Jugar para imaginar una ciudad más libre

21/04/2016 | Participación Infantil

Una carta pidiendo auxilio llega hasta las aulas de un colegio en el barrio de San Donato en Sassari, Cerdeña. Remitentes: los niños del futuro; destinatarios: los niños del presente. Línea a línea, desde el futuro se describe un panorama desolador: la ciudad de Sassari en el año 2046 se ha convertido en un enorme centro comercial al que solo se puede acceder en coche y donde solo los niños que escriben esa carta han podido sobrevivir.

Tenemos un problema, la necesidad de encontrar una solución, tenemos los personajes. Ya podemos arrancar con una historia.

A través de un diálogo epistolar, los niños de hoy irán proponiendo soluciones a problemas concretos que los niños del futuro encuentran en esa ciudad desoladora. Una historia que poco a poco va cambiando con las aportaciones del presente mostrando a los participantes que cada pequeño gesto cotidiano hoy puede tener un impacto en la ciudad de mañana.

Un concepto, el de la sostenibilidad de las ciudades, que resulta muy complicado explicar a través del discurso pero que con una historia, apoyada en la imaginación y en la acción, se hace tangible.

A través del proyecto Fronte di Liberazione dei Pizzinni Pizzoni, puesto en marcha en Sassari en el año 2012, TaMaLaCà, colectivo interdisciplinar de la Universidad de Sassari, muestra como con los juegos, los cuentos y una comunicación imaginativa se puede involucrar a los niños en la re-planificación de su ciudad y, de paso, aportar a los urbanistas nuevas formas de ver el espacio. “El principal objetivo del proyecto es liberar las calles y los espacios públicos de coches aparcados en beneficio de los viandantes y de los niños, que tienen derecho a disfrutar de espacios para jugar”, explican en su página web.

Además del juego narrativo, la comunicación ha sido clave en el proyecto, gestionada a diferentes niveles de difusión: de la escuela al barrio, a la ciudad entera. “Creamos una atmósfera de misterio en torno a los extraños mensajes llegados del futuro integrando distintos elementos: artículos en los periódicos locales, anuncios en la televisión local (donde los protagonistas eran los propios niños del colegio de San Donato) y pegatinas y notas pegadas en distintas partes de la ciudad. Todo el mundo quería saber más. Incluso el nombre del proyecto viene de una expresión local, “Pizzinni Pizzon”, que en dialecto local se traduciría por los niños libres como un pájaro. Al final de la acción, invitamos a todos los ciudadanos a participar en la Revolución con el lema “Libera el niño libre que hay en ti”.

“Una gran amalgama de gente distinta ha participado y todavía participa en un proyecto que nunca puede llegar al final”, añaden. Una de sus últimas acciones ha sido levantar una estructura protegida en un lugar en el que normalmente aparcaban los coches. El resultado: más espacio para jugar, más espacio desde el que imaginar una ciudad nueva.

 

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