Repensando la ayuda al desarrollo: ¿Qué tipo de cooperación queremos (y cuál no)?

27/05/2025 | Agenda 2030, Buenas prácticas, Derechos de la Infancia, Desarrollo de capacidades, Educación, Igualdad de género, Internacional, Previas, UNICEF

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Varios niños en un campo de trigo en la aldea de Dacaotan, condado de Zhang (China). UNICEF ha estado trabajando con la Federación Nacional de Mujeres de China (FNCV) para establecer centros de desarrollo infantil que apoyan el aprendizaje temprano y el cuidado de niños de 0 a 6 años en comunidades afectadas por la migración. © UNICEF/UNI616813/Chai

 

  • Chicos y chicas del Grupo Asesor de UNICEF España asisten a una formación sobre ayuda al desarrollo: qué formas de ayuda existen, para qué sirven, qué problemas plantean y sus retos a futuro
  • La formación se imparte en el marco de la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo que se celebrará en Sevilla

 

“¿Crees que dependiendo de donde naces tienes las mismas oportunidades?”. Con esta pregunta comienza Inés Montero, becaria del área de incidencia política internacional de UNICEF España, una charla formativa dirigida a niños, niñas y adolescentes el Grupo Asesor de UNICEF España, el pasado 13 de mayo. El objetivo: sensibilizar sobre la importancia de la ayuda al desarrollo en el marco de la próxima Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, que se celebrará en Sevilla del 30 de junio al 3 de julio.

“Todos tenemos derechos que son inalienables, no importa de dónde seamos: derecho a la identidad, protección en tiempos de guerra o desastre, protección en caso de privación de libertad, protección contra los abusos, educación, salud y participación”, explica Montero.

 

¿Qué es la ayuda al desarrollo?

 

Decimos que un país es más desarrollado cuando cuenta con cosas como acceso a agua potable, sanidad y nutrición adecuadas, un buen gobierno, acceso a la escuela, participación ciudadana o transparencia.

Todos estos aspectos se pueden potenciar por medio de la ayuda para el desarrollo, concepto que nace después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Europa estaba destruida y necesitaba ayuda, y que evolucionó para promover el desarrollo económico y bienestar de los países, como explica la formadora. Hoy, forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos en la Agenda 2030 de Naciones Unidas.

La ayuda para el desarrollo “es una forma de cooperación, de trabajar juntos dos países, normalmente un país desarrollado y otro menos desarrollado, pero no necesariamente”, explica Montero a los chicos y chicas. “Es un conjunto de ayudas, dinero o acciones a regiones o naciones para mejorar estas cosas: sanidad, agua, nutrición, etc.”

 

Chicas de 13 años participan en el Programa de Gestión de la Salud Menstrual, en la Escuela Primaria Maziba (Zambia), financiado por UNICEF. © UNICEF/UN0664035/Schermbrucker

 

Este tipo de cooperación puede adquirir diferentes formas: recursos económicos, materiales, asistencia técnica (por ejemplo, mandar un profesional, como un médico). Pero también, puede darse en forma de alivio o reestructuración de deuda, apoyo al sector privado o apoyo internacional.

 

¿Por qué ayudarse entre países?

 

Montero resalta el papel de UNICEF en este campo, desde la vacunación hasta la financiación de proyectos para el empoderamiento femenino en países como Tanzania. Aunque algunos proyectos pueden tener un impacto inmediato, muchos (como los orientados a lograr la igualdad de género) requieren tiempo, continuidad y compromiso.

Otro ejemplo es la ayuda dedicada a financiar una transición ecológica justa, dirigida a paliar los efectos del cambio climático en los países que más lo sufren. “¿Un gobierno de un país en pobreza puede invertir en paneles solares? El cambio climático nos va a afectar a todos. Entonces tenemos un interés en que todos los países bajen sus emisiones. Esa transición es importante para el desarrollo”, explica Montero.

La pandemia de COVID-19 ya demostró esa necesidad de ayudarnos mutuamente: una persona no vacunada en un país puede representar un riesgo en otro. La cooperación, entonces, es una forma de protegernos entre todos, dice la formadora. “Necesitamos de todos para que algo funcione”, aclara.

 

Los problemas de la ayuda al desarrollo

 

Durante la charla, los jóvenes participantes también debatieron sobre los problemas actuales de la cooperación. Por ejemplo, el enfoque superficial de algunas acciones solidarias en redes sociales. “La gente hace eso para decir, mira, estoy ayudando, para obtener likes. Si tú vas a un sitio no tienes por qué hacer una foto y subirla”, opina Amanda, una de las participantes. “Hoy en día mucha gente siente la necesidad de quedar bien frente a otras personas”, añade Alba. Pablo coincide: “Es querer presumir, que la gente piense que estás haciendo cosas buenas”.

