En las ciudades, determinados factores han contribuido a agravar la crisis sanitaria a nivel urbano: por ejemplo, la densidad de población, la concentración de la actividad económica y del turismo, la conexión con el exterior, la interconexión de redes de transporte o la precariedad de las viviendas y las condiciones de hacinamiento en las que se encuentran muchas personas.

Durante la desescalada, es crucial poder mantener la distancia física en espacios públicos, de trabajo o comerciales; tener un hogar con buenas condiciones de habitabilidad con espacio suficiente para estudiar, trabajar, disfrutar del ocio, y la posibilidad de poder aislar a un familiar contagiado o sospechoso de estarlo. Sin embargo, muchas familias se han visto en serias dificultades para poder realizar todo lo anterior bien por escasez de recursos individuales o por las limitaciones de sus viviendas o de las ciudades donde viven.

Esta crisis puede y debería ser el punto de inflexión para un cambio de paradigma en la forma que diseñamos nuestras ciudades priorizando la planificación urbana integral centrada en las personas para lograr ciudades más verdes, seguras, saludables, inclusivas y preparadas ante el cambio climático y posibles pandemias futuras. Y este proceso sólo tendrá éxito si se hace partiendo de una perspectiva de derechos de infancia.

Estos cuadernos para la acción local, dirigidos a tanto a los alcaldes y alcaldesas, a los responsables de políticas para la infancia, de políticas urbanas, espacio público, salud y movilidad y técnicos y profesionales de las áreas mencionadas en los gobiernos locales, pretenden contribuir con algunas ideas, enfoques y medidas para rediseñar y planificar ciudades centradas en los niños y niñas, y por tanto en las personas en general.

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