- Las seis Ciudades Amigas de la Infancia de Extremadura lanzan un proyecto para dar a conocer las buenas prácticas llevadas a cabo en sus municipios en los momentos más difíciles de la pandemia
En el escenario de crisis sanitaria, en el que los derechos de la infancia pueden verse amenazados, los gobiernos locales son un actor clave a la hora de garantizarlos. Y no se han quedado cruzados de brazos: muchos de ellos han reaccionado para abordar la emergencia tomando medidas con un enfoque de derechos de infancia. En la Comunidad Autónoma de Extremadura, los seis municipios pertenecientes a la red Ciudades Amigas de la Infancia quieren ahora dar a conocer las buenas prácticas llevadas a cabo en los momentos más difíciles de la pandemia para garantizar los derechos de los niños y niñas a la educación, la alimentación o la participación.
De la mano de UNICEF Comité Extremadura y con la colaboración de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta de Extremadura, los representantes de los consejos de participación infantil de la comunidad nos cuentan, en seis vídeos, sus dudas e incertidumbres ante la COVID-19, cómo han vivido la escuela en casa y qué propuestas tienen para un posible nuevo confinamiento. Sus testimonios muestran que, incluso en el momento más complicado de la crisis, la reacción de muchos niños, niñas y adolescentes ha sido querer formar parte de la solución, y dejan claro que la participación no se ha interrumpido a pesar de las dificultades, así como la importancia del trabajo en red a nivel municipal.
Desde Ciudades Amigas de la Infancia planteamos que es mucho lo que los municipios pueden hacer frente a la pandemia: garantizar los recursos y ayudas a todos los niños y niñas sin distinción, incluir la opinión de la infancia en las normativas públicas, garantizar los servicios esenciales para la infancia y sus familias, así como sus derechos a vivir en un entorno seguro y limpio o el derecho al ocio y al juego. Todas estas ideas, de las que se nutren las buenas prácticas presentadas en el proyecto, puede ayudar a paliar el impacto de la pandemia en la infancia y sus comunidades.
Derecho a ser un niño – Arroyo de la Luz
En plena cuarentena debido a la pandemia, los niños y niñas participantes de la escuela de música y banda municipal de Arroyo de la Luz (Cáceres) no quisieron dejar de lado su pasión. A iniciativa de los niños y niñas del Consejo de Participación Infantil, muchos de ellos pertenecientes a la escuela de música, los integrantes de la banda decidieron volver a tocar “juntos” a través de sus móviles y cámaras y por plataforma de videollamada.
Para Miguel Ángel Martín Hernández, director de la Banda Municipal de Música, esos conciertos telemáticos tan inusuales sirvieron para ayudarles a olvidarse del mal trago: “A través de esos vídeos intentamos hacerles sonreír”, cuenta. De ese modo se llevaron a cabo conciertos online en fechas destacadas haciendo posible que en condiciones y en situaciones difíciles la música volviera a las calles de Arroyo de la Luz, uno se los municipios extremeños más azotados por la pandemia en la primera ola.
Derecho a ser escuchado – Cáceres
Los chicos y chicas del Consejo de Participación Infantil de Cáceres tienen bien claro la importancia de ejercer su derecho a hacer propuestas y a participar: para ellos, el Consejo sirve “para sentirte que eres importante en tu cuidad, que puedes formar parte de un proyecto”, como describe Ángela.
Por eso mismo, el Consejo continuó reuniéndose en la cuarentena y, durante esas sesiones online, surgió una propuesta solidaria: lanzar mensajes de apoyo a los más mayores, los abuelos y abuelas, que estaban siendo las principales víctimas del virus. Fruto de estos encuentros, los niños y las niñas realizaron un video divulgativo para los mayores con consejos sobre la COVID-19. “Estuvimos llamándoles, preguntándoles cómo lo llevaban, dándoles ánimos, escribiéndoles cartas”, cuenta Nerea, una de las participantes en la iniciativa.
Derecho a servicios esenciales (educación) – Herrera del Duque
Uno de los principales retos para la infancia y la adolescencia desde la llegada de la pandemia han sido la escuela en casa. “Ha sido difícil. Era una situación que no estaba preparada, no sabíamos ninguno cómo actuar”, cuenta Teresa. La llegada de la pandemia y las cuarentenas impuestas para paliarla han sacado a la luz muchas situaciones de desigualdad en el ámbito educativo y necesidades que de la noche a la mañana se han vuelto cruciales, como las relacionadas con la brecha digital.
Ante estas situaciones de desigualdad en el ámbito educativo que se sobrevinieron como consecuencia de la pandemia, desde el Ayuntamiento de Herrera del Duque (Badajoz) se tomó la decisión de proporcionar conexión a internet o dispositivos para los niños y niñas del municipio que no disponía de estos recursos, de modo que todos tuvieran la posibilidad de seguir con su educación.
Derecho a vivir en entornos seguros y limpios – Don Benito
Una de las cosas que ha traído la pandemia ha sido la necesidad urgente de repensar las ciudades, apostando por una movilidad más segura y un entorno limpio. De ahí, y de las propuestas de los niños y niñas del consejo local, surge el proyecto Muévete seguro en el municipio de Don Benito (Badajoz).
“Antes estábamos en el colegio, nos podíamos mover más libremente… Ahora con el COVID hemos tenido que crear accesos diferentes para que no haya aglomeraciones”, explica Ana, del consejo local de infancia. El proyecto también busca fomentar el transporte público con medidas como la creación de un carril bici. “Hicimos estudios en la ciudad y comprobamos que la distancia media de uso del coche eran 800 metros en una ciudad totalmente llana. Eso no tiene sentido”, dice José Luis Quintana, alcalde de Don Benito.
Entre las medidas tomadas ha habido algunas muy orientadas a garantizar la seguridad ante la pandemia, como la desinfección de las calles durante y después del confinamiento, el reparto de de mascarillas y gel hidroalcohólico y el apoyo de monitoreado en centros escolares para facilita las entradas y salidas de los niños y niñas de forma segura. Pero también otras con vistas a cambios más duraderos, como la creación de un cinturón de movilidad urbana, una red de itinerarios peatonales preferentes en el casco Histórico de Don Benito, o la señalización de itinerarios en los parques y zonas de paseo para facilitar una movilidad segura.
Derecho a servicios esenciales (alimentación y educación) – Llerena
El confinamiento hizo que para muchas familias se dieran situaciones difíciles, y en muchos casos ha sido urgente garantizar tanto la alimentación como la educación de los niños y niñas. En Llerena (Badajoz) se hizo mediante la puesta en marcha de dos programas: por un lado, los comedores sociales para ayudar a las familias, frente al cierre de los comedores escolares. Para ello, los servicios sociales de Base contactaron telefónicamente con todas aquellas familias susceptibles de encontrarse en riesgo de exclusión, con hijos a cargo, para que Cruz Roja les proporcionará alimentación diaria, y el Ayuntamiento puso a disposición trabajadores municipales que se encargarían del reparto.
Por otro lado, a través del programa de apoyo educativo, desde la concejalía de servicios sociales y en colaboración con las direcciones de los centros educativos de Llerena, se ha repartido tarjetas SIM y materiales a niños y niñas para garantizar que todos pudieran seguir las clases desde casa. Una de ellas fue Nuria: “En mi casa nunca hemos tenido teníamos internet, tampoco ordenador. Cuando ocurrió lo del confinamiento, al principio estaba en la incertidumbre. Pero el Ayuntamiento me dio una tarjeta con al que podía tener wifi, y el colegio me facilitó un portátil”, cuenta. “No va a quedar ningún niño que no pueda hacer sus tareas y que esté en desventaja”, dice Consuelo Rodríguez, Auxiliar de Apoyo Social del Ayuntamiento.
Educación – Villanueva de la Serena
Las clases durante el confinamiento fueron difíciles para todos los niños y niñas. Estar en casa, no poder ver a los compañeros, la falta de comunicación con los profesores, los deberes… Desde el Ayuntamiento de Villanueva de la Serena (Badajoz) se detectaron los déficits educativos y los problemas que dificultaba a muchos niños seguir con las clases, como la falta de medios telemáticos o de conexión a internet.
Gestionado por la Fundación Jose Manuel Calderón y en colaboración con el Ayuntamiento de Villanueva de la Serena, se detectó la necesidad de realizar un apoyo educativo a niños y niñas vulnerables. De ahí surge el proyecto refuerzo educativo, basado en la creación de un aula para dar clase a niños en riesgo de exclusión, y en el que se ofertaron clases de refuerzo a aquellos alumnos que lo necesitasen, con un objetivo: superar la brecha educativa que surgió durante el confinamiento y que ningún niño, niña o adolescente quedara atrás en las clases.