El Cabildo de Fuerteventura se planteó un reto en 2017: conocer a fondo la realidad de la población infantil y adolescente de la isla. Para ello, a lo largo del año, dedicó sus esfuerzos a elaborar un análisis exhaustivo de la situación de su infancia y la adolescencia, y el resultado es un diagnostico que ha servido como punto de partida para diseñar el Plan de Infancia de la isla. El informe, para el que fue necesario un año de trabajo, fue llevado a cabo por el Servicio de dinamización y promoción integral de la participación infantil del Cabildo de Fuerteventura a través del análisis sociológico desde diferentes ámbitos y dimensiones, y en su elaboración participaron diversos actores: niños y niñas, familias, entidades ciudadanas, profesionales, etc.
Lucía González Falcón, técnica del Servicio de dinamización integral y promoción de la participación infantil del Cabildo de Fuerteventura, explica la importancia de este tipo de informes a la hora de crear un Plan de Infancia. “El informe tiene que tener más peso que el Plan ya que te ayuda a tener una base para el Plan. No puedes crear un objetivo de la nada”, opina.
El objetivo del estudio era reflejar los principales aspectos de la situación de la infancia y adolescencia en la isla de Fuerteventura, así como “visualizar propuestas de mejora” y contar con esta información “de cara a un futuro plan”. Se estructuró en varios ejes, incluyendo el de derecho a la participación, bienestar, protección social y un cuarto eje de transversalidad. Este último eje incluía lo relacionado con coordinación y la mejora del funcionamiento interno de cara a trabajar por la infancia.
Delimitando la isla
Al tratarse de un informe con carácter insular (abarcó la isla entera y no sólo el municipio), tuvo cierta complejidad añadida: “Tuvimos que ir diferenciando lo que era competencia municipal e insular”, explica González Falcón. Para llevarlo a cabo fue necesario lógicamente, que tener en cuenta las características de la isla: Con 110.299 habitantes, Fuerteventura es la cuarta isla más poblada del Archipiélago Canario, y la de mayor longitud. Es, además, la isla con mayor tasa de natalidad del archipiélago. Otro aspecto a tener en cuenta fue la gran dispersión geográfica de la isla, ya que eso afecta al reparto de recursos. “Están todos los recursos muy concentrados en la capital de la isla, y las zonas no cercanas a la capital tiene difícil acceso a ellos”.
Se trata además de un isla “con alto número de población procedente de otros lugares”, explica: “Hay municipios -como la Oliva- en los que la población extranjera supera a la local, de otras islas, población joven que viene a trabajar con hijos…”. Explica que hay muchas familias que no cuentan con apoyo familiar, cuyos niños y niñas están solos, que suelen recurrir a redes de apoyo. Todas estas características, añade, han marcado mucho la forma en la que enfocaron el estudio, por ejemplo a la hora de entrevistar a asociaciones de madres.
Recursos
En cuanto a lo recursos con los que se contaron, hubo una partida presupuestaria para la técnica, y además se contó con un trabajador social y un sociólogo. “Yo estaba dedicada en exclusiva al estudio y al consejo (de infancia y adolescencia). Algunos compañeros dijeron que estaba funcionando gracias a eso, que estaban saturados y no tenían tiempo de liderar el proceso”, explica. Se trata de una partida que ha existido en los últimos cuatro años, y sin la cual, opina González Falcón, “hubiera sido más complicado”. Que cada área tuviera una persona preferente para cada proceso del informe “nos facilitó la coordinación con el resto de áreas del Cabildo”, explica.
Añade por otro lado que el presupuesto fue un problema, ya que no era un presupuesto específico sino una estimación: “Es complicado presupuestar a cuatro años. Nos resultó compleja esa parte”.
Metodología y fuentes de información utilizadas
Para la elaboración del informe se han combinado diversas metodologías de investigación social: tanto metodologías cuantitativas -rastreos de fuentes secundarias o cuestionarios- como metodologías cualitativas: entrevistas grupales, grupos focales, entrevistas en profundidad, entrevistas entrevistas semi-estructuradas a profesionales.
El pilar básico del proceso de investigación ha consistido en volcar y trabajar toda la información recopilada a través de las sesiones de trabajo con los y las representantes del Consejo Insular de Infancia y Adolescencia.
