- El proyecto ‘¿Qué funciona contra la pobreza infantil?’ recoge experiencias internacionales para orientar las políticas públicas y hacerlas eficaces
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- Destaca medidas que la evidencia respalda, como la educación gratuita, los comedores escolares o las que garantizan la inserción laboral de los progenitores
- “En los últimos 10 años, 8 países de Europa han reducido la pobreza infantil más de un 25%. Se puede”, dice Gabriel González-Bueno
España sigue liderando los índices de pobreza infantil europeos. Actualmente, el riesgo a sufrirla afecta al 29,2% de los niños, niñas y adolescentes. “Hay mejoras en los indicadores de pobreza en general, pero en pobreza infantil no solo no los hay, sino que algunos se agravan en los últimos años. ¿Qué está pasando?”, se pregunta José María Vera, director ejecutivo de UNICEF España.
Para contestar a esa pregunta y mostrar las medidas que sí funcionan para paliar esta terrible realidad, el 25 de septiembre se presentó “¿Qué funciona contra la pobreza infantil?”, una iniciativa liderada por Ivàlua, UNICEF Comitè Catalunya y el Departamento de Economía y Finanzas de la Generalitat de Catalunya.
El proyecto nació en 2023 y desde entonces se han presentado cinco informes que recogen y sintetizan experiencias internacionales para orientar las políticas públicas y hacerlas eficaces. “Este es un proyecto muy importante porque muestra evidencias, y eso es esencial para la construcción de la política pública, para que no haya duda de dónde están los retos y qué se debe hacer, lo que funciona y lo que no”, dice Vera durante la presentación.
Uno de los objetivos del proyecto es mostrar el potencial de contar con información basada en evidencia para fortalecer la toma de decisiones en políticas de reducción de la pobreza, como las vinculadas a la Garantía Infantil Europea. “La evidencia debe contribuir a mejorar la eficacia de las políticas públicas”, explica Esther Pallarols, directora general de Presupuestos de la Generalitat de Catalunya.
“La evidencia debe contribuir a mejorar la eficacia de las políticas públicas”, dice Esther Pallarols
Pallarols comparte cómo introducen la perspectiva de infancia en el ciclo presupuestario desde su departamento. Entre las acciones que llevan a cabo está Parlem de pressupostos, proceso participativo de 2024 que acerca los presupuestos a la ciudadanía. “Empezamos con adultos, pero vimos que nos estábamos dejando más de un 17% de la población, no estábamos incluyendo a los niños”, recuerda. A través de UNICEF España y los consejos de participación de infancia, ampliaron el proceso a los niños, niñas y adolescentes para que sus opiniones se reflejen en la preparación de las cuentas para el año 2026.
Cinco áreas de acción
Durante el encuentro, Pallarols presenta un resumen de las cinco publicaciones elaboradas en el marco del proyecto, para las que se analizaron tres políticas: laborales, de transferencia de rentas y de educación infantil gratuita. Tambien, las evidencias encontradas y las recomendaciones o implicaciones prácticas que han sacado de ellas.
1. Escolarización de 0 a 3 años
En esta área, “vimos que en la pobreza infantil el trabajo importa muchísimo: la desocupación de los padres casi condena”, dice Pallarols. Las transferencias monetarias a las familias alivian solo a corto plazo, y el acceso a la educación infantil gratuita sirve para sacar de la pobreza.
Buenas prácticas: En los Estados Unidos de América, las deducciones fiscales a los progenitores con rentas bajas que trabajan – Earned Income Tax Credit (EITC), han demostrado ser beneficiosas para la salud y educación de los niños/as, a la vez que mantienen la ocupación de los progenitores.
2. Primera infancia
El informe muestra la necesidad de priorizar los barrios y niños vulnerables en la oferta pública de 0-3, y de garantizar los servicios gratuitos. La extensión de los servicios educativos tiene un efecto positivo en el empleo materno, y la formación específica del personal y las ratios bajas mejoran los resultados educativos. Falta generar datos de calidad sobre el uso, el acceso y la calidad de los servicios.
3. Alimentación saludable
Otro de los problemas que abordan es la obesidad infantil, que afecta más a la infancia de familias con bajos recursos. Para combatirla, funcionan medidas como garantizar una comida saludable al día a través de programas de comedores escolares universales y gratuitos. “Un debate importante son los comedores escolares. Aquí se rediseñaron las becas comedor para ampliar la cobertura: para algunos niños, es la comida principal del día”, dice Pallarols.
