Colaboración, voluntad política y honestidad. Claves en el proceso Ciudades Amigas de la Infancia

17/06/2016 | Ciudades Amigas de la Infancia, Metodologías, guías e indicadores, Participación Infantil, Política Local

Proceso Ciudades Amigas de la InfanciaPepa Luisa Romero, directora de la ZTS Cinturón Agroindustrial de la provincia de Huelva, lleva años acompañando a los municipios onubenses en la puesta en marcha del programa CAI. Los comienzos fueron muchas sesiones informativas, orientaciones, diseños de políticas de infancia y un objetivo: una mejor coordinación en el trabajo por los niños.

“Me di cuenta de la potente herramienta que el programa CAI suponía para la planificación integral y la coordinación a nivel local en al ámbito de la infancia y de la escasa participación de los niños en la vida local”, explica. “Me pareció tan positivo la idea que lo incorporé como un objetivo a medio/largo plazo para implementar en los municipios de mi ZTS”.

Desde entonces, Pepa ha estado involucrada acompañando en el proceso a cinco municipios para convertirse en ciudades amigas (dos de ellos, San Bartolomé de la Torre y Aljaraque, ya lo son). Pepa acompaña en un camino en el que, como cualquier otro, se van presentando dificultades que se solventan con la fórmula del trabajo y el compromiso.

Le hemos lanzado a Pepa algunas preguntas para que nos explique como está siendo el proceso y poder aprovechar así su experiencia en este camino colectivo que el programa Ciudades Amigas de la Infancia.

Estos son algunas de sus recomendaciones:

1. Resaltar la necesidad de compromiso político para que el programa funcione.

En primer lugar, y para despertar el interés en el ayuntamiento hemos elaborado conjuntamente con el concejal y técnico de referencia un documento con  las ventajas que tiene para un municipio ser CAI y hemos convocado una reunión con la corporación al completo y el equipo técnico de UNICEF para explicar el programa y la metodología de trabajo que aporta, resaltando el compromiso político que debe existir”, explica Pepa.

2. Tratar de que la Comisión de Infancia sea una prioridad en la agenda de trabajo de sus participantes

“Una vez existe el compromiso y el interés en el programa, se firma la adhesión al mismo y se designa a un técnico/a municipal que junto con el concejal/a lidere el proceso CAI. igualmente pedimos que cada concejalía o área designe a  un técnico/a para formar parte de la comisión de infancia. Es importante que la comisión de infancia en la primera etapa de trabajo se reúna periódicamente, siempre el mismo día y a la misma hora, para que todos los técnicos puedan incorporarlo en su agenda de trabajo”.

3. Participación y análisis conjunto para elaborar el Plan de Infancia municipal.

Los primeros pasos y tareas de esta comisión suele ser la elaboración del informe de infancia. recogemos información de las distintas áreas y poco a poco el grupo empieza a interactuar, a apropiarse del proceso y a analizar conjuntamente la situación de la infancia en el municipio.  A  la vez que se va poniendo en común lo que hace cada Área municipal en materia de infancia, van surgiendo propuestas de actuaciones, de las áreas juntas. Así casi sin darnos cuenta, se va elaborando el plan.”

4. La puesta en marcha del Consejo de infancia debe adaptar su metodología a la realidad municipal.

En las primeras sesiones de trabajo con los niños se diseña el reglamento de funcionamiento, se les explica cuales serán sus funciones, interactúan con otros consejos para conocer a otros niños que también participan en órganos similares, exponen los temas que les gustarían trabajar etc.

5. Seguimiento y evaluación continuo del Plan de Infancia.

“Una vez aprobado el Plan de Infancia se designa a un equipo que haga seguimiento del