1. Las metodologías cuantitativas
En cuanto a las metodologías cuantitativas, a través del rastreo de fuentes secundarias se elaboraron tablas y gráficos basados base al material extraído. Para el análisis de datos secundarios se solicitó información a los Ayuntamientos de la Isla, Áreas del Cabildo como la de Bienestar Social y datos del ISTAC, Consejería de Educación, entre otras. Ejemplo de ello son las memorias de actividades o información a disposición de las diferentes áreas. A la hora de realizar esta búsqueda de información, hubo algunos problemas: por ejemplo, cuando no existían bases de datos comunes fue necesario que el equipo de trabajo, sistematizara la información dispersa en diferentes expedientes o registros. González Falcón contó con la ayuda “de un compañero sociólogo que me ayudó con la parte de datos, gráficos… y otro compañero que es experto en metodologías participativas y que me ayudó con la parte de trabajo con los niños, que fue la más compleja”.
Otro paso importante fue el cuestionario. Se pasó durante los meses de enero y abril de 2017 a una muestra de población de cerca de 600 niños y niñas con edades comprendidas entre los 10 y 16 años de la isla: alumnado de centros educativos de primaria y secundaria, participantes en proyectos llevados a cabo por asociaciones culturales y participantes en actividades organizadas desde el Cabildo de Fuerteventura.
Una de las preguntas que se les hizo a los niños y niñas fue la siguiente: ¿Qué harías en la isla si fueses presidente o presidenta? ¿Qué mejorarías o cambiarías?
Debido a las peculiaridades de la isla y las diferencias entre municipios, se hizo una división por núcleos poblacionales: se dividió en las categorías urbano residencial, rural, turístico y zonas costeras menos pobladas, ya que muchas veces el acceso a recursos no depende solo del municipio en el que resida el o la menor si no también del área de residencia. “Dividimos la isla, cuenta González Falcón. “Nos trasladamos a las zonas, se acudió a los pueblos, zonas rurales”. Explica que hay municipios muy extensos, como el de Pájara, y otros con muy poca población, como el de Betancuria, donde hay 100 niños y niñas empadronados.
En cuanto a los resultados del cuestionario, destaca que, según los niños, niñas y jóvenes de Fuerteventura, las principales desventajas de vivir en la isla son la falta de recursos (culturales, deportivos, lúdicos, etc.), distancias en la isla entre unos puntos y otros, limitada oferta educativa o un insuficiente transporte público.
2. El análisis cualitativo
Las metodologías participativas permitieron a los niños y niñas expresar libremente sus puntos de vista, así como detectar problemas, necesidades y soluciones a los aspectos que más les preocupan. A lo largo del año 2017 se fue trabajando con los y las representantes del Consejo Insular de Infancia y Adolescencia para abordar las necesidades y demandas que observaban en sus zonas y en la isla para poder reflejarlo en el informe. Los participantes se eligieron a través de procesos electorales para que tuvieran representación los diferentes municipios de la isla y núcleos poblacionales. Se realizaron tres sesiones del Consejo Insular de Infancia, de tres o cuatro horas cada una, en las que se trabajó en la recogida de propuestas, su priorización, etc.
En una primera sesión de trabajos se llevó a cabo una dinámica de creación colectiva de contenido, en la que se aportaron ideas, quejas, demandas y propuestas por bloques temáticos (como medio ambiente, deportes, infraestructuras, cultura, etc.). Uno de los objetivos de esta primera sesión era que todos los participantes se familiarizaran con las técnicas participativas.
En una segunda sesión, se trabajó por grupos y se presentaron las propuestas de las zonas, diferenciando las propuestas específicas de las zonas de las insulares. Se trabajó mezclando a los grupos: “En un mismo grupo surgían las demandas urbanas y rural”, explica González Falcón. “Eso estaba bien porque unos y otros sentían más empatía, conocían los problemas del otro…”
El siguiente paso consistió en la priorización de las demandas. “No era lo mismo una demanda más urgente que afectaba más a la vida de las personas”, explica González Falcón. “En primer orden estaba la sanidad; en segundo, cultura y ocio; en tercero, tecnología; luego deporte, medio ambiente…”. Posteriormente, se presentó el análisis zonal y priorización al plenario, donde se trabajó la puesta en común de lo trabajado por los diferentes grupos.
