Un rumbo para las ciudades de todo el mundo durante los próximos 20 años

24/10/2016 | Ciudades Amigas de la Infancia, Derechos de la Infancia, Medioambiente, Urbanismo

Desde el pasado jueves y durante los próximos 20 años, la población del mundo entero cuenta con una Nueva Agenda Urbana (NAU). La denominada Declaración de Quito sobre ciudades y asentamientos humanos sostenibles para todos, fue adoptada por los Estados miembros de las Naciones Unidas el último día de la Conferencia sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible, HABITAT III.

El documento, a través de sus 175 puntos, enumera políticas urbanas que aspiran a que las ciudades sean resilientes frente al cambio climático; que tengan una planificación urbana adecuada; que tengan una coordinación entre gobiernos subnacionales y nacionales que aseguren el financiamiento para cumplir con la NAU; que genere ciudades incluyentes, equitativas, productivas, seguras, sostenibles y con oportunidades para todos, entre los principales puntos abordados.

El mundo necesita más ciudades amigas de la infancia

La reivindicación de ciudades amigas de la infancia tuvo también lugar en Habitat III. El Consejero Regional en Políticas Sociales en la Oficina Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe, Joaquin Gonzalez-Aleman, reclamó frente a todas las personas y organismos presentes en la Conferencia la necesidad de urbes que tengan en cuenta en sus políticas locales los derechos de los niños, sus necesidades y su bienestar.

“Queremos traer esa voz de los niños, que se les escuche, que se les tenga en cuenta” porque “invertir en la infancia es la mejor inversión posible”, declaró. “Esa inversión, que es una obligación de los Estados”, recalcó, “da al menor posibilidades de encontrar empleo en el futuro, de desarrollarse, pero al mismo tiempo es una forma de generar capital humano, algo positivo para las economías”, añadió.

En representación de UNICEF, Gonzalez-Alemán reclamó la aplicación de medidas de lucha contra la contaminación, las epidemias y en favor del uso de energías renovables, ya que son beneficiosas para la salud de los niños y jóvenes, puesto que “la ciudad debe ser un espacio físico y social para el desarrollo de la infancia”, insistió el consejero.

La necesidad de un cambio en el enfoque sobre el acceso a la vivienda

El acceso a la vivienda adecuada y para todos fue uno de los temas en torno a los cuales se centraron los debates. Las actuales percepciones de la vivienda como mercancía, de desarrollo a cualquier coste, y la exclusión de los más vulnerables, sigue siendo el enfoque dominante en torno al debate sobre vivienda. Así lo advertía la Relatora Especial de la ONU sobre Vivienda Adecuada.

“Globalmente no hay un interés en la vivienda- no como derecho humano o como una cuestión que requiere atención urgente más ayudar a los grupos más vulnerables de las ciudades en todo el mundo”, apuntó Farha en la clausura de Habitat III.

“A pesar del incremento inaudito de las cifras de personas sin hogar, de desahucios, de tenencia insegura, de mercantilización de la vivienda, de la tierra, de especulación de la propiedad y de la gentrificación de las ciudades e un contexto de rápida urbanización, la comunidad internacional ha fracasado en colocar el derecho a una vivieran adecuada en el centro del debate”, añadió.

Los expertos en derechos humanos apuntaron que la conclusión de la conferencia que Habitat III ha dejado a los líderes mundiales, a las organizaciones y a la comunidad internacional con muchas cuestiones abiertas en torno a la dirección de las políticas de vivienda para los próximos 20 años. “Sin embargo”, explicaba Leilani Farha, “hay un reto fundamental que se mantiene: implementar la Nueva Agenda Urbana dentro de un marco de derechos humanos, un marco que ha sido acogido por la sociedad civil, los movimientos sociales y las ciudades de todo el mundo”.

Más de 100 representantes de organismos e instituciones internaciones se reunieron en el evento denominado “El cambio” que pretendía ser el inicio de un movimiento en el discurso de la vivienda como inversión y conductor económico a la vivienda como derecho humano.

“Habitat III ha sido un momento simbólico en el que partes muy diversas se han juntado para comprometerse con un cambio global basado en los derechos humanos, pero tenemos por delante una montaña muy inclinada”, apuntó Farha. “Nos enfrentamos a un entendimiento dominante sobre quien cuenta y quien no; nos enfrentamos a una percepción dominante sobre para quién son las ciudades. Este es solo el primer paso, pero se que no son las conferencias las que logran los cambios, sino las personas”.

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