- Más del 20% de la población de la Unión Europea, incluida la infancia, vive en zonas donde los niveles de ruido del tráfico son perjudiciales para la salud
- Conocemos algunas medidas de municipios de España contra la contaminación acústica
El zumbido incesante del tráfico, un claxon, la maquinaria pesada de una obra o el petardeo de una motocicleta: son algunos de los sonidos ambientales más comunes en las ciudades. Subestimamos el impacto del ruido, en particular el del tráfico: se trata de un gran problema medioambiental que afecta principalmente a quienes residen en las zonas urbanas. Aunque la contaminación del aire sigue siendo el principal riesgo para la salud ambiental, lo siguen factores como la exposición al ruido ambiental de fuentes de transporte como vehículos, trenes y aviones.
Más del 20% de la población de la Unión Europea, incluida la infancia, vive en zonas donde los niveles de ruido del tráfico son perjudiciales para la salud según datos de 2022. En muchas zonas urbanas, este porcentaje es mucho mayor, alcanzando el 50%.
En Europa 60 millones de personas están sometidos a niveles poco saludables de ruido generado por vehículos
La OMS lanzó unas directrices respecto a la exposición al ruido en Europa, incluyendo reducir el nivel acústico medio del tráfico rodado por debajo de los 53 decibelios, y durante la noche por debajo de los 45 dB.
Sin embargo, un estudio de ISGlobal muestra que en Europa 60 millones de adultos están sometidos a niveles poco saludables de ruido generado por vehículos. Por ejemplo, el porcentaje de la población expuesta a niveles de ruido superiores a los recomendados es de 43,8% en Madrid. Más de 11 millones de adultos europeos están muy molestos por el ruido del tráfico rodado.
El estudio también señala que el ruido ambiental está relacionado con efectos adversos para la salud como alteración del sueño, enfermedades cardiovasculares y metabólicas o resultados adversos del nacimiento, y valora que si se cumplieran las directrices de la OMS respecto a la contaminación acústica podrían evitarse 3.600 muertes anuales por enfermedades isquémicas del corazón.
Efectos del ruido en la infancia y adolescencia
El ruido constante puede originar un gran daño, y no solo en nuestra salud auditiva y la de la infancia. Un estudio de 2020 ya mostraba que los niños y niñas que viven o asisten a la escuela en las zonas afectadas por el ruido del transporte tienden a puntuar más bajo en la comprensión lectora y tienen más problemas de comportamiento.
Los niños y niñas en zonas afectadas por el ruido del transporte tienen menor comprensión lectora y más problemas de comportamiento
Pero vivir en una zona demasiado ruidosa también se asocia con un mayor riesgo de desarrollar una amplia gama de problemas de salud mental: desde el punto de vista del desarrollo cognitivo en adolescentes, el ruido del tráfico se asocia con la ansiedad y la exposición temprana a la vida al ruido del transporte también podría conducir a problemas de salud mental en la edad adulta.
Estrategias para evaluar y reducir el ruido
¿Cómo mantener nuestras ciudades y pueblos tranquilos y silenciosos? Además de atender a las recomendaciones de la OMS, según el informe de la AEMA, es necesario que se apliquen políticas eficaces de reducción del ruido. Por ejemplo, reducir los límites de velocidad, instalar pavimentos y neumáticos de bajo ruido o realizar restricciones operativas para aviones y trenes.
Una herramienta importante es hacer un mapeo de las zonas más problemáticas, para evaluar y gestionar la contaminación acústica. En España, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) publica los Mapas Estratégicos de Ruido (MER), que evalúan la exposición de la población al ruido ambiental en áreas urbanas, infraestructuras de transporte y zonas industriales.
A nivel municipal, algunos ayuntamientos elaboran sus propios mapas para abordar el problema a nivel local, identificar las zonas más expuestas y poner en marcha planes estratégicos. Entre los ejemplos están Zaragoza o Málaga, que ha aprobado su cuarto Mapa Estratégico de Ruido centrándose en el tráfico rodado, el tráfico ferroviario, los aeropuertos y los lugares de actividad industrial, como los puertos.
Finalmente, las acciones para reducir el ruido a nivel urbanístico son otra de las soluciones. Incluyen rediseño urbano, como la peatonalización de calles, zonas de bajas emisiones o pacificación del tráfico. También funcionan las barreras acústicas, como el arbolado o los corredores verdes, así como pantallas acústicas artificiales. Determinados tipos de pavimento menos ruidosos también ayudan a paliar el problema. Finalmente, fomentar el uso del transporte público y la movilidad activa (bicicleta o caminar) es parte importante de la solución.
Algunos ejemplos de los municipios en la reducción del ruido de tráfico son:
- La creación en diversas ciudades de Zonas de Bajas Emisiones o la instalación de placas acústicas de hormigón y fibra de vidrio para desviar el sonido del tráfico.
- En Barakaldo (Vizcaya) llevaron a cabo 38 acciones contra el ruido, incluyendo “desde un inventario de asfaltados que incluya tipo y antigüedad u otro de edificaciones con aislamiento adicional hasta la implantación de autobuses eléctricos o la evaluación y reducción del ruido provocado por las terrazas y diferentes servicios municipales (limpieza viaria, recogida de basuras, eventos culturales y festivos…)”.
- Valladolid ha establecido “zonas tranquilas“, dentro del Plan de Acción contra el ruido, en los parques forestales del El Tomillo y Fuente el Sol.
- El Ayuntamiento de Logroño articuló una estrategia para reducir la contaminación acústica que incluyó acciones como la instalación de puntos de recarga eléctrica para vehículos, pasos elevados, limitadores de velocidad y campañas para controlar motos ruidosas.
- La Diputación de Álava ha actuado sobre el ruido de las carreteras mediante la implantación de pantallas acústicas. Estas medidas forman parte del Plan Foral Contra el Ruido y se han ejecutado en localidades como Sarria y Amézaga.