1. UNICEF
  2. La salud mental se convierte en prioridad para la infancia y juventud

Jess Zoerb en Unsplash

 

  • Varias experiencias muestran la necesidad de involucrar a los niños, niñas y adolescentes en el diseño de políticas y proyectos sobre salud mental 

 

En noviembre de 2023, durante el pleno municipal, los chicos y chicas del Consejo Municipal de infancia y adolescencia de Cartagena (Murcia) compartieron varias ideas para mejorar su municipio. Entre ellas, crear un punto de atención para todo niño, niña o adolescente que estuviera sufriendo violencia, discriminación, acoso, vulneración de derechos o malestar emocional.

“Nos proponían que fuera un recurso de atención y denuncia, pero sobre todo un espacio seguro”, cuenta Mónica Villegas Jordano, del ayuntamiento de Cartagena. Su propuesta fue tenida en cuenta y nacieron los Puntos Azules, un espacio seguro de información y atención psicológica para niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia o personas que conozcan situaciones donde esta se ejerce, del que Villegas ha hablado en el webinar de UNICEF Salud mental de la infancia y la juventud: ¿Qué pueden hacer los gobiernos locales?

 

Imagen del pleno donde se lanzó la propuesta que se convirtió en los Puntos Azules. Fuente: ayuntamiento de Cartagena

 

El recurso, acompañado además de formaciones sobre la LOPIVI y trabajo con las familias, “es un espacio de atención, escucha y asesoramiento para niños y niñas tanto que hayan sufrido una situación de violencia, que la hayan presenciado, que necesiten identificar si lo que están sintiendo o viendo es una situación de violencia o necesiten acceder a información o un espacio seguro para comunicarse”, explica.

 

“Suelen acceder adolescentes, fundamentalmente chicas, que manifiestan estar expuestas a situaciones de violencia, que las han presenciado y no saben qué hacer, o que necesitan apoyo emocional”

 

Los chicos y chicas del municipio pueden acceder al recurso por teléfono gratuito y también por vía presencial, ya que es itinerante: se sitúa en institutos de secundaria, espacios comunitarios, ferias y otros espacios públicos donde haya una afluencia de niños, niñas y adolescentes. En cuanto al perfil de de personas que lo usan, suelen ser “adolescentes, fundamentalmente chicas, que manifiestan estar expuestas a situaciones de violencia, muchas veces no evidentes, personas que saben que otras personas sufren violencia y no saben qué hacer, o personas que se encuentran mal y necesitan apoyo emocional”.

Para Villegas, este recurso aporta mucho a la salud mental de la infancia y adolescencia del municipio: “Ha sido creado para responder a una demanda que surge de la infancia y no desde la voz adulta. Es un recurso accesible, utiliza un lenguaje claro y adaptado y todas las personas son atendidas”. Además, la participación infantil es un hecho: “Los protagonistas deben tener un papel activo en este proyecto”.

 

El uso temprano de las tecnologías: un tema de salud pública

 

Involucrar a la infancia

 

A nivel global, existe una preocupación creciente por la salud mental infantil y juvenil. Terence Hamilton, de UNICEF, comparte datos que preocupan: una proporción alarmante de jóvenes dice haber experimentado problemas de salud mental. El porcentaje de niños y niñas con pensamientos suicidas es preocupante. En la mayoría de los casos, los jóvenes prefieren guardar silencio sobre el tema. Los niños, niñas y adolescentes no confían en los adultos para buscar ayuda, pues sienten que sus problemas de salud mental no se toman en serio.

“El tema de la salud mental es importante para UNICEF y Ciudades Amigas de la Infancia porque los niños y niñas nos han dicho que es una prioridad”, dice Hamilton. Explica la importancia de involucrar a la juventud en el diseño de políticas de salud mental y expone ejemplos de participación infantil en distintos países.

 

La infancia regresa al Congreso para pedir políticas públicas que la tengan en cuenta

 

Uno de estos ejemplos a nivel internacional es Infancia en el Congreso en España, donde se hicieron propuestas como garantizar la atención de salud mental, reducir tiempos de espera y crear programas de prevención. También ha habido propuestas por parte de la juventud en países como Francia, Corea, Finlandia, Malasia o Austria.

