Prestación universal por crianza: una medida que podría reducir la pobreza infantil

26/11/2025 | Crianza, Derechos de la Infancia, Informes, Pobreza, Política Estatal, Previas, UNICEF

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Helena Lopes, Unsplash

 

  • El último estudio de UNICEF España analiza hasta qué punto determinadas decisiones políticas pueden contribuir a la reducción de la pobreza de niños y niñas
  • Los expertos calculan qué eficacia tendrían la prestación universal a la infancia, el incremento del Ingreso Mínimo Vital o el fomento de la intensidad laboral

 

En España, desde la crisis económica de 2008, la pobreza entre la población adulta ha descendido; sin embargo, la pobreza infantil no ha hecho más que aumentar. Esta anomalía sitúa al país como el miembro de la Unión Europea con la mayor tasa de pobreza infantil, a pesar de ser una de las economías más prósperas.

Ante esta realidad, los expertos han examinado qué políticas públicas resultan más eficaces para revertir estas cifras. En los últimos meses, el Gobierno ha vuelto a proponer la puesta en marcha de una prestación universal por crianza, una medida con un alto potencial para reducir la pobreza infantil según entidades como UNICEF España y que ya aplican 19 de los 27 países de la UE.

Reducir la pobreza infantil es posible: políticas eficaces y ejemplos europeos

Con motivo del Día Mundial de la Infancia, UNICEF España ha presentado el informe El beneficio de hacer: el impacto de las políticas para revertir la pobreza infantil. Utilizando datos del Panel de Hogares del Instituto de Estudios Fiscales y la Agencia Tributaria, el estudio analiza hasta qué punto determinadas decisiones políticas pueden mejorar la vida de los niños y niñas. La conclusión es clara: la pobreza infantil puede reducirse significativamente si se aplican las medidas adecuadas.

La pobreza infantil en España: nuestro principal desafío

Durante la presentación, Gustavo Suárez Pertierra, presidente de UNICEF España, explica que ser un niño o niña pobre en España no implica necesariamente sufrir hambre, no tener acceso a la educación o carecer de vivienda. Sin embargo, sí aumenta la probabilidad de sufrir malnutrición, abandonar los estudios de forma temprana o vivir en una vivienda inadecuada, con frío, humedad o hacinamiento. “Ser un niño o niña pobre significa que, con alta probabilidad, los hijos o hijas de ese niño también lo serán”, señala.

Pertierra añadie que la pobreza infantil afecta múltiples dimensiones de la vida y provoca una pérdida estructural de capital humano: “La pobreza se cobra vidas, viola derechos fundamentales, socava el desarrollo y limita el aprendizaje. Para las sociedades, debilita la prosperidad económica futura, priva de esperanza y crea condiciones donde pueden prosperar la violencia y el extremismo”.

“La pobreza viola derechos fundamentales, socava el desarrollo y limita el aprendizaje. Para las sociedades, debilita la prosperidad económica futura, priva de esperanza y crea condiciones donde pueden prosperar la violencia y el extremismo”

Además, la pobreza infantil varía según el tipo de hogar, la nacionalidad de los progenitores y el territorio. “El código postal marca la probabilidad de que un niño o niña esté en situación de pobreza, con grandes diferencias entre comunidades autónomas e incluso entre barrios de una misma ciudad”, asevera. El informe señala que la pobreza infantil se aproxima al 40% en Murcia o Andalucía, mientras que ronda el 20% en Galicia o el País Vasco. Estas diferencias se explican no solo por la estructura económica y laboral de cada región, sino también por las políticas públicas de protección social aplicadas a nivel estatal y autonómico.

Un problema de carácter estructural

 

Sira Rego, ministra de Juventud e Infancia, subraya durante el acto que la pobreza infantil tiene un carácter claramente estructural. “Cuando la vida de un niño o niña se decide por el barrio en el que nace, ahí no falla la ayuda, falla el modelo”, afirma. Para Rego, la persistencia de esta situación responde a políticas que durante demasiado tiempo han ofrecido respuestas insuficientes y que, aunque alivian en algunos casos, no transforman la realidad. Su ministerio trabaja en un pacto de Estado contra la pobreza infantil, actualmente en debate en el Congreso, que incluye una prestación universal por crianza de 200 euros mensuales por hijo a cargo.

“La universalidad es decisiva porque coloca la justicia en el centro. Esta prestación propone otro camino no solo porque es más eficaz, sino porque desplaza el foco del individuo al colectivo. Reconoce que criar no es solo un asunto privado; es un trabajo social que sostiene la vida del país. El bienestar de un niño o niña es una cuestión pública”, explica.

Qué medidas funcionan

 

Jorge Galindo, director adjunto editorial del centro de políticas económicas de ESADE, expone qué herramientas han demostrado ser más efectivas y qué impacto tendrían en la reducción de la pobreza infantil. Explica que las prestaciones universales progresivas son especialmente eficaces, pues garantizan el acceso de las familias más vulnerables, reducen la estigmatización y permiten prevenir la pobreza. Según el informe, una Prestación Universal por Crianza (PUC) tendría un impacto muy elevado:

  • Una PUC de 100 euros mensuales reduciría la pobreza infantil en 3,6 puntos porcentuales (se beneficiarían más de 270.000 niños y niñas).

  • Una PUC de 200 euros la reduciría en 7,1 puntos, beneficiando a más de 530.000 niños y niñas.

La tasa de pobreza en la infancia se podría reducir más de un 11,2% si se implementa una prestación universal a la infancia progresiva de 100 euros

Galindo señala que otras medidas, como un incremento del Ingreso Mínimo Vital (IMV) del 20% o del 40%, también tendrían efectos positivos, aunque más limitados que la Prestación Universal por Crianza. También analiza qué ocurriría si se aumentara el salario mínimo un 20% o si la intensidad laboral se incrementara en esa misma proporción: ambos cambios tendrían un efecto relevante. Sin embargo, recordó que España sigue enfrentando importantes problemas de intermitencia laboral y precariedad, pese a la mejora reciente en las cifras de empleo.

Con estos datos, UNICEF España propone implementar una Prestación Universal por Crianza progresiva de 100 euros, medida que debería ir acompañada de políticas que fomenten la intensidad laboral, que por sí solas podrían reducir la pobreza infantil en 1,3 puntos porcentuales y disminuir significativamente la brecha en hogares monoparentales.

“No se nos ocurre una prioridad mayor”, dice el director ejecutivo de UNICEF España

“ Nuestra propuesta principal es una prestación universal por crianza. Los datos muestran que es la medida con mayor impacto”, explicó Chema Vera, director ejecutivo de UNICEF España. “En estudios comparados se demuestra que tiene un efecto rápido. En el debate presupuestario debe ser una prioridad”. Para UNICEF, estas medidas requieren un fuerte compromiso político y presupuestario: “No hacer nada tiene un enorme coste para el país y perpetúa la vergüenza de ocupar la peor posición de la UE. Conociendo las opciones y su impacto, esta situación no debería prolongarse más. No se nos ocurre una prioridad mayor”.

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