- UNICEF actualiza su Guía para la incidencia para jóvenes, con pautas y consejos para que chicos y chicas aprendan a generar un cambio en sus comunidades
“Nuestras comunidades y el mundo se enfrentan a enormes desafíos y, aunque la mayoría de esas situaciones que nos amenazan no las causamos nosotros, ahora debemos ocuparnos de ellas”.
Así empieza el alegato de un colectivo de chicos y chicas de diferentes países que tienen claro algo: la juventud también es parte de ese cambio.
Por eso, estos chicos y chicas han participado en la creación de la guía de incidencia para jóvenes de UNICEF. Concebida en 2018, a través de talleres con 60 chicos y chicas del continente africano, ahora, el equipo de Desarrollo y Participación de Adolescentes (ADAP) de UNICEF la ha adaptado con las opiniones y propuestas de chicos y chicas de todo el mundo, a través de un cuestionario global.
El objetivo de esta nueva publicación es que niños, niñas y adolescentes de todas partes del planeta, independientemente de sus circunstancias o de los desafíos a los que se enfrenten (pobreza, falta de educación, matrimonio infantil, cambio climático…), sean capaces de generar un cambio en sus comunidades a través de la participación y la incidencia, conociendo primero los contextos y las políticas y luego movilizándose ellos y sus pares.
“El mundo de hoy alberga la mayor generación de jóvenes en la historia: 1.800 millones”, continúa el alegato, recogido en la guía. “Dado que los niños, niñas y jóvenes representan la mayoría de la población mundial, creemos que esta población debe participar en todas las áreas relacionadas con su vida social, política y económica”.
¿Qué es la incidencia?
La participación infantil y adolescente es un derecho que resulta clave para que los ciudadanos más jóvenes puedan opinar sobre los asuntos que les afectan. La guía explica qué es la incidencia, qué tipos de participación hay y por qué es tan importante. Incluye recursos, ejercicios y casos reales de jóvenes inspiradores en todo el mundo.
La incidencia no consiste en pedir favores, recuerdan, sino “en hacer algo para apoyar, recomendar o implementar acciones vinculadas a una idea o causa en la que estás interesado(a)”.
“Piensa en esta guía como una aliada mientras trabajas para dejar tu huella en el mundo”, sugieren los autores de la guía, cuyo objetivo es orientar a otros chicos y chicas “a lo largo del proceso de incidencia, combinando instrucciones paso a paso con historias inspiradoras de otros jóvenes que se esfuerzan por lograr un cambio”.
El sitio web de UNICEF la Juventud Opina reúne también recursos para aprender más sobre los términos clave de incidencia juvenil.
Primer paso: la información
Loveness vio su sueño de convertirse en abogada quebrarse cuando la forzaron a contraer matrimonio. Esta chica de Zimbabue de 17 años estaba viviendo una vida que no había elegido. “Me perturbaba el hecho de que me había casado siendo una niña y no tenía forma de volver a la escuela”.
Entonces decidió actuar para acabar con el matrimonio infantil, a través de una organización que trabaja en su zona. Allí conoció a muchas mujeres jóvenes con ideas afines y juntas fijaron un objetivo: cambiar la política nacional sobre la edad legal para contraer matrimonio.
Después de estudiar múltiples políticas nacionales y acuerdos internacionales, redactaron un argumento que llegó hasta el Tribunal Constitucional de Zimbabue. El tribunal falló a su favor y la ley ahora establece que la edad mínima para contraer matrimonio es de 18 años, poniendo fin al matrimonio infantil formal.
Como hizo Loveness, el primer paso para cambiar las cosas es identificar el problema y recolectar evidencia para entender el contexto social. La guía recomienda recopilar toda la información posible: problema o preocupación principal, antecedentes y contexto político, posibles aliados, oportunidades, soluciones, etc.
En segundo lugar, entender las políticas es importante para involucrarse en ellas. A veces es complicado porque suelen tener lenguaje demasiado técnico o no adaptado a la infancia y la juventud. “Como resultado, muchos jóvenes no leen estos documentos, lo que significa que sus voces, a menudo, permanecen ausentes en las políticas que afectan sus vidas. Es importante desarrollar la capacidad de leer, comprender y comentar las políticas”, advierte la guía.
Encontrar aliados
En Indonesia, Margianta decidió en 2015 iniciar un movimiento de jóvenes para el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) con otros amigos de su edad. El objetivo que buscaban era apoyar las políticas de control del tabaco, para evitar que los y las jóvenes se conviertan en víctimas de los cigarrillos y la industria tabacalera.
“En Indonesia, del consumo de tabaco es un tema que va más allá de la salud”, explica. “Las empresas tabacaleras explotan a agricultores y trabajadores, y manipulan a los fumadores potenciales, especialmente a los y las jóvenes, para motivarlos a fumar”.
Con el apoyo de la Fundación Lentera Anak, estos chicos y chicas trabajaron para exponer las tácticas de manipulación que emplean las grandes tabacaleras dirigidas la juventud, mediante investigación, capacitación, campañas e incidencia dirigidas por jóvenes. Han logrado una declaración nacional, redactado 30.000 peticiones, participado en cumbres como Un Mundo Joven y la Asamblea Mundial de la Salud y han llegado a 102 comunidades y miles de jóvenes en 31 ciudades.
Igual que Margianta y sus compañeros, es importante ampliar la red de contactos y fomentar alianzas solidarias que trabajen por el mismo objetivo. Estas redes pueden prestar apoyo en diferentes plataformas y entornos. Además, el diálogo intergeneracional permite que personas de diferentes edades puedan compartir sus experiencias e ideas sobre cómo mejorar la comunidad.
La guía también recomienda asistir a reuniones con los respresentantes políticos, que también pueden brindar apoyo en la causa por la que se está trabajando.
Impulsar la causa
Louise nació en la República Democrática del Congo y se crio en Sudáfrica, donde se enfrentó a la xenofobia. Cuando los ataques xenófobos se extendieron por Sudáfrica en 2017, Louise y su hermana sabían que tenían que crear conciencia sobre el miedo y el dolor que experimentaban a diario.
Por ello, formaron un grupo con otros chicos y chicas sudafricanos y extranjeros, para compartir sus historias. Aunque no tenían muchos recursos, crearon un vídeo sobre cómo vivían la xenofobia y lo compartieron en redes con el hagstag #Singabantu (“somos humanos”). El vídeo llamó mucho la atención y finalmente se transmitió en Trace África a 18 países. En 2017, #Singabantu ganó el premio Plural Plus de la Alianza de Civilizaciones de la ONU. Hoy, Louise coordina la Fundación Sophie A Kanza, que organiza eventos dirigidos a unificar a su comunidad
Para impulsar la causa por la que se lucha, es necesario comunicar y sensibilizar sobre el tema por el que se trabaja. Puede hacerse a través de un vídeo, como el de Louise, o bien organizando eventos, involucrando a los medios de comunicación, a traves de las plataformas digitales, etc. Las personas de la red podrán apoyar en este proceso de incidencia.
Finalmente, la guía da pautas para crear un plan de incidencia, un recurso para organizarse de una manera lógica, y recomienda hacer seguimiento de dicho plan, como paso último: de esa forma los chicos y chicas pueden determinar el alcance de sus actividades y el impacto que están teniendo en sus comunidades.