Quieren más tiempo libre y mayores cotas de autonomía personal. Así lo han declarado los niños y niñas de entre 10 y 12 años que han participado en la primera encuesta de bienestar subjetivo de la infancia realizada en Barcelona. “No me ha gustado que me preguntaran sobre el tiempo libre porque tengo poco y me hace sentir incómodo”, afirmaba uno de los cerca de 4.000 encuestados que han respondido una amplia batería de preguntas sobre su satisfacción vital.
Durante cuatro meses, un reducido equipo de trabajo ha visitado 52 escuelas en la ciudad condal para hacer realidad Hablan los niños y niñas: el bienestar subjectivo de la infancia en Barcelona, un proyecto que realiza el Instituto Infancia y Adolescencia por encargo del Área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Barcelona y que cuenta con la colaboración de UNICEF.
Es la primera vez que una Administración catalana trata de medir el bienestar global infantil preguntando a los propios niños y niñas sobre asuntos relacionados con su satisfacción en los ámbitos principales de la vida: la familia, las amistades, la escuela o el barrio donde viven. Para ello se ha recurrido a la metodología de Children’s World, organismo que acumula una larga experiencia encuestando a niños de todo el mundo. Con esta iniciativa, Barcelona se convierte en la primera ciudad española que busca medir la satisfacción de la infancia en su territorio.
Resultados iniciales
De los resultados obtenidos, destaca que el 69% de los niños y niñas ha dicho que están totalmente satisfechos con su vida en general, mientras que el 31 % restante manifiesta que no lo está suficientemente. En este sentido, los investigadores han detectado una diferencia de seis puntos entre los niños que expresan no sentir bastante satisfacción global en función del lugar donde viven. Así, en los barrios de renta baja la insatisfacción asciende hasta el 33% de los encuestados, mientras que en los barrios de renta alta ese resultado desciende hasta un 27% de los niños y niñas.
Por otra parte, según la encuesta, el tiempo libre y la autonomía son los ámbitos en que los niños se muestran menos satisfechos. El 53 % de los encuestados declara que no tiene bastante tiempo libre y el 48 % querría más autonomía. Además, un 42 % no está lo bastante satisfecho con su vida de estudiante y un 40 %, con el uso de su tiempo. Por último, aunque la salud es el rasgo mejor valorado (un 85 % de los niños está totalmente satisfecho), el 27 % manifiesta que no se siente lo bastante satisfecho con su cuerpo.
“Este proyecto va más allá de una encuesta”, dijo la teniente de alcaldía de Derechos Sociales, Laia Ortiz, “no se trata solo de escuchar, sino también de dialogar con los niños y que sean ellos mismos los que nos señalen qué significan los resultados y qué es lo que quieren decir.”
Además de conocer y mejorar el bienestar que expresan los niños y niñas, el proyecto impulsado por el Ayuntamiento de Barcelona se propone garantizar el ejercicio de su derecho a ser escuchados y contribuir a la construcción de la ciudad. Por eso, concluida la primera fase, arranca ahora un proceso participativo, que durará hasta el mes de abril, con el envío de los resultados a las escuelas que participaron en el estudio. El objetivo en esta nueva fase es que los protagonistas conozcan y entiendan los resultados iniciales y presenten propuestas concretas para mejorar su bienestar. El informe final del proyecto estará disponible al finalizar el curso escolar.
Un pequeño y gran mundo
Dos de las encargadas de realizar la encuesta, Joana Pagès y Natàlia Gonzàlez, geógrafa y demógrafa la primera, psicóloga la segunda, han relatado su experiencia en esta iniciativa pionera en la comunidad catalana: “Cuando entrábamos a una escuela era una inmersión a un pequeño y gran mundo a la vez. Los murales colgados a las paredes, el ambiente en los patios entre sesión y sesión, el entorno o el espacio, nos daban información sobre la escuela.”
“Nuestra estancia en el aula despertaba curiosidad y era singular, y lo era también porque a menudo nos acompañaba una maleta grande de ruedas cargada de tablets. Las tablets eran el apoyo necesario para poder hacer las encuestas en formato digital, en caso de que no hubiera suficientes ordenadores en las aulas. Un formato muy de agradecer para los niños y niñas, muy acostumbrados al uso de las tecnologías para hacer trabajos, comunicarse y jugar.”
Con las preguntas incluidas en la encuesta, explican, “hemos removido sentimientos tanto en un sentido positivo como negativo. La encuesta era un momento reflexivo para muchos de los chicos y chicas que se posicionaban en temas tan importantes cómo son las relaciones familiares, de amistad o cómo se sentían con ellos mismos.”
Cuando preguntaron a los niños cuáles habían sido las preguntas que más les habían gustado del cuestionario, se encontraron con respuestas como: “La de si estoy satisfecha con los amigos que tengo. Porque me gusta recordarme a mi misma que tengo unas amigas estupendas.” “Me han gustado todas las preguntas porque han sido entretenidas y he podido pensar un momento sobre mi.”. “No me ha gustado que me preguntaran sobre el tiempo libre porque tengo poco y me hace sentir incómodo”.