- Más de la mitad de los 41 estados de la OCDE y la UE han retrocedido en justicia intergeneracional, según el Índice Europeo de Justicia Social 2019
- Mientras que España ocupa el primer lugar en cuanto a salud, sigue enfrentándose a otros desafíos en términos de justicia social
- “En España hace falta más esfuerzo para conseguir igualdad entre generaciones”, opinan los expertos
La crisis económica y financiera ha deteriorado la justicia social en varios países europeos, entre los que se encuentra España. Eso es lo que muestra el Índice Europeo de Justicia Social de 2019, que se elabora desde la Fundación Bertelsmann y está compuesto por indicadores agrupados en seis dimensiones: pobreza, educación, mercado laboral, justicia intergeneracional, salud e inclusión social y no discriminación. Tras examinar los 41 países de la Unión Europea y la OCDE, el informe concluye que, aunque los datos sobre empleo han alcanzado niveles superiores a los de la crisis, la población en riesgo de pobreza no ha disminuido. Además, existe otro factor que preocupa a los expertos: el de justicia intergeneracional, cuyos niveles no han mejorado, algo que puede salir caro a las generaciones más jóvenes.
¿Qué es la justicia intergeneracional?
Cuando las nuevas generaciones tienen las mismas oportunidades para satisfacer sus necesidades que las generaciones anteriores, estamos hablando de justicia intergeneracional. Es un área en la que todos los países deberían haber avanzado; sin embargo, no solo no lo han hecho sino que, de acuerdo al informe, más de la mitad de los 41 estados de la OCDE y la UE han retrocedido en ese ámbito.
Para los autores del estudio, en Europa este valor está muy por debajo del de las otras dimensiones analizadas, algo “preocupante dado el hecho de que, en todos los países, las bajas tasas de natalidad y la mayor esperanza de vida están aumentando el porcentaje de personas que ya no están en edad de trabajar”. También señalan que parte del desafío para estos 41 países es satisfacer las crecientes demandas (monetarias) de los sistemas de seguridad social sin imponer enormes cargas financieras a las generaciones más jóvenes.
España no es una excepción: el país “tiene serias dificultades a la hora de conseguir justicia intergeneracional”, opinó Pia Schmidt, socióloga y una de las autoras del informe, durante su presentación el pasado 27 de febrero en en Madrid. De hecho, el estudio sitúa a España en el puesto 33 entre los de bajo rendimiento en esta área.
Pobreza infantil, desempleo y deuda
En cuanto a España, de las seis dimensiones analizadas en el índice, aunque ocupa el primer lugar en cuanto a salud, sigue enfrentándose a otros desafíos para conseguir una justicia social plena. Un ejemplo es la situación del mercado laboral, que sigue siendo dramática al igual que sucede en otros países en crisis en el sur de Europa, como Grecia o Portugal, y que principalmente sufren lo sufren los más jóvenes, que tienen una tasa de desempleo más elevada.
Uno de los motivos de preocupación para los expertos, y un obstáculo para la justicia intergeneracional, es la elevada deuda del estado español (97,02% del PIB), posiblemente a expensas de las generaciones más jóvenes. “Si se calcula el endeudamiento por niño, la imagen resulta aún más aterradora: cada niño en España debe asumir casi 259,000 dólares de deuda”, calcula el informe.
También preocupa la pobreza infantil. Recientemente, Philip Alston, Relator Especial sobre Pobreza Extrema y Derechos Humanos de la ONU, advirtió de que España tiene una de las tasas más altas de pobreza infantil de Europa, a pesar de ser la cuarta economía de la región. Igual que sucede en el resto de países analizados, el riesgo de pobreza es mayor para los niños y jóvenes que para los ancianos, y también aumenta entre las personas migrantes y de minorías étnicas. En la mitad de los países europeos analizados en el informe, las perspectivas de inclusión social para niños y jóvenes siguen siendo peores de lo que lo eran antes de la crisis.
“El 28% de los niños y niñas van a crecer con dificultades”
En España, “antes de la crisis, el colectivo de edad con más riesgo de pobreza eran los mayores de 75 años, y ahora son los jóvenes”, señaló José Moisés Martín Carretero, economista y consultor en Red2Red, durante el encuentro. En la actualidad, apuntó, el porcentaje de niños y niñas en riesgo de exclusión social es de un 28%, una cifra que el economista encuentra “escandalosa” considerando que en el momento más alto de la crisis se situaba en el 30%. “El 28% de los niños van a crecer con dificultades para aprender, para encontrar empleo, con poca capacidad para desarrollar sus proyectos vitales y personales”, explicó. “La deuda pública la tendrán que pagar una generación en la que un tercio ha crecido y se ha formado en un ambiente de exclusión social. Eso es intolerable”. Para Martín, se trata de una decisión política que nos pone en riesgo de “no haber aprendido la principal lección de la crisis: si no somos capaces de reconstruir el tejido de ilusión, de igualdad, la próxima crisis tarde o temprano llegará”.
“En España hace falta más esfuerzo para conseguir igualdad entre generaciones”, dijo Schmidt. “El gobierno tiene que desarrollar una visión más amplia que permita que los intereses de la juventud y de las generaciones futuras estén integrados en la creación de políticas actual”. Para la socióloga es muy importante invertir en el futuro de la gente joven. “Tenemos que emprender un diálogo entre generaciones”, concluyó.