalde y representar a otros niños de diferentes colegios es muy importante. He sentido que nuestra opinión importa”, dice.

 

Consejos a nivel estatal

 

La participación de la infancia y adolescencia no se puede quedar únicamente en el nivel más local. Santiago e Irene son representante del Consejo Estatal de Participación de la Infancia y de la Adolescencia (CEPIA), un órgano estatal de consulta, representación y de participación formado por 34 chicos y chicas de distintas partes de España.

“Es importante que existan estos espacios”, opinan. “Somos ciudadanos y ciudadanas más de España y deberíamos tener el mismo derecho a opinar y hacer propuestas. Las decisiones que se están tomando ahora nos van a afectar a nosotros dentro de unos años”.

 

“Poder trabajar con el Estado te abre la oportunidad de hacer propuestas que tú en tu consejo local no puedes hacer”

 

Mientras que algunos consejos lo dirigen los adultos, aseguran que en el CEPIA tienen mucha libertad. “Se nos tiene muy en cuenta. Dinamizamos, hacemos el orden del día y las actas… Es un espacio totalmente nuestro”, dice Santiago. “Somos nosotros quienes gestionamos las reuniones, quienes nos damos los turnos de palabra… no hay prácticamente intervención adulta”.

“Trabajar a nivel nacional es otro nivel, te das cuenta de que tus propuestas están influyendo en el país. Sientes que realmente te están tomando en serio”, dice Irene. Su compañero está de acuerdo: “Poder trabajar con el Estado te abre la oportunidad de hacer propuestas que tú en tu consejo local no puedes hacer”, añade.

 

Contribuir al cambio

 

¿Qué es lo que motiva a todos estos chicos y chicas a seguir en sus consejos?

Para Martín, lo que le impulsó en un primer momento fue comprobar que los propios chicos y chicas podían poner en marcha actividades de ocio o de mejora del municipio, “ver que su palabra valía como la de cualquier adulto”, dice. “Creo que eso es algo que a muchos chavales puede impulsarles: el hecho de que pueden cambiar las cosas, que muchos no lo saben”. Lara coincide: “Ver que realmente pueden aportar en su ciudad y su comunidad”.

Para Diego, es importante que se dé a conocer estos consejos, porque gran parte de la ciudadanía no los conoce: “Sobre todo en los centros escolares, para que los compañeros nos puedan trasladar sus aportaciones”, dice.

 

“Me motiva mucho saber que mi preocupación la puedo trasladar a los adultos, ver que lo que propongo se hace realidad, por eso he seguido participando”

 

“A mí lo que más me motiva a seguir es ver que lo que estamos haciendo sirve para algo”, dice Irene. “Si hubiera visto que esto no daba fruto no hubiera seguido tantos años. Ya desde el primer año que empecé a nivel local, vi que todo estaba funcionando, que a mis propuestas se las estaba haciendo caso. Después, vi que hacíamos actividades de mayor rango; luego entré en el CEPIA y en el Grupo Asesor de UNICEF España… Estamos ayudando a muchos niños, niñas y adolescentes y eso me motiva mucho a seguir”.

Santiago, que también empezó muy pequeño en la participación, coincide: “Me motiva mucho saber que mi preocupación y las de los demás niños y niñas las puedo trasladar a los adultos, a las personas que tienen poder de cambio”, dice. “Ver que lo que propongo tiene un reflejo y una solución, y se hace realidad. Por eso he seguido participando y espero seguir más tiempo, el tiempo que pueda, es algo fundamental”.

 

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