- Sólo seis de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible cuentan con indicadores específicos de género y edad, e incluyen esos baremos solamente 18 de sus 232 indicadores.
- Existe muy poca información sobre la vida de las chicas y chicos adolescentes y, por tanto, sus necesidades y vulnerabilidades específicas
- Adolescentes apátridas o refugiadas, chicas no casadas y estudiantes con discapacidades, entre los perfiles más invisibilizados.
“No dejar a nadie atrás” es uno de los mantras de la Agenda 2030, y también el compromiso de los Estados miembro de las Naciones Unidas. Para conseguirlo, los institutos nacionales de estadística llevan a cabo una desagregación de datos de la población por género, edad, ingresos, etc., que permite identificar las necesidades de los colectivos más vulnerables, como la infancia. Sin embargo, existe un colectivo relegado a un punto ciego para las estadísticas: la adolescencia.
La franja de edad de los 10 a los 19 años es un momento clave para aplicar políticas de reducción de la pobreza, la desigualdad y la discriminación, así como para fomentar trayectorias de desarrollo positivas. Sin embargo, la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas señala que el marco de indicadores no ofrece suficiente detalle sobre las diferencias de edad y género como para poder medir el progreso entre grupos particulares.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se compone de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y 169 metas. Para su seguimiento se diseñaron 232 indicadores que se obtienen a partir de los datos estadísticos. De los 17 objetivos, sólo seis cuentan con indicadores específicos de género y edad. Tan solo 18 indicadores de los ODS exigen explícitamente la desagregación por género y categorías de edad. ¿Qué supone esto? Que existe muy poca información sobre la vida de las chicas y chicos adolescentes y, por tanto, sus necesidades y vulnerabilidades específicas siguen siendo casi invisibles para las políticas y programas.
Datos de la desigualdad
“Sabemos que la pobreza, el hambre, la equidad, la inclusión y el acceso a la tecnología no son neutrales en cuanto a género y edad. También sabemos que las disparidades de género crecen en prácticamente todos los sectores a medida que los niños alcanzan la adolescencia”, aseveran Silvia Guglielmi y Nicola Jones, autoras del informe La invisibilidad de los adolescentes dentro de los ODS. Evaluar las brechas en la desagregación por género y edad para no dejar atrás a los adolescentes. Llevado a cabo por el programa de investigación GAGE (Gender and Adolescent Global Evidence), se trata del mayor estudio global sobre adolescentes y en su elaboración contó con 20.000 chicos y chicas en países con economías en desarrollo para determinar cómo mejorar sus capacidades y empoderamiento.
Algunos de los datos recogidos en este informe muestran la invisibilidad en la que están sumidos los adolescentes: de los 232 indicadores de los ODS identificados, menos del 8% son específicos de género y adolescentes o jóvenes. Además, de los 53 indicadores específicos de género (aquellos que exigen explícitamente la desagregación por sexo o se refieren a la igualdad de género como el objetivo principal), solo 18 exigen una desagregación de la edad adolescente: nueve por el grupo de edad ‘adolescente’ (10-19 años) y nueve por el grupo de edad ‘joven’ (15-24 años).
Por otro lado, la poca disponibilidad de cifras complica más las cosas. “Los datos de los países generados en los 18 indicadores de ODS de género y adolescentes o jóvenes son escasos”, asegura el informe. Por ejemplo, menos de la mitad de los países enviaron datos de ocho de los indicadores en el análisis de 2010 a 2017. Algo que dificulta la medición del progreso de los adolescentes.
Perfiles invisibilizados
Las autoras del informe creen que, en términos de recopilación de datos, existen “lagunas” que afectan a determinados aspectos y a colectivos. Por ejemplo, en cuanto a datos sobre salud sexual y reproductiva de adolescentes sexualmente activas no casadas; las chicas adolescentes refugiadas (y, en algunos casos, los chicos) o los estudiantes con discapacidades: estos perfiles son algunos de los más olvidados.
Por otro lado, los adolescentes más tempranos son “especialmente vulnerables a quedarse atrás (…) y la cohorte 10-14 se descuida desproporcionadamente en toda la programación, sostiene el informe. Esto es particularmente preocupante cuando se consideran los datos que documentan, por ejemplo, “que hasta el 30% de las niñas están casadas antes de los 15 años en Chad, el 29% en la República Centroafricana y el 22% en Bangladesh”.
Refugiados adolescentes en los ODS
En el mundo hay más de 20 millones de refugiados, la mitad de los cuales son menores de 18 años. Sin embargo, aunque se mencionan en la Agenda 2030, no se los identifica como una población específica en ninguno de los 17 ODS. Hay un total de 15 indicadores de los ODS que hacen referencia directa o indirecta a las poblaciones migrantes y apátridas, pero solo dos (el 4.1.1 y el 8.7.1), arrojan datos desglosados por género y edad adolescente.
“No desglosar las poblaciones de migrantes y apátridas por género y edad contrarresta lo que se sabe sobre las personas en movimiento, principalmente porque las mujeres y las niñas enfrentan vulnerabilidades aumentadas y menos visibilidad durante el desplazamiento”, indican las autoras en el informe. “Las chicas desplazadas a menudo enfrentan barreras específicas de género y multifacéticas para acceder a la educación secundaria, y la evidencia sugiere que las niñas adolescentes refugiadas tienen un mayor riesgo de sufrir violencia”.
Recomendaciones
Las autoras del informe proponen cinco acciones:
- Priorizar la integración de indicadores agregados por género y edad en las encuestas existentes.
- Desglosar los datos sobre el grupo de edad de 10 a 24 años en tres grupos de edad (de 10 a 14; de 15 a 19; de 20 a 24) para capturar mejor las especificidades de esta etapa, sus necesidades, vulnerabilidades e hitos.
- Armonizar los informes de los países sobre los compromisos de “no dejar a nadie atrás”, incluido un enfoque en la adolescencia y la juventud.
- Que la desagregación de género y edad de adolescentes o jóvenes se incluya en los siguientes ODS con potencial para mejorar el bienestar de los adolescentes por las tres franjas de edad antes mencionadas.
- En cuanto a refugiados, desplazados internos y poblaciones apátridas, priorizar la desagregación por género y edad en nueve ODS para adaptar las políticas y los programas a las vulnerabilidades específicas que enfrentan los adolescentes en movimiento.
“Invertir en datos sólidos para comprender las experiencias vividas y los desafíos futuros de niñas y niños adolescentes será fundamental para lograr su bienestar y permitirles desarrollar todas sus capacidades”, concluyen las autoras.