- “Tenemos que ver para proteger”. Dos expertas de UNICEF España y Mundo Psicólogos ofrecen un taller online para detectar casos de acoso escolar
- Los agresores “suelen ser inseguros, compensan esta inseguridad con la idea de que para destacar tengo que pasar por encima de los demás, tengo que infundir miedo o poder”
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En un entorno como la escuela siempre van a existir los conflictos. Sin embargo, cuando se produce un desequilibrio de fuerzas y se da una dinámica de dominio y sumisión, podemos estar hablando de acoso escolar o del anglicismo bullying.
Aunque solemos poner el foco únicamente en la víctima, el fenómeno tiene un inmenso impacto en todo aquel que participa: tanto la víctima como el agresor e, incluso, los niños y niñas que presencian de forma activa o pasiva.
Con la finalidad de detectar y prevenir el acoso escolar, UNICEF España y Mundo Psicólogos han ofrecido un Curso para prevenir el acoso escolar.
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— UNICEF España (@unicef_es) September 6, 2024
Paso primero: comprender el acoso escolar
“La violencia es una realidad que viven los niños y niñas de manera cotidiana: una realidad oculta, que a veces no se identifica, la minimizamos o la llegamos a justificar. Se reporta poco y cuando los niños lo cuentan no reciben una respuesta adecuada en muchos casos”, dice Amanda Martín, especialista en protección de UNICEF España, durante el curso.
En el caso del acoso escolar, un tipo de violencia entre iguales, se dan varios componentes: abuso de poder, daño y ejercicio de autoridad entre iguales.
Claudia Xibixell, psicóloga y orientadora escolar de Mundo Psicólogos, completa la descripción de bullying: “En el acoso hay una intención de dañar. Se prolonga en el tiempo, no es un hecho aislado. Hay un desequilibrio de fuerzas. Se suman aquellos que por omisión o participación apoyan ese comportamiento doloroso”.
“El aislamiento social es uno de los acosos más sutiles y dolorosos”
En cuanto a los tipos de acoso escolar, puede producirse en forma de acoso verbal, acoso físico, ciberbullying (modalidad online que cobra fuerza en los últimos tiempos) y aislamiento social. Esta última forma requiere una atención especial. “El aislamiento es uno de los acosos más sutiles y dolorosos”, dice Xibixell, que añade que es donde la escuela tiene que poner mucho énfasis, por ejemplo, si hay niños que no tienen acompañantes para realizar los trabajos grupales.
El impacto del acoso escolar es devastador, y alcanza a todos aquellos que participan de él. Principalmente afecta a la víctima, tanto de forma emocional (en los casos más graves, pudiendo derivar en una depresión o autolesiones), como en el aspecto social: “Los insultos atacan la parte interna de la persona y lo debilitan”, añade la psicóloga. “Va a perder seguridad, no se va a animar a hacer las mismas actividades, se van a transformar los vínculos con los amigos y la familia”.
Pero también es imprescindible mirar al chico o chica agresor para entender cómo se da la dinámica del acoso escolar. Suele ser niños con “algún tipo de trastorno de conducta, tienen un problema de control de impulsos, toleran mal la frustración”, dice Xibixell. “Suelen ser inseguros, que compensan esta inseguridad con la idea de que para destacar tengo que pasar por encima de los demás, me tengo que hacer un hueco en el grupo al precio que sea, tengo que infundir miedo o poder”.
“Personajes de moda en redes sociales alientan estas ideas de que hay que competir, hay que ser más que los demás, hay que eliminar a cualquier competidor. Es peligroso para un niño o adolescente”
Anima a los padres y madres a que conozcan qué mensajes consumen sus hijos a través de internet: “Muchas veces personajes de moda en redes sociales alientan estas ideas de que hay que competir, hay que ser más que los demás, hay que eliminar a cualquier competidor. Estos mensajes caen en un terreno peligroso para un niño o adolescente”.
Por otro lado, un elemento final de la dinámica de acoso escolar son los niños y niñas que son testigos desde la distancia, “observando, animando o paralizados, no saben cómo reaccionar”, dice la psicóloga. “Suelen tener una actitud poco solidaria, este tema no va conmigo. Es un problema que tiene que ver con los valores democráticos, tenemos que ayudar a que los valores se refuercen: los aspectos solidarios, tener en cuenta a los demás, hacer algo por otros, tener necesidad de contribuir a que haya una convivencia pacífica”.
Prevenir el acoso escolar
En el curso dan pautas para prevenir el acoso, partiendo de los indicadores y rasgos de alerta para actuar. Ponen énfasis en tratar de generar unas condiciones previas que eviten que se produzca el bullying.
“Tenemos que ver para proteger. No podemos abordar lo que no vemos, ni ayudar a quien no estamos identificando como víctima o autor”, dice Martín.
“La familia es la estructura básica donde aprender capacidad de abordar temas, es fundamental que se sientan entendidos y puedan entender puntos de vista diferentes”
Algunas de las condiciones que permitirán la prevención: estar conectados con los niños y demostrarles interés en lo que hacen, que sepan que hay un espacio en el que pueden contar sus preocupaciones, sin quitar importancia a aquello que nos cuenten; transmitir la importancia de cuidar al otro, que lo que uno ve en el espacio de la escuela también es responsabilidad de uno. A nivel individual, ayudar al niño o niña a reforzar su autoestima, resolver conflictos, detectar sus emociones o desarrollar comportamientos asertivos.
Xibixell resalta la importancia del diálogo con los hijos. “La familia es la estructura básica donde aprender capacidad de abordar temas, es fundamental que se sientan entendidos, que puedan entender puntos de vista diferentes, que puedan dar su opinión. El diálogo tiene que ser algo cotidiano en la familia. También para saber cómo piensan”.
La escuela como entorno protector
La escuela puede ser un entorno protector contra cualquier tipo de violencia si se dan varias circunstancias, como la calidez emocional, los adultos conscientes o la participación. La figura del coordinador/a de bienestar y protección debe estar presente en todas las escuelas, y su responsabilidad es escuchar a los niños, padres o cualquier profesor que esté identificando una situación de posible acoso escolar.
Según Amanda Martín, “si todos sabemos que hay un protocolo de actuación en caso de acoso, que la escuela es un entorno de cuidado u protección, que hay tolerancia cero frente a cualquier forma de violencia y que cualquier niño o niña puede contar lo que le está pasando, todos estos elementos hacen que los niños tengan un sentimiento de certeza de que si tienen un problema de violencia pueden contarlo y van a obtener una respuesta que no los va a colocar en una situación de mayor riesgo”.
“Si tienen sufre violencia, el niño debe sentir que puede contarlo y va a obtener una respuesta que no lo va a colocar en una situación de mayor riesgo”
“Es fundamental crear un vínculo de confianza entre familias y escuela”, concluye Claudia Xibixell. “Contactos regulares con el tutor, el conocimiento de cómo es el día a día de cada niño o niña en clase, cómo se relaciona con sus compañeros, cómo progresa, etc. El niño tiene que sentir que esa comunicación se está dando, no solo para cuando pasa algo malo. Que haya confianza para hablar de todo de manera conciliadora”.