- Urbanistas y planificadores regionales publican en la Declaración de Yakarta doce recomendaciones para abordar el principal reto al que se enfrentan los gobiernos: la gestión de las áreas metropolitanas
- “Los espacios públicos y las instalaciones colectivas deben convertirse en lugares codiseñados, coproducidos y gestionados a nivel de vecindario y, en particular, con los niños y niñas”
En la actualidad, el 55 por ciento de la población mundial vive en zonas urbanas. Naciones Unidas señala que el porcentaje ascenderá a un 68 por ciento para 2050. El modelo de desarrollo económico global hace que las ciudades sean cada vez menos sostenibles y asequibles. Ante este panorama, ISOCARP, la Sociedad Internacional de Urbanistas y Planificadores Regionales (International Society of City and Regional Planners), señala cuál es el principal desafío al que se enfrentan gobiernos, profesionales urbanos y las sociedades civiles: la gestión de las áreas metropolitanas.
Los profesionales de la planificación urbana y regional son los actores clave para lograr que las grandes ciudades sean asequibles, inclusivas, resistentes, sostenibles y seguras; por ello, la 55ª Conferencia de ISOCARP en Yakarta, celebrada en septiembre de 2019, convocó a profesionales urbanos de todo el mundo para buscar soluciones de forma conjunta.
“Estamos ansiosos por apoyar a los responsables de la toma de decisiones de Indonesia y a los ciudadanos, junto con los profesionales urbanos locales, para visualizar y contribuir al desarrollo futuro de la metrópoli indonesia y más allá, incluida la Nueva Ciudad Capital”, han explicado desde ISOCARP en la llamada Declaración de Yakarta, un texto que ha recopilado las doce recomendaciones de urbanistas y planificadores regionales para lograr que las ciudades sean más sostenibles, seguras e inclusivas.
Planificando con un enfoque local y a pequeña escala
En el texto, los autores animan a utilizar herramientas y metodologías que ayuden a avanzar hacia áreas metropolitanas donde nadie quede atrás, como los ODS o la Nueva Agenda Urbana, y han apuntado que una ciudad grande no puede ser sostenible sin una red sólida de interrelaciones con las diferentes regiones, de forma que las zonas urbanas y las rurales estén conectadas y puedan apoyarse.
Se señala además la importancia de tomar medidas para mejorar la cultura e identidad local, piden la creación de organismos técnicos territoriales y metropolitanos para fortalecer la gobernanza y destacan la necesidad de trabajar estratégicamente en todos los niveles y escalas gubernamentales (“desde territorios hasta vecindarios, desde conductores nacionales hasta medios de vida locales, formal e informal, de macro a micro”).
Por otro lado, para los autores del texto la planificación urbana debe apoyar el crecimiento de las personas, y proponen que se hagan inversiones equitativas a la escala más pequeña, donde los espacios públicos y las instalaciones colectivas se convierten en lugares codiseñados, coproducidos y gestionados a nivel de vecindario y, en particular, con los niños y niñas.
Doce recomendaciones
1. La buena urbanización y las ciudades sostenibles deben ser los motores de prosperidad, riqueza y mejor calidad de vida
2. Adoptar una urbanización buena y sostenible
3. Nuevo modelo de creación de ciudades
4. Organismos técnicos para fortalecer la gobernanza
5. Trabajar en todos los niveles y escalas gubernamentales
6. Soluciones locales
Abogamos por tratar las grandes ciudades como partes integradas de un ecosistema más amplio, donde las soluciones pueden identificarse a nivel sistémico y mediante el uso de inteligencia local para identificar soluciones locales de adaptación al clima antes de recurrir a enfoques de ingeniería extranjera.
7. Red de interrelaciones e interdependencias con la región
Reconocemos que sin una red sólida de interrelaciones e interdependencias con la región una megaciudad no puede ser sostenible. Por lo tanto, destacamos la necesidad de una mejor justicia espacial entre las megaciudades y sus zonas de influencia para apoyar a las ciudades y las zonas rurales.
8. Espacios públicos codiseñados y gestionados por el vecindario y la infancia
Creemos que la planificación urbana debe apoyar el crecimiento de las personas acompañado de inversiones equitativas a la escala más pequeña, donde los espacios públicos y las instalaciones colectivas se convierten en lugares, codiseñados, coproducidos y gestionados a nivel de vecindario y, en particular, con los niños y niñas.
9. Mejora de la cultura e identidad locales
Creemos que cualquier persona involucrada en el cambio de ciudades debería aspirar a mejorar la cultura e identidad locales y potencialmente crear un nuevo patrimonio para el futuro con fundamentos reales en valores endógenos.
10. Nuevas tecnologías
Adoptamos nuevas tecnologías que apoyan y aumentan la inteligencia y las capacidades humanas, incluidas soluciones que mejoran la habitabilidad, la equidad y la transparencia.
11. Herramientas como los ODS o la Nueva Agenda Urbana
Alentamos el uso de las herramientas, metodologías y plataformas promovidas y creadas por organizaciones profesionales internacionales y socios de ONG; entre ellas, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, su sistema de indicadores y la Nueva Agenda Urbana, para avanzar hacia áreas metropolitanas que importan y donde nadie quede atrás.
12. Racionalizar los obstáculos administrativos
Alentamos tanto a los gobiernos nacionales como a las instituciones financieras a racionalizar los obstáculos administrativos y la gestión de riesgos y proporcionar el marco organizativo que permita una colaboración compleja y de varios niveles, incluida la financiación integrada de la inversión urbana.