En la tercera sesión se llevó a cabo una asamblea junto al grupo de jóvenes del proyecto de participación «La Oliva en Comunidad», a la que asistieron también representantes políticos, en la que se trató el tema del transporte insular, se comentaron las principales dificultades encontradas y se dio respuesta por parte de los representantes políticos.
Por último se expusieron los bloques de información recogida: aspectos positivos, debilidades, necesidades y propuestas, en un modelo de análisis DAFO propuesto por UNICEF España. “Nosotros intentamos ir más allá: escuchar abiertamente sin la limitación del DAFO y después adaptamos el contenido de lo aportado a la estructura DAFO”, explica González Falcón.
Para ella, la parte cualitativa es la más rica del estudio, entre otras cosas “porque al hacer partícipes de la investigación, por ejemplo, a profesionales del Cabildo, estos ya estaban de alguna forma sintiendo que formaban parte del proceso”.
Con los niños, niñas y adolescentes representantes del Consejo el trabajo fue más profundo, opina, ya que “la elaboración de demandas y propuestas para el informe requirió la realización de varios encuentros, con diferentes dinámicas en grupo grande (plenaria), grupos pequeños, de forma individual”.
¿Cómo facilitaban la participación infantil en estos espacios? “Toda la información se la devolvíamos a los niños, se le dábamos por escrito”, cuenta. “El trabajo más profundo fue el que se hizo con los niños del consejo. Luego hicimos los cuestionarios, pero el trabajo que yo resaltaría más fue el de los niños. Les pedimos que en sus propios centros educativos preguntasen para en la próxima sesión traer la información. Se les daba la información en papel para que ellos viesen que se les había escuchado, que estábamos trabajando con lo que nos habían dicho”.
También se trabajó con miembros de proyectos de adolescencia, como la Escuela de Jóvenes Emprendedores y el Proyecto de Participación Juvenil La Oliva en Comunidad.
Otros actores que han participado
Además del trabajo con la población infantil y juvenil, hubo también un importante trabajo con otros actores. En primer lugar, los profesionales: profesorado, profesionales de áreas de servicios sociales del Ayuntamiento, entidades ciudadanas que trabajaban con niños, etc. “Hicimos un trabajo primero de entrevista pura y dura”, explica González Falcón. “Llevamos guión que se grabó y transcribió. También se hizo un papelograma con distintas áreas y se planteaban preguntas abiertas, e íbamos clasificando en función de lo que habíamos visto: recursos, demandas, posibles soluciones a los problemas…”. Toda esa información fue utilizada después para el vaciado.
Según la técnica, el informe permitió hacer una evaluación de cómo funcionan los profesionales del Cabildo, y también que ellos se implicaran en el proyecto. “Hubo esa parte de escucha, de ponernos en el lugar de ellos, ver cuáles eran las problemáticas, sobre todo los que trabajaban con infancia”, dice. Por ejemplo, algunos problemas que los y las profesionales con los que se trabajo refirieron fue el estar desbordados, o tener que atender el día a día de manera paliativa y asistencialista, lo cual impide un trabajo organizado y coordinado que permita poner en práctica procesos de prevención y planificación.
“Donde más se recortó fue en prevención. La política de techo de gasto ha tenido su repercusión en que se recortó mucha parte de prevención”, explica González Falcón. “Eso afectaba a los niños, hay municipio en los que se cerraron centros de día. Los niños quedan solos por la tarde en sus casas. Esa información los niños no la daban tan directamente como los profesionales, que habían notado que disminuía su asistencia”. Es un ejemplo de por qué es importante la participación de estos profesionales del municipio y del ámbito educativo, que trabajan con niños y niñas en el día a día, en un proyecto así. “Es vital contar con la visión de profesionales que trabajan con niños, sobre todo si el plan tiene intención de transformar la política de forma transversal. Si quieres proponer mejoras en sistema de atención a menores, tienes que contar con profesionales”, opina.
Otros actores con los que se trabajó fueron las entidades ciudadanas. Para ello se realizó un grupo focal con representantes de las siguientes entidades que desarrollan proyectos relacionados con la población infanto-juvenil, como asociaciones de madres y padres, culturales, ambientales o de juventud LGTB.