Explica que los hábitos que se cogen en la primera infancia nos ayudarán a tener comportamientos más saludables, destacando iniciativas para difundir la cultura de la alimentación saludable, como el proyecto piloto “La Mina se activa”.
Buenas prácticas: Los impuestos sobre las bebidas azucaradas, implementados en el Reino Unido, Estados Unidos o Dinamarca han reducido su consumo a corto y largo plazo.
3. Inserción laboral de los progenitores
26,8% de niños, niñas y adolescentes en riesgo de pobreza vive en hogares con unos ingresos netos inferiores al 60%, y uno de cada tres vive con al menos una persona desempleada, con datos de 2023. Programas como el “Working Families Tax Credit” de Reino Unido, que incrementó en 10 puntos porcentuales la probabilidad de empleo de las madres solteras, muestran el camino a seguir a la hora de diseñar políticas de inserción laboral con perspectiva de infancia.
Para acabar con la pobreza infantil, es necesario generar oportunidades laborales a los padres, como explica Lídia Farré Olalla
Para acabar con la pobreza infantil, es necesario generar oportunidades laborales a los padres, como explica Lídia Farré Olalla, investigadora en el Instituto de Análisis Económica (IAE-CSIC).
“Hay que garantizar un mercado de trabajo estable, y que te permita conciliar”, dice. Basándose en la evidencia, destaca medidas como los permisos de paternidad y maternidad y de flexibilidad laboral: “Una de las razones por las cuales sobre todo madres de entornos desfavorecidos no participan es porque no hay manera de ser madre trabajadora en según qué contextos”. Destaca como medida estrella la educación de 0-3 como una medida que funciona de forma internacional, beneficiando sobre todo a los niños y niñas de entornos desfavorecidos. “Además, tiene un efecto positivo sobre la participación laboral de las madres”.
Buenas prácticas: El Programa “Employ.me” de Eslovenia aumentó un 30% la probabilidad de empleo de los participantes después de dos años.
5. Bienestar emocional
Otro de los ejes analizados fue el bienestar emocional de la infancia y la adolescencia. Se estudiaron políticas del ámbito familiar, socioeconómico y educativo, concluyendo que, para ser efectivas, deben combinar acciones de gestión emocional con propuestas de ocio y apoyo económico y profesional.
En este apartado, la participación infantil es clave: cuando los niños, niñas y adolescentes participan activamente en el diseño de los programas, estos responden mejor a sus necesidades, generan mayor implicación y fortalecen su conexión con la comunidad.
Martín, del consejo asesor de UNICEF España, opina que el principal reto es reconocerse a ellos mismo como agentes activos en las políticas que les afectan. “No podemos ser solo personas beneficiarias, sino también involucrarnos en estas políticas de cambio. Tenemos criterio para opinar, pero luego esto no fructífera”, opina. “Tenemos que involucrarnos para hacer que estas políticas que no responden a nuestros problemas, porque se elaboran programas sin tenernos en cuenta, pasen por un filtro de infancia”.
“Tenemos un problema a nivel institucional, las estructuras de Gobierno no están diseñadas para incluirnos”, dice Martín, del consejo asesor de UNICEF España
“Yo veo que tenemos un problema a nivel institucional, que las estructuras de Gobierno no están diseñadas para incluirnos. No hay legislación que contemple nuestra opinión o que tenga el mismo peso que la de un adulto. Es necesario que por lo menos se nos tenga en cuenta al mismo nivel”.
Reconoce que no todos los niños, niñas y adolescentes tienen las mismas oportunidades para participar, y por ello se deben crear sistemas inclusivos y espacios seguros.
Buenas prácticas: Líneas de asesoría a padres, como el programa IPCIT, o El Club de los Valientes, programa para reducir el acoso escolar y mejora de la convivencia.
“En este país hay una brecha enorme entre el problema y las medidas adoptadas, entre la evidencia y el impulso político que genera”, dice Gabriel González-Bueno Uribe, especialista en políticas de infancia de UNICEF España.
“Para reducir la pobreza infantil faltan dos cosas en este país: voluntad política y dinero. Hay que pelear por ellas. Alrededor de nuestro país tenemos varios ejemplos. En los últimos 10 años, más de 8 países de Europa han reducido la pobreza infantil más de un 25%. Se puede”.