Reducir el tráfico de las calles permite que se llenen de vida

03/03/2025 | Buenas prácticas, Ciudades inclusivas, Entrevista, Planificación urbana, Previas, Urbanismo

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Dos imágenes del proyecto Protegim les Escoles de Barcelona

 

  • Conocemos las iniciativas Rues aux Enfants de París y Protegim les Escoles de Barcelona: dos formas de transformar las calles dejando hueco a la infancia

 

En un planeta cada vez más urbano, las ciudades pueden desempeñar un papel crucial en mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Diseñar espacios que fomenten la seguridad, la actividad física, el contacto con la naturaleza y la socialización es una estrategia clave para hacerlas más habitables, y el beneficio recae especialmente en la infancia.

A menudo, las acciones transformadoras en una calle, especialmente en ciudades grandes, parecen tarea imposible. ¿Qué barreras encontraremos y cómo solventarlas? Para ver cómo funciona en la práctica conocemos dos proyectos exitosos: las iniciativas Rues aux Enfants de París y Protegim les Escoles de Barcelona. 

 

Los espacios públicos mejoran la socialización, el ocio y el bienestar mental

 

El webinar School Streets: Enhancing Neighborhoods in Paris & Barcelona, organizado por la plataforma Cities4Everyone, aborda las barreras y soluciones para implementar proyectos de pacificación del tráfico en entornos escolares, y desmonta creencias como la de que tales iniciativas solo pueden aplicarse en grandes ciudades: los expertos han trabajado en municipios de distintos tamaños, demostrando que estas medidas pueden implementarse en municipios pequeños y también en una ciudad tan grande como la capital francesa.

 

“Cuando las parejas tienen hijos tienden a dejar la ciudad e irse a los suburbios”, dice Priscilla Benedetti, de París

 

“Cuando las parejas tienen hijos tienden a dejar la ciudad e irse a los suburbios”, dice Priscilla Benedetti, jefa del departamento de proyectos del ayuntamiento de París. Desde que tomó la alcaldía parisina Anne Hidalgo en 2020, pusieron en marcha un nuevo programa político para mejorar el entorno urbano con enfoque de infancia. Su objetivo: mejorar la vida de los niños y niñas en las ciudades.

 

Datos: La iniciativa Rues aux Enfants de París, lanzada en 2020, ha transformado más de 200 calles en áreas de poco tráfico, y 70 de ellas han sido rediseñadas para acomodar mejor a peatones y niños

 

París es una de las ciudades más densas del mundo, con 25.000 personas por kilómetro cuadrado, lo que dificulta la creación de espacios para la infancia. “Antes, los niños tenían las calles para jugar; ahora solo tienen aceras y parques”, explica Benedetti. Los niños pasan la mayor parte de su tiempo entre casa y la escuela, lo que llevó a poner el foco en las calles escolares.

 

Solo 40% de la población mundial tiene acceso a espacios públicos; un 30% en países de bajo ingreso

 

El primer paso fue identificar todos los colegios de 0 a 18 años, así como centros comunitarios, bibliotecas y parques. Luego, se planteó la pacificación de calles cercanas. La pandemia impulsó el cierre de 50 calles y desde entonces han seguido esa tendencia, con diversas medidas, como el cierre del paso al tráfico y aumento de la vegetación. La ciudad vio además nacer una movilización de padres para tener las calles cerradas en los entornos escolares.

Uno de los aprendizajes clave fue la importancia de implementar cambios graduales para ganar la aceptación ciudadana. “Si propones cerrar una calle de inmediato, la gente se asusta. Pero si lo haces con pintura y una valla temporal, es fácil y barato”, explicó Benedetti. Con una prueba de seis meses, los residentes pudieron observar los beneficios antes de avanzar hacia un proyecto completo.

 

Imágenes de los tres pasos del proyecto Rues aux enfants: “Cerramos la calle, la gente ve que no pasa nada, podemos hacer el proyecto real plantando árboles”

 

El proyecto completo es adaptar del todo la calle con diferentes acciones: aplanar el terreno para hacerlo accesible, quitar el asfalto negro que da calor y probar un tipo de asfalto más claro, plantar toda la vegetación posible, añadir mobiliario callejero como fuentes y asientos, incluyendo bancos de tamaño infantil para que niños y niñas adquieran autonomía. Son acciones que también benefician a los comercios: “En París tenemos cultura de los cafés, y cada vez que cerramos una calle se abre un café y se vuelve la ciudad más viva”.

 

“Cada vez que cerramos una calle se abre un café y se vuelve la ciudad más viva”

 

El último paso fue organizar eventos callejeros de sensibilización: visitas para explicar el proyecto con niños y niñas, ferias, eventos para plantar árboles, “toys on site”, eventos comunitarios, la Fete des rues aux enfants y eventos para crear comunidad de padres y madres. El objetivo para 2025 es pacificar 309 calles y adaptar un centenar.

 

El caso de Barcelona: ‘Protegim les escoles’

 

Un modelo similar se ha desarrollado en Barcelona con el programa Protegim les escoles. La población adquirió conciencia tras el trágico atropello de una niña de cinco años en 2019, así como por los informes de la mala calidad de aire en Barcelona, y hubo manifestaciones cada viernes y cierres de calles escolares hasta que la alcaldesa decidió intervenir.

 

Datos: El programa Protegim les Escoles ha transformado más de 200 entornos escolares. La iniciativa se llevó a cabo de 2020 a 2022 en 200 centros educativos con una inversión de 70.000 euros de media por colegio.

 

Jordi Honey-Rosés, investigador de la Universidad Autónoma de Barcelona, explica en el webinar que desde 2019 este programa ha impulsado intervenciones como la reducción de carriles de tráfico, la eliminación de estacionamientos, la ampliación de aceras, la instalación de vallas protectoras y la creación de carriles bici. Además, colocaron estructuras de juego infantil en la calle, bancos y vegetación para mejorar el entorno urbano.

 

 

El coche ocupa casi el 70% del espacio público urbano, aunque está parado el 90% del tiempo

 

Los resultados han sido contundentes. Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona analizaron el impacto del programa y confirmaron que las calles pacificadas promueven el juego infantil, sin alterar significativamente el flujo peatonal. El tráfico vehicular se redujo en un 90% en calles con cierre total y en un 35% en calles con cierre parcial. Además, se ha triplicado el uso del espacio público, y los niños y niñas juegan hasta cuatro veces más en calles cuando estas no tienen coches. “Cuando tenías el cierre total, conseguías los mejores beneficios”, dice Honey-Rosés.

Además, los monitores de calidad del aire registraron una reducción en la contaminación. “Vimos pequeñas reducciones de la polución, lo cual es muy emocionante. Incluso acciones pequeñas pueden mejorar la calidad de vida de la infancia”.

 

Cuatro veces más niños y niñas juegan en la calle cuando se eliminan los vehículos. 

 

Entre los beneficios más destacados está la inclusividad: en las calles escolares pacificadas hay cuatro veces más niños y niñas jugando, favoreciendo un equilibrio de género.

“El programa crea comunidades saludables, vibrantes, inclusivas y seguras. Tenemos evidencias de que, con un buen diseño, el cierre a los vehículos da los mejores resultados”, dice el investigador, y recomienda trabajar en red (con colegios, organizaciones de ciclistas, la comunidad médica, etc.) para tener una perspectiva diversa y garantizar el éxito de este tipo de iniciativas tan beneficiosas para la comunidad y la infancia.

 

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