Recomienda trabajar para reducir el estigma de la salud mental, desarrollar programas de prevención, combatir la violencia, discriminación y acoso escolar y garantizar el acceso de los servicios de salud mental para los jóvenes. “Hemos encontrado que también es útil animar a la gente hablar sobre desafíos de su generación y no solo individuales”, añade.

 

Colonia y Almería: dos buenas prácticas que involucran a los jóvenes

 

En la ciudad alemana de Colonia, los jóvenes del consejo de participación (de entre 14 y 16 años) también han visto la necesidad de abordar el tema de la salud mental, sobre todo a partir de la pandemia. Así, crearon el Mental Health Project.

“Cuando hablamos de salud mental hablamos de cómo le afecta a la juventud: la COVID, el estrés o la soledad se han convertido en temas muy importantes. La depresión ha aumentado, es la razón por la que hemos iniciado este proyecto”, explica Tàrà, miembro del consejo de juventud de Colonia.

Por ello, decidieron crear este proyecto centrado en talleres gratuitos en escuelas sobre temas como estrés, adicción o emociones, para lo que contaron con una veintena de profesionales de la salud mental. “El proyecto da prioridad a la participación de los estudiantes. Forman parte de la toma de decisiones y dan su opinión tras las sesiones”, dice. “Tenemos que hacerlo fácil para los estudiantes, por tanto, el acceso tiene que ser sencillo. Tenemos que implicarlos, dar formas ágiles de entrar al programa, y si se responde rápidamente será más fácil para ellos recibir ayuda y comunicar qué les está pasando”.

 

“La depresión entre adolescentes ha aumentado, es la razón por la que hemos iniciado este proyecto”, dice una de las jóvenes que creó el Mental Health Projecto en Colonia (Alemania)

 

“No podemos crear proyectos para la infancia sin contar con la infancia”, coincide Vanira Martínez Martínez, educadora social y técnica de educación del ayuntamiento de Vera (Almería). Hace 10 años, era difícil integrar la salud mental en una institución municipal que aún no sabía muy bien cómo hacerlo. El consejo de infancia y adolescencia del municipio, que cuenta con 60 miembros, tomó las riendas. En un encuentro provincial de noviembre de 2024, eligieron el tema que más les preocupaba: la salud mental.

Así surgió el proyecto Ventanas al alma, impulsado por el área de Educación del ayuntamiento. Su objetivo: fortalecer el bienestar emocional de la infancia y adolescencia mediante intervención a varios niveles, prevención, mediación y terapia. Martínez explica que es un recurso abierto, gratuito y en el que la participación infantil está garantizada. “El consejo de infancia participa en todo lo que tiene que ver en este proyecto, nosotros a través de sus demandas cambiamos el proyecto, quitamos cosas o las renovamos. El 29 de noviembre tendremos un pleno infantil donde hablaremos del proyecto y sus mejoras”.

 

“Vemos la necesidad de que la salud mental sea accesible y que los niños y niñas sepan que hay un espacio seguro”, dicen en Vera (Almería)

 

En el futuro, aspiran a que el recurso amplíe su alcance y se consolide: “Vemos la necesidad de que la salud mental sea accesible. Que los niños y niñas sepan que hay un espacio seguro y accesible”.

 

El rol del entorno y los recursos locales

 

El trabajo para garantizar la salud mental “no es solo con niños y adolescentes, sino con todo el ecosistema protector: familias, comunidades, escuelas y servicios sociales”, señala Elizabeth Wabuge, de UNICEF, que explica la estrategia global de la organización: un modelo socioecológico que aborda la salud mental desde múltiples dimensiones (educación, protección, salud, género y bienestar comunitario) y que reconoce el valor del entorno cercano.

Wabuge puso énfasis en aprovechar los recursos locales, como las redes, prácticas y procesos comunitarios: “Tenemos que dar atención a los padres y cuidadores. No solo trabajamos con la infancia sino en todo el entorno favorecedor, con los padres, las comunidades, etc.”

Este enfoque es central en el programa Ciudades Amigas de la Infancia, donde se promueve la participación juvenil, la identificación de necesidades locales y la cocreación de soluciones. El mensaje es claro: los gobiernos locales están en una posición privilegiada para impulsar proyectos que mejoren el bienestar, la protección y la salud mental de los más jóvenes, contando siempre con su participación.

 

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