¿Qué punto de vista ofrecieron estas organizaciones? González Falcón explica que visibilizaban problemas como la falta de cultura de participación en la sociedad: “Comentaban que no se trabaja en empoderamiento ciudadano. Tenían presente ese tema más que los profesionales, que tienen más visión de técnico”. Hablan también de la falta de conciencia comunitaria y demandaban más participación de niños y niñas en los proyectos. “Perciben que cuando hay alguien dinamizando es más fácil que participen niños”, explica: “Para participar hay que aprender”.
Otros temas que sacaron a la luz las entidades ciudadanas fueron el de la excesiva burocratización o la falta de espacios: el desarrollo comunitario se limita a asociaciones presentan proyecto pero no trabajan en otros ámbitos, como la calle. En cuanto al profesorado, mencionaba problemas como la brecha digital o la prevención cuanto al uso responsable de nuevas tecnología.
Las madres de las dos asociaciones participantes señalaron que pertenecer a las mismas ha supuesto un gran apoyo, ya que la mayoría son mujeres procedentes de otros lugares que no cuentan con redes de apoyo familiar en la isla. Para González Falcón fue muy enriquecedor trabajar con ellas: “Fue muy interesante ese tejido de apoyo que se ha creado entre ellas”, dice. Destacaron la falta de oferta de ocio para población de 0 a 4 años y la falta de espacios de reunión: “Unas se reunían en un centro para menores, se reunían ellas mientras los niños jugaban, al final el espacio lo tienen que ceder. Otras se reúnen en una estación de guagua”, dice.
En cuanto a la coordinación de estos actores, la técnica señala que la naturaleza del Cabildo ayudó al ser una institución que mueve recursos, biblioteca, área de deportes, área de cultura… etc. “Había muchos temas comunes de todas las áreas”, aclara, lo cual permitió ver qué proyectos funcionaban y cuáles no. Un aspecto que ayudó fue la coordinación con diferentes áreas del Cabildo, que permitió que hubiera más acceso a los diferentes actores. “Aprovechamos dinámicas ya existentes para acceder a esa población”, explica. Por ejemplo, en un encuentro de familias del Cabildo, aprovecharon para hacer entrevista a familias.
Recomendaciones, éxitos y cosas a mejorar
González Falcón recomienda, a la hora de llevar a cabo un proyecto semejante, “definir muy bien a la población a la que se va a entrevista, que vean el tiempo que tienen para el vaciado”, especialmente si el tiempo con el que se cuenta es limitado. En su caso cree que el informe les llevó demasiado tiempo y que “hubiese sido más sencillo acotar más la investigación porque hicimos demasiadas entrevistas y el vaciado de toda la información fue un suplicio”.
“Hay que tener claro las entrevistas que se van a hacer. Que no sea muy extenso el trabajo de campo. Hilar fino con las conclusiones es importante porque te va a permitir hacer un plan más útil”, explica. Sin embargo, ese trabajo exhaustivo facilitó mucho posteriormente la redacción del Plan y concretar el apartado de conclusiones, señala.
También cree que si tuviese que volver a repetir de nuevo el informe, además de acotar las entrevistas, “suprimiría los cuestionarios realizados en los centros educativos: creo que con la información extraída de la parte cualitativa era suficiente, y lo de los cuestionarios nos tomó tiempo porque teníamos que ir a los centros y acompañar en todo el proceso a los niños y las niñas y al profesorado porque había que explicar las preguntas y demás”, explica. Por otro lado, al hacer el vaciado se dieron cuenta de que mucha información se repetía, si bien es verdad que, como lado positivo, ayudó a reforzar ideas clave y ver que no iban mal encaminados.
También cree que una de las cosas que se deben mejorar mejorar es que los sociólogos no estén tan metidos en la parte técnica, y que se fomente un estudio cualitativo “basado en participación”.
“Las entrevistas con las madres fue muy enriquecedora, no las dejaría atrás, pero me centraría más en los niños del consejo”, recomienda.
En conclusión, el objetivo principal del proyecto -que era reflejar los principales aspectos de la situación de la infancia y adolescencia en la isla de Fuerteventura- se consiguió, según González Falcón, quien dice que tanto ella como su equipo quedaron satisfechos con el informe. “Puede ser útil para personas que vayan a trabajar este tema u otros temas en la isla”, opina. Al municipio le fue concedido el título de Isla Amiga de la Infancia en noviembre de 2018: un reconocimiento por el largo trabajo realizado.