Un nuevo estudio científico pone de manifiesto que la materia gris se desarrolla peor durante una infancia llena de carencias. Publicado en JAMA Pedriatics bajo el título Association of Child Poverty, Brain Development and Academic Achievement, este trabajo muestra que las estructuras del cerebro destinadas a procesos críticos para el aprendizaje son vulnerables a las circunstancias ambientales de la pobreza, como el estrés, la escasa estimulación y la nutrición.
Los científicos autores del estudio, de las universidades estadounidenses de Michigan, Duke y Wisconsin, analizaron el desarrollo cerebral de los menores a partir de resonancias magnéticas realizadas a lo largo de su infancia y descubrieron que la materia gris del cerebro era sensiblemente menos desarrollada en los niños y niñas pobres.
Estas evidencias sobre el desarrollo infantil en malas condiciones dan un nuevo significado a la importancia de proteger y mejorar el entorno propicio para el desarrollo de los niños y niñas durante los primeros años de vida.