Bebés abofeteados, niñas que sufren abusos sexuales, adolescentes asesinados en sus comunidades. La violencia golpea cada día a millones de niños en todas las etapas de su infancia y en todos los entornos, a menudo a manos de las personas de su confianza. Así lo revela un nuevo informe presentado por UNICEF, en el que figuran datos tan graves como que tres cuartas partes de los niños de 2 a 4 años en todo el mundo –alrededor de 300 millones– sufren actos de agresión psicológica y/o castigos físicos por parte de sus cuidadores en el hogar.
Una situación habitual: violencia en las vidas de los niños y los adolescentes utiliza los últimos datos disponibles para arrojar luz sobre cuatro formas específicas de violencia: disciplina violenta contra los niños de corta edad en sus hogares; violencia sexual contra niñas y niños; muertes violentas entre los adolescentes; y violencia en las escuelas. “El daño infligido a los niños en todo el mundo es realmente preocupante”, afirma el Jefe de Protección Infantil de UNICEF, Cornelius Williams. “La violencia contra los niños no escatima a nadie y no conoce fronteras”.
Según datos recabados en 30 país, a casi una cuarta parte de los niños de un año se les sacude como castigo, y cerca de 1 de cada 10 recibe un golpe o una bofetada en la cara, la cabeza o los oídos. Sus madres tampoco están a salvo: 176 millones (la madre de 1 de cada 4 niños menores de cinco años) son víctima de la violencia de un compañero íntimo.
El castigo corporal también es una realidad extendida en los centros educativos: la mitad de la población mundial en edad escolar vive en países donde esta práctica no está completamente prohibida. Las escuelas también están expuestas a otros tipos de violencia. El año pasado, sin ir más lejos, se registraron cerca de 500 ataques o amenazas de ataques contra colegios ubicados en 18 países o regiones afectadas por conflictos armados. Lejos de la guerra, el peligro no disminuye. Según los datos aportados en el informe, tres cuartas partes de los tiroteos documentados que se produjeron en escuelas en los últimos 25 años ocurrieron en los Estados Unidos.
La situación en la adolescencia no es precisamente mejor. Aunque pueden sufrir abuso sexual a cualquier edad, las chicas son especialmente vulnerables a partir de la pubertad. Así, en todo el mundo cerca de 15 millones de mujeres de 15 a 19 años han sido víctimas de relaciones sexuales forzadas en algún momento de sus vidas, la mayoría a manos de personas cercanas o conocidas.
También las muertes violentas se vuelven más frecuentes durante la adolescencia. De hecho, cada 7 minutos un adolescente es asesinado en un acto violento. Sólo en 2015 se produjeron alrededor de 119.000 muertes violentas entre niños y adolescentes menores de 20 años. En algunos países, la probabilidad de morir violentamente fluctúa en función del color de la piel. En Estados Unidos, por ejemplo, los varones negros no hispanos de 10 a 19 años tienen casi 19 veces más opciones de ser asesinados que los varones blancos no hispanos de la misma edad.
Además de hacer visible el problema, UNICEF plantea numerosas medidas para poner fin a la violencia contra la infancia:
Recetas contra la violencia
- Adoptar planes de acción nacionales bien coordinados, incorporando los sistemas de educación, bienestar social, justicia y salud, así como a las comunidades y a los propios niños.
- Cambiar los comportamientos de los adultos y abordar los factores que contribuyen a la violencia contra la infancia, incluidas las desigualdades económicas y sociales, las normas sociales y culturales que condonan la violencia, las políticas y la legislación inadecuadas, los servicios insuficientes para las víctimas y la escasez de inversiones en sistemas efectivos para prevenir y responder a violencia.
- Centrarse en políticas nacionales para minimizar el comportamiento violento, reducir las desigualdades y limitar el acceso a las armas de fuego y de otro tipo.
- Establecer sistemas de servicios sociales y capacitar a trabajadores sociales para que ofrezcan servicios de remisión de casos, asesoramiento y atención terapéutica para niños que han sufrido casos de violencia.
- Educar a los niños, padres, madres, maestros y miembros de la comunidad para que reconozcan la violencia en todas sus formas y empoderarlos para que hablen sobre la violencia y la denuncien sin correr peligro.
- Recopilar mejores datos desglosados sobre la violencia contra infancia y realizar un seguimiento del progreso a través de una supervisión y evaluación sólidas.
Documentar estadísticamente la violencia es uno de los primeros pasos para eliminarla, según los expertos, y esa es precisamente la finalidad de esta nueva publicación. Proteger a los niños contra cualquier forma de violencia es, además, una condición necesaria para construir sociedades pacíficas e inclusivas, tal como lo exige la Agenda 2030 en su Objetivo número 16. Lograrlo requerirá medidas colectivas, pero también individuales.