Palacio de Cibeles. Cerca de 250 personas, entre técnicos municipales y miembros diferentes entidades del tercer sector, asociaciones juveniles, entre otras, asisten a una Jornada técnica de Participación de la Infancia y Adolescencia en la ciudad de Madrid. El programa incluye conferencias, mesas redondas y la presentación de una guía para seguir el camino hacia la participación infantil y adolescente en la capital. También hay un espacio para escuchar la voz de los protagonistas. Cuando llega su turno, a los niños, niñas y adolescentes de Madrid les basta una frase para trasladar: “Una cosa es que se nos escuche y otra que se nos tome en serio…son dos cosas muy distintas”.
En esa misma línea se expresará Marta Martínez Muñoz, socióloga, investigadora y coautora de la guía, durante su presentación: “Los niños, niñas y adolescentes no necesitan que les demos voz, ya la tienen…hay que darles espacios para que la expresen.”
Un tema, el de los espacios, que abordaron los representantes del Ayuntamiento en la sesión inaugural, destacando la creación del Enredadero, una red de espacios de ocio autogestionado para adolescentes en la ciudad de Madrid. Para la delegada del Área de Equidad, Derechos Sociales y Empleo, Marta Higueras, el hecho de celebrar la jornada en el Palacio de Cibeles refleja el compromiso del Ayuntamiento con la participación de la infancia y adolescencia. Para la delegada, La participación directa de las niñas, niños y adolescentes “no es simplemente una cuestión de moda, sino que se trata de un derecho que, como ciudadanos y ciudadanas, poseen”.
Sin embargo, como reconocía el delegado del Área de Coordinación Territorial y Cooperación Público-Social, Nacho Murgui, “desde los ámbitos dominados por adultos cuesta que se asuma que la voz de las niñas, los niños y los adolescentes es importante y tiene mucho que aportar”. Por eso, desde el área de Participación Ciudadana, Transparencia y Gobierno Abierto se va a implementar un proyecto piloto para incluir a la infancia y la adolescencia en la elaboración de los presupuestos participativos del próximo año, anunció el delegado Pablo Soto.
Tras las sesión inaugural, la experta Silvia Vallejo habló de participación como una toma de conciencia. Participar es percatarse de las necesidades propias y ajenas, señaló, captar las oportunidades, descubrir los límites, reconocer nuestro amplio recorrido de mejora, reparar en las capacidades personales y grupales, percibir las desigualdades y las injusticias, caer en la cuenta de que existen soluciones creativas. Asimismo, los procesos participativos han de ser dialécticos con la realidad, cargados del mayor consenso político y social.
A partir de su experiencia impulsando la participación infantil en el municipio de Alcobendas, Vallejo desglosó sus beneficios a través de cinco bondades: en primer lugar, la participación repercute favorablemente en la gobernanza y el fortalecimiento institucional. Además, abre una vía equitativa e inclusiva para la mejora del bienestar social. También es una fórmula para fomentar la sostenibilidad de los bienes comunes y supone un giro hacia políticas locales más innovadoras y preventivas. Por último, afirma Vallejo, la participación infantil es un motor generador de relaciones y modelos de corresponsabilidad ciudadana.
“Una sociedad es más democrática cuando más participativa es”, señala por su parte María Teresa Alía Robledo, subdirectora general de Familia e Infancia en el Ayuntamiento de Madrid. Sin embargo, el camino hacia la participación infantil presenta varios obstáculos. Alía Robledo describe tres:
El primero tiene que ver con la visión adultocéntrica de la infancia y adolescencia, colectivos que los adultos perciben como incompletos y faltos de competencia, como meros objetos de protección. El segundo obstáculo es la ausencia de un verdadero impacto —“me da miedo que los plenos se conviertan en la carta de los reyes magos”, afirma—. La otra dificultad tiene que ver con limitación de la participación al ámbito de las estructuras locales. En opinión de Alía Robledo, la participación se debe impulsar en lo más tangible e inmediato, hay que trabajar la participación en familias y centros educativos.
Guía de participación
Para salvar estos y otros obstáculos en el camino de hacer efectivo el derecho a la participación, la ciudad de Madrid cuenta desde ahora con una nueva herramienta. Se trata de la Guía de participación infantil y adolescente en la ciudad de Madrid, elaborada por profesionales de la asociación Enclave de Evaluación y editada a través de la Dirección General de Infancia y Familia del Ayuntamiento.
“El sentido de esta guía es cómo pensar la construcción de las ciudades con los niños y las niñas”, señala una de sus autoras, Marta Martínez Muñoz, en la presentación. Elaborado “a 10 manos y con cinco corazones”, el documento desarrolla un modelo de participación a partir de la evaluación de un programa dirigido a fomentar la ciudadanía y la incidencia política. “La participación sin incidencia se queda limitada”, señala Martínez Muñoz, para quien “la participación infantil con sentido político se va instaurando poco a poco en el imaginario colectivo, aunque no con pocas resistencias”.
Elaborada mediante un enfoque participativo, la guía concibe la participación como un proceso abundante en aprendizajes, una experiencia pedagógica sin límites. “Uno no puede construir teoría desde las torres de marfil. Uno construye teoría trabajando para la población, con la población, cometiendo errores y revisando las experiencias”, afirma la autora.
Para Martínez Muñoz, es hora de ir hacia modelos mucho más integrales, “entender que el barrio, y el distrito donde viven los niños y niñas es el primer lugar público, junto a la escuela, de ejercicio y de construcción de la ciudadanía”.
En cuanto a las COPIA (Comisiones de Participación de la Infancia y la Adolescencia), la autora considera que pueden ser una plataforma para generar espacios donde escuchar la voz de los protagonistas, “pero no es lo mismo ser niño en Villaverde que serlo en Chamartín”, advierte. Por eso, partiendo de la base de que niños y niñas no son un colectivo homogéneo, señala la necesidad de emplear el término “infancias”, en plural.
Las infancias también estuvieron representadas en la jornada celebrada en el Palacio de Cibeles. Adolescentes de la Fundación ‘Voces para la Conciencia y el Desarrollo’ y la ONG ‘Olvidadas’, del distrito de Vicálvaro, así como niños y niñas del colegio Fundación Ademo de Moratalaz y proyectos de adolescencia de la Federación Injucam pudieron compartir sus experiencias en el ámbito de la participación. Además de su trabajo como miembros de las COPIA de Moratalaz, Arganzuela y Retiro.
Finalmente, tras la intervención musical del coro infantil del Colectivo Voces y un rap interpretado por adolescentes, la Directora General de Familia e Infancia, Ana Buñuel, dio por concluido el encuentro.