Para Sergio, hay mucha diferencia entre una ayuda puntual y crear “una red de desarrollo a futuro, lo que permitiera que a lo mejor ese grupo de mujeres, en concreto, puedan adquirir una base que les va a permitir desarrollarse gracias a esa ayuda que han recibido inicialmente”.

 

En Sidama (Etiopía), UNICEF forma a grupos juveniles para concienciar a la comunidad contra el matrimonio infantil. Zemzem (en la fotografía), secuestrada a los 13 años para ser convertida en novia, fue rescatada gracias a este programa. © UNICEF/UNI492002/

 

Robert apunta a otro reto de la ayuda al desarrollo: “Los problemas de la cooperación pueden ser la imposición de los propios cánones del país que ofrece la cooperación, más que centrarse en las necesidades que pueda tener”.

“El problema de la cooperación internacional es que no escuchamos”, coincide Montero. “No es lo mismo llegar a un lugar y decir, yo sé lo que te hace falta, que preguntar qué hace falta aquí”. Como ejemplo, señala el caso de una fundación que distribuyó redes antimosquitos de forma gratuita en una población africana, contribuyendo a la quiebra de las empresas locales que las fabricaban: “Generó desempleo, y ya no hay más redes porque quienes trabajaban creando redes ya no lo hacen. Si hubieran preguntado, hubieran podido colaborar con la fábrica que producía redes”.

 

“No es lo mismo llegar a un lugar y decir, yo sé lo que te hace falta, que preguntar qué hace falta aquí”

 

Robert señala otro problema de la cooperación: que puede conllevar “la destrucción del tejido industrial y económico del país. Cuando Europa exporta cebollas a precio de saldo y lo mete como ayuda al desarrollo y destruye el comercio de cebollas africano, estás destruyendo la capacidad de que el país pueda desarrollarse”. Cree que “la ayuda al desarrollo puede ser una vía de perpetuar ciertas dinámicas imperialistas o que occidente imponga ciertas cuestiones”.

La formadora comparte el caso del Congo, donde aún existen programas de ayuda liderados por Bélgica, su antigua potencia colonial, que no han logrado generar autonomía real: “El Congo es muy dependiente de Bélgica e incluso hoy en día hay muchísimos programas de ayuda, pero es una ayuda que no termina de independizar”.

 

Hacia un nuevo modelo de cooperación

 

Teniendo en cuenta estas cuestiones, ¿cómo creemos desde UNICEF que esa ayuda debe cambiar? Mediante un modelo que se centre en los derechos de la infancia, que permita hacer cooperación auténtica y pensando en la otra persona, más eficaz (que sea transparente y no se pierda dinero), menos burocrática y más participativa. “Un modelo de cooperación que pase por escuchar, que impliquen a la otra persona”, explica Montero. “Decir, ¿qué te hace falta?, ¿cómo podemos apoyar lo que ya están haciendo?, y no tratando de imponer cosas que uno no sabe si van a funcionar allí; es decir, responder a la necesidad local”.

También considera muy importante que haya un mecanismo de transparencia, para que la gente sepa a dónde va el dinero. Menciona un modelo de cooperación nuevo, sur-sur, que demuestra que la ayuda no siempre tiene que venir del norte global, y pone de ejemplo a México y sus proyectos en Centroamérica.

 

La falta de agua potable en su aldea, en Paquistán, obligaba a Farzana, de 12 años, a caminar 7 kilómetros hasta tres veces al día, lo que le hizo perder cuatro años de escuela. Con el apoyo de UNICEF, una nueva bomba manual hizo realidad el sueño de los aldeanos de tener agua fresca y limpia todos los días y permitió a la niña volver a la escuela. © UNICEF/UNI535317/Bashir

 

En cuanto a las acciones que considera más eficaces, habla de la vacunación, una herramienta que se estima que salva tres millones de vidas cada año. “La vacunación es muy eficaz porque es a largo plazo, le salvas la vida y es relativamente fácil”, dice Montero.

También apuesta por la educación: “Es lo que da la herramienta a alguien para que pueda salir por sí mismo. El objetivo es no crear dependencia. Si damos más herramientas de educación sirve para que los chicos puedan participar”. Entre las acciones más recientes que hace UNICEF en este área está llevar energía sostenible a escuelas para garantizar la educación, empoderando a los niños y niñas y sus comunidades (con ejemplos como las aulas con energía solar en Eritrea o las Eco-Ciudades en Madagascar).

La 4ª Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo reunirá del 30 de junio al 3 de julio a líderes de todo el mundo en la ciudad de Sevilla, para debatir cómo obtener recursos que financien soluciones reales: mejorar la deuda externa, invertir en servicios sociales como educación o sanidad, o promover medidas contra el cambio climático. De ese modo, ver qué pueden hacer las empresas para avanzar en la Agenda 2030. “Son soluciones que necesitamos: sanidad, educación, acceso a internet, etc., y cómo pagarlas es muy importante”, opina Montero.

 

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