Cinco razones más por las que jugar al aire libre es la mejor vitamina para la infancia

08/08/2016 | Derechos de la Infancia, Medioambiente, Urbanismo

El proyecto PEACH (que en sus siglas en inglés analiza las Relaciones Personales y Medioambientales con la Salud de la Infancia) es el único gran estudio longitudinal que ha combinado tres variables: localización (a través de GPS), actividad física (mediante acelerómetros) junto con la percepción de niños y padres sobre su vecindario. Durante el primer año participaron en el estudio 1.307 niños y niñas de Reino Unido durante su último año de educación primaria que participarían de nuevo durante el primer y el cuarto año de secundaria.

La conclusión: jugar mejora la salud de los niños. No era difícil de adivinar, pero queremos compartir cinco de los resultados a los que llegaron con el estudio.

1. Los niños son entre tres y cincos veces más activos al aire libre que en lugares cerrados

El 22,6% del tiempo que los niños pasan fuera después del colegio implica una fuerte actividad física comparado al simbólico 4% de actividad física que genera el tiempo que pasan en lugares cerrados. Al contrario, el 52.5% del tiempo que los niños pasan dentro es sedentario mientras que el tiempo de los niños fuera apenas alcanza un 22% de sedentarismo.

2. Los niños con más libertad para deambular por las calles sin adultos son más activos físicamente. 

De todas las influencias ambientales analizadas por el estudio, la movilidad independiente es el único factor constantemente relacionado con los tres contextos principales empleados por los niños en su actividad física (juego activo, movilidad activa a la escuela y ejercicio estructurado).

3. Los niños pasan la mayor parte de su tiempo fuera sobre el asfalto y muy poco en zonas verdes.

A pesar de que los niños son más activos en las zonas verdes, a penas pasan una pequeña proporción de su tiempo al aire libre sobre la hierba (2% del tiempo monitoreado).

4. Los niños que dejan de ir a la escuela a pie realizan menos actividad física durante su adolescencia.

El tiempo que los niños pasan fuera y la actividad física relacionada que desarrollan al aire libre, disminuye aproximadamente un 25% cuando pasan de la educación primaria a la secundaria. Este descenso en la actividad fuera no se compensa con más actividad dentro. Muy al contrario, la reducción del tiempo al aire libre en la edad infantil contribuye a un descenso en la actividad física durante la adolescencia, tanto en niñas como en niños. Cambiar el camino a la escuela andando o en bici por el coche de los padres es un factor determinante en esta consecuencia.

5. El tiempo fuera con los amigos genera mayores tasas de actividad física.

No está mal jugar solo, pero las conclusiones de este estudio explican que al jugar con amigos los niños hacen mucho más ejercicio.

En la ciudad inglesa de Bristol el apoyo conjunto de las administraciones locales y de los vecinos ha impulsado la iniciativa de cierre temporal de las calles después del colegio. Los resultados del proyecto, que también han sido medidos por el estudio PEACH, son claros: mientras que durante los cierres de calles los niños pasan un 70% de su tiempo en la calle después de la escuela, en situaciones normales, a esas mismas horas, los niños de la misma edad apenas pasan un 20% del tiempo fuera.

Pero no es solo actividad física, no es solo salud. Jugar fuera, pasar tiempo en la calle del barrio, del pueblo, de la ciudad…genera un sentimiento de pertenencia a su entorno que difícilmente se puede generar jugando en casa. 

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