- Chicos y chicas reflexionan sobre violencia, salud mental y el papel de las redes sociales en la pervivencia de estereotipos de género
A nivel global, la igualdad de género está lejos de ser una realidad. Y, aunque en países como España la sociedad ha avanzado hacia actitudes más igualitarias, perviven muchos estereotipos de género incluso entre niños y niñas.
Un reciente sondeo en cuatro países incluyendo España mostró que un 47% de los chicos cree que las mujeres, con la excusa de la igualdad, pretenden tener más poder que los hombres. En España, aunque 87% de los jóvenes piensa que la igualdad de género debería ser tan importante para hombres como para mujeres, existe un 18% de chicos que niega la existencia de la violencia de género.
¿Qué piensa la adolescencia? Charlamos con cinco chicos y chicas del grupo asesor de UNICEF España para conocer su opinión sobre desigualdad, violencia de género, salud mental y el papel de las redes sociales en la pervivencia de estereotipos de género.
Estereotipos de género
En general, niños, niñas y adolescentes piensan que los trabajos pueden realizarlos tanto hombres como mujeres, como mostró el Barómetro de Opinión de la Infancia y Adolescencia. Sin embargo, hay profesiones que siguen asociando a un género determinado (como la de policía, a hombres, o las de limpieza y cuidado de niños, a mujeres).
“Creo que no hay posiciones ni oficios de chicos y de chicas”, dice Manuel, de Guadamur (Toledo). Opina que todos y todas podemos mostrar cariño, ser líderes, etc. “Tanto chicos como chicas somos capaces de hacer las mismas cosas”.
Por otro lado, solo uno de cada 10 participantes del Barómetro consideró que hay características de la personalidad más propias de hombres, como es ser dominantes o actuar como un líder, mientras que hay otras más frecuentes en mujeres, como es expresar cariño abiertamente o querer lucir un buen aspecto.
En general, las respuestas fueron igualitarias, aunque son los chicos quienes presentan más estereotipos de género. Por ejemplo, el hecho de ser dominante es percibido como un comportamiento masculino por más del triple de chicos que de chicas.
¿Les preocupa la desigualdad?
Otro dato que descubríamos gracias al Barómetro es que el machismo y la violencia de género preocupan a los jóvenes menos que hace unos años. Algo que puede deberse a que ha habido otros temas importantes, como la guerra o la crisis climática, o precisamente a que la juventud ya ha interiorizado esa igualdad: “Nos lo han dicho trescientas veces que hombres y mujeres deben ser iguales, lo tenemos más que asumido”, dice Kheira, de 15 años.
Es cierto que el interés y preocupación hacia los temas de la desigualdad y la violencia de género se duplica entre las chicas respecto a los chicos. Estela, de 14 años, dice haberlo notado al presentar cortos sobre violencia de género, en las clases de su instituto, a compañeros de su edad: “Las chicas mostraban más interés, me preguntaban por la historia de la protagonista”, recuerda. “Sí que hay chicos interesados, pero se nota mucho la diferencia de género”.
Piensa que algunos chicos creen que el machismo es un tema que no les toca. Sin embargo, “al final nos afecta a todos como sociedad. Las chicas, como solemos ser las más afectadas, porque hay violencia de género, somos más conscientes”. Manuel también cree que las desigualdades afectan tanto a hombres como a mujeres, “aunque desgraciadamente más a las mujeres”, y que tanto chicos como chicas deben involucrarse en “luchar por el bienestar común”.
Expectativas y género
Niños, niñas y adolescentes siguen arrastrando algunas desigualdades y expectativas de las generaciones previas. Algo que se muestra en otro dato del Barómetro: la posibilidad de sufrir rechazo social (ser aceptado, ser popular o ser juzgado) preocupa el doble a las chicas en comparación con los chicos.
La realidad es que ambos géneros sufren sus propias presiones sociales, cada uno a su modo. “Yo por lo que veo en mi entorno cercano: a los hombres se les está exigiendo más cosas que antes se les exigía a las mujeres”, observa Kheira. “Están en un grupo de niños y todos van al gimnasio, hay uno que es muy delgadito y se ríen de él…”.
