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- La información falsa o malintencionada puede perjudicar la salud mental de la infancia y adolescencia y dificultar su derecho a la participación
- El uso de internet le quita tiempo de estudio a un 44,6% de los y las estudiantes.
- Un 12,9% deja de lado el deporte o las salidas culturales, y un 9,4% pasa menos tiempo con sus amistades para estar conectado.
- Hay un 11,3 % de personas entre 15 y 24 años que se encuentran en riesgo elevado de hacer un uso compulsivo de servicios digitales.
Estos son algunos de los datos del estudio Impacto del aumento del uso de Internet y las redes sociales en la salud mental de jóvenes y adolescentes. A esto debemos sumarle que, en nuestro país, los niños y niñas reciben su primer dispositivo móvil en nuestro país en torno a los 10 años.
“El tiempo que pasan vuestros estudiantes en las aplicaciones de sus teléfonos puede alarmaros”, advierte Ebonee Otoo, vicepresidenta del proyecto News Literacy Project, durante la Jornada “Desmuntant la Desinformació” celebrada el pasado 23 de octubre. Otoo explica que la sobresaturación de información puede llevar a los chicos y chicas a experimentar sentimientos de confusión, dificulta el pensamiento crítico y la capacidad de distinguir la información de calidad, e incluso provoca sentimientos de ansiedad.
“Los jóvenes viven en el panorama informativo más complicado de la Historia”
Los jóvenes, añade, “viven en el panorama informativo más complicado de la Historia. Un panorama que han heredado y por el que es importante que les enseñemos cómo navegar de forma responsable”.
Desinformación y democracia
Para la Generación Z, la red TikTok es el nuevo motor de búsqueda; algo que hace que sea preocupante el dato de que uno de cada cinco vídeos sugeridos por la red social contengan desinformación. Una realidad que ya encontramos en casi todas las aplicaciones, añade Otoo.
“Va a ser imposible que pienses de forma crítica sobre la información, distinguir qué es real y qué no, si no se dan las herramientas para hacerlo”, dice. Defiende que la alfabetización informativa es un derecho de los jóvenes: “Si no les damos las herramientas adecuadas para navegar este panorama de información, les ponemos en una desventaja muy seria. Es crítico que sepan hacerlo para que tengan acceso a participar de forma cívica y puedan contribuir a la democracia”.
“Si el derecho a la participación infantil está marcado por un déficit de la calidad de la información, no se va a hacer realidad”
“Si yo no tengo información no puedo ejercer la ciudadanía con toda la rotundidad”, coincide Nacho Guadix, responsable de Educación y Derechos Digitales de la Infancia en UNICEF España. “El derecho a la participación infantil es el que menos se cumple en las sociedades industrializadas como la nuestra, pero si encima está marcado por un déficit de la calidad de la información, no vamos a ver que ese derecho se haga realidad”.
Destaca que entre los peligros de la desinformación está que condiciona la convivencia, cómo nos relacionamos entre nosotros. Por ejemplo, la desinformación que ataca a las minorías. “El círculo de mala salud mental, mala información y mala convivencia es un cóctel que merece nuestra atención. Nos preocupa que ese déficit democrático esté ligado a un déficit de participación de los que menos capacidad tienen de expresarse habitualmente”.
Protegerse con la formación
Este problema deben abordarlo todos los actores: tanto las familias, educadores, Instituciones, Gobierno e industria tecnológica, así como los responsables de legislar para proteger a la infancia. “La idea de crear entornos protectores pasa por que haya una serie de normas. Pero cuando hacemos las leyes en un entorno tan dinámico, la sensación e ir siempre detrás de los acontecimientos existe”, dice Guadix.
El informe recomienda que las familias reciban formación para que sean capaces de conocer los riesgos y gestionar el uso que hacen sus hijos e hijas de redes sociales, dispositivos digitales e Internet en general. El 20% de familias apenas pone normas a la hora de utilizar las tecnologías. Pero hay que tener en cuenta que existe una brecha de acompañamiento, como señala Guadix: colectivos con especial dificultad para acompañar a sus hijos e hijas en su experiencia digital, que son aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
“Vivimos en un impacto visual constante. En las escuelas debemos enseñar la calma de elegir, de interpretar, de detenernos ante una información o imagen”
“Tenemos periódicos que no distinguen un hecho de una opinión o de un anuncio”, señala Montse Jiménez, docente y directora pedagógica en Vedruna- Prats de la Carrera de Palafrugell, que habla el papel de los formadores para democratizar el acceso a la información: “Vivimos en un impacto visual constante. Lo que necesitamos es calma y tiempo, una calma y un tiempo que tampoco tenemos los adultos. En las escuelas debemos enseñar esa calma de elegir, de interpretar, de detenernos ante un texto, información o imagen”. La docente propone reorientar la mirada para acompañar a los niños y niñas en este proceso.
Y, por último, la propia infancia y adolescencia tiene un papel importante a la hora de reconocer las oportunidades y riesgos de estos nuevos panoramas digitales.
Observación General 25, un gran marco para proteger los derechos de la infancia en Internet
Guadix propone que los niños, niñas y adolescentes tengan una sólida formación en derechos para saber si alguno de ellos se están vulnerando, y saber pedir ayuda en ese caso. También, una formación en valores: “Este año nos enteramos que la Inteligencia Artificial se usa para hacer deepfakes con mis compañeras. La competencia tecnológica para llegar a la aplicación y usarla se ha desarrollado, pero la ciudadana, de responsabilidad o de cuidar al compañero parece que no. Ahí hay un trabajo que hacer que no depende tanto de la tecnología sino del modelo de sociedad”.
El uso de internet y redes sociales tiene muchos beneficios para los jóvenes, como la conexión con el entorno o la posibilidad de expresarse
Como es lógico, el uso de internet tiene también muchos beneficios para los chicos y chicas: según el mismo estudio, un 58% siente mayor aceptación, un 71% expresa mejor su lado creativo y el 80% está más conectado a su entorno por el uso de Internet y las redes. Además, las redes sociales pueden ser un espacio rico para minorías. Guadix rompe una lanza por los chicos y chicas que hacen contenidos y que son capaces de encontrar en el ámbito digital una forma de expresión. “Ahí se abre un campo para ganar en motivación y participación al que no debemos renunciar”, concluye.
