- “Para muchas ayudas y acceso a servicios clave para los derechos de la infancia es necesario el padrón”, dice Gabriel González-Bueno, especialista en Políticas de Infancia de UNICEF España
- EAPN-ES ofrece un taller con todas las pautas sobre el empadronamiento y recuerdan que la normativa permite a los municipios empadronar a toda persona independientemente de su situación administrativa o de vivienda
En la teoría, es un registro de las personas que residen en un municipio. En la práctica, puede ser la puerta de acceso a derechos básicos y servicios esenciales para todo aquel que resida en dicho municipio, incluida la infancia. El registro del padrón, trámite obligatorio para toda persona y del que son responsables los ayuntamientos, puede ser una condición para cosas como inscribirse en un centro escolar, acceder al médico u optar a ayudas o becas, además de un instrumento que proporciona información y facilita la planificación.
“El padrón en sí mismo no es un derecho: es un estado, una información de las personas que viven en un municipio”, explica Sonia Olea Ferreras (de Cáritas Española y Coordinación Grupo de Vivienda en EAPN-ES) en el taller online ‘Padrón, la llave de tus derechos’, organizado por EAPN-ES.
La normativa permite a los municipios empadronar a toda persona independientemente de su situación administrativa o de vivienda. “Me puedo empadronar si vivo en una habitación sin contrato de arrendamiento, en un asentamiento de chabolas, si estoy en situación administrativa irregular o si vivo en la calle”, dice Olea.
Para empadronarse, toda persona debe acreditar dos cosas: quién es y dónde vive
El taller online da pautas sobre la normativa que regula el padrón y qué condiciones debe una persona cumplir para empadronarse: acreditar quién es y dónde vive. Aunque, “en la práctica, vemos que no siempre es fácil y que se ponen obstáculos”, dice Diego Fernández-Maldonado Delpino, de Cáritas Española.
- Acreditar quién es
Se requiere un documento de acreditación; los más comunes son el DNI, el pasaporte o la tarjeta de residencia. Las personas extranjeras tienen tres supuestos dependiendo si son personas de la Unión Europea, de nacionalidad no comunitaria o gocen de protección internacional, temporal y subsidiaria. “Lamentablemente, quedan fuera las personas extranjeras (comunitarias o no) que no tengan la documentación señalada en vigor”, dice Fernández-Maldonado.
- Acreditar dónde vive
Sirve cualquier elemento probatorio: un contrato de alquiler, recibos del agua, gas o bancarios, un acta notarial o, incluso, la geolocalización o mapa, en el caso de personas sin hogar: “Se han presentado mapas en situaciones de asentamiento y se ha acreditado que la persona vivía en el kilómetro X de la carretera X”, pone como ejemplo Olea.
La llave de acceso a derechos esenciales
Para un niño, niña o adolescente, no estar empadronado puede afectar a sus derechos fundamentales: “Para muchas ayudas y acceso a servicios clave para los derechos de la infancia es necesario el padrón”, dice Gabriel González-Bueno, especialista en Políticas de Infancia de UNICEF España.
Entre esos derechos está el acceso a la educación, un derecho fundamental de la infancia, que depende muchas veces del registro en el padrón. “Para optar a un un colegio concreto tienes que demostrar que vives en la proximidad”, aclara. “El padrón no debería ser ningún obstáculo al acceso a un derecho fundamental”.
“Para optar a un un colegio concreto tienes que demostrar que vives en la proximidad. El padrón no debería ser ningún obstáculo al acceso a un derecho fundamental”, dice González-Bueno
Otro ejemplo es el derecho a la salud, que en España es un derecho universal para los niños y niñas, pero cuyo acceso, así como la asignación de médico de cabecera y la obtención de la tarjeta sanitaria, suele estar condicionado al empadronamiento. Aunque las urgencias están garantizadas, la falta de inscripción en el padrón restringe la atención médica regular y otros servicios de salud, dejando a las personas en situación irregular en una posición de vulnerabilidad.
Por otro lado, no estar inscrito en el padrón dificulta el acceso a servicios sociales y ayudas como el Ingreso Mínimo Vital (que requiere demostrar unidad familiar) y becas. “Muchos de estos servicios una de las primeras cosas que exigen, sobre todo lo municipales, es demostrar dónde vives”, dice González-Bueno. “Por ejemplo, en muchos territorios hay ayudas que están condicionadas a haber permanecido en la comunidad o el ayuntamiento de turno más de uno o dos años. ¿Cómo demuestras esa permanencia si no es mediante el padrón?”.
Algunos ejemplos: en Andalucía, el empadronamiento es necesario para la tarjeta sanitaria; en Madrid, es condición para acceder al centro educativo público y también para acceder a ciclos básicos de FP y en Cataluña para recibir asistencia sanitaria pública debes estar empadronado en un municipio catalán.
Barreras en la práctica administrativa
Algunos municipios, sin embargo, imponen condiciones adicionales no contempladas por la ley. Entre ellas, la exigencia de contratos de alquiler o pruebas de habitabilidad de la vivienda.
“Las entidades sociales están encontrando que algunos ayuntamientos exigen condiciones o documentación para empadronarse que no figuran en la ley”, dice González-Bueno. “Se están viendo obstáculos de tipo administrativo, burocrático, formularios que piden cosas que no son exigibles”.
Estas prácticas afectan principalmente a los niños y niñas de familias en situación administrativa irregular o que viven en asentamientos: al no poder cumplir con estos requisitos, ven limitadas sus posibilidades de inscripción, algo que limita su acceso a los servicios básicos y perpetua el círculo de exclusión. En teoría, los niños y niñas en centros de protección no tienen este problema: el centro tiene obligación de inscribirles.
“Tanto el acceso a la educación y a la sanidad está garantizado por ley, también para esos niños”, dice González-Bueno
Las familias de origen migrante están entre las más afectadas. El XIV Informe ‘El Estado de la Pobreza en España’ de EAPN-ES, de 2023, reafirma que la nacionalidad se presenta como un relevante factor de vulnerabilidad: más de la mitad de las personas extranjeras de origen extracomunitario viven en pobreza y/o exclusión social. Precisamente, la inscripción en el padrón es uno de los caminos para poder regularizar la situación de estas personas, como señala González-Bueno, quien recuerda que “tanto el acceso a la educación y a la sanidad está garantizado por ley, también para esos niños”.
El Comité para los Derechos del Niño establece que los Estados miembros deben garantizar que cada niño y niña sean registrados al nacer y cuenten con una identidad legal, incluyendo el nombre y la nacionalidad. El padrón es una herramienta de registro más para este objetivo, y los municipios tienen la responsabilidad de gestionarlo conforme a la ley, sin introducir trabas adicionales que perjudiquen a las comunidades más vulnerables y a los niños y niñas que viven en ellas. Es fundamental que las administraciones locales colaboren para garantizar la inclusión y proteger los derechos de la infancia.