“Antes las chicas eran las que más se preocupaban por el aspecto, eso va cambiando”. Víctor, 13 años
“Antes las chicas eran las que más se preocupaban por el aspecto y los chicos no se cuidaban”, coincide Víctor, de 13 años. “Ahora, si no te depilas eres un guarro… esto demuestra que la gente va cambiando”.
Coinciden en que las imposiciones siguen existiendo, para ambos géneros: “Las chicas somos más prisioneras en ser guapas, ser amables, no gritar… Los chicos, en no llorar porque es de ‘nenazas’, tienes que ser el más guay de tu barrio, hacerte el duro…”, dice Estela. “Ninguno es correcto. A las chicas se les obliga más a la belleza y a los chicos, a ser fuerte. A los dos se nos presiona por diferentes sitios”.
Internet y salud mental
Si algo tiene de diferente esta generación de jóvenes es la omnipresencia de las nuevas tecnologías, que a veces acompañan a la búsqueda de aceptación ofreciendo modelos insanos.
José Ángel, de 15 años, describe lo que la gente de su edad suele ver en vídeos de YouTube: “Encuentras vídeos sobre la vida perfecta, ‘cómo ser esa chica’: levántate a las cinco de la mañana y métete en una bañera de hielo, no comas nada hoy y atrácate por la noche…”
“Encuentras vídeos sobre cómo ser esa chica perfecta: levántate a las cinco de la mañana y métete en una bañera de hielo, no comas nada hoy y atrácate por la noche…”. José Ángel, 15 años
“He visto que entre [los chicos de mi grupo] se decían, voy al gimnasio, voy todos los días, voy sin comer porque he visto en internet que así adelgazas más…”, recuerda Estela. En cuanto a las chicas, “me decían: tía, ¿viste esta chica que hizo una rutina?, solo come por la mañana y la noche y así está más delgada, ¡vamos a probarlo!”.
¿Cómo afecta todo esto a la salud mental de los más jóvenes? La edad a la que aparecen los trastornos alimenticios ha descendido a una edad tan temprana como los 12 años, afectando en su mayoría a las chicas.
“Siempre tienes en la cabeza el chico o chica perfecto, quieres parecerte lo más posible a él, a veces no lo consigues, quieres esta nota y no lo consigues… Eso provoca estrés y ansiedad”, opina Víctor. “También el aislamiento: me voy solo, juego solo, estoy con las nuevas tecnologías”.
Por otro lado, según el Barómetro Juvenil 2021 Salud y Bienestar, el porcentaje de población joven que declara haber padecido problemas de salud mental con mucha frecuencia ha pasado del 6,2% en 2017 al 15,9% en 2021.
La salud mental preocupa más que nunca a los jóvenes y, sobre todo, a las chicas. “En mi pueblo, en lo que más veo de problemas de salud mental y exclusión es personas del colectivo LGTBI. Y creo que las chicas tienen una mayor sensibilidad hacia estos temas”, dice Estela. “Las chicas tendemos a ser más empáticas, yo lo veo así”.
Ideas para empoderar a las adolescentes
En muchos lugares del mundo, la situación de las adolescentes sigue siendo urgente. La desigualdad frena el potencial de millones de niñas y adolescentes, que se enfrentan a dificultades para acceder a sus derechos más básicos, como la educación, la información o la salud, y carecen de oportunidades para prosperar y sus voces no se escuchan lo suficiente.
Desde la iniciativa Voices of Youth, han seleccionado 48 ideas de niñas y adolescentes de todo el mundo para sentirse empoderadas. Estas son algunas de ellas:
- “Empoderarme es verme por lo que soy, y no como los demás piensan que soy”. Valery, 15 años, Bolivia
- “Recuerdo los sacrificios de mi madre y de todas las mujeres que estuvieron aquí antes que yo, para acercarme a un mundo igualitario y darme la libertad que tengo hoy”. Musharrafah, 22 años, India
- “Mi empoderamiento aumenta cuando me conecto con mujeres de mi comunidad y del extranjero e intercambio ideas y experiencias”. Maite, 14 años, Chile
- “Cuando puedo ver el impacto que tiene un grupo en el que estoy, me siento empoderada. Me hace sentir que tengo un impacto en el mundo”. Amelia, 18 años, Irlanda
- “Observo y escucho a grandes líderes jóvenes que están marcando una diferencia en sus comunidades. Esto me ha empujado a hacer más en mi propia comunidad”. Betty, 19 años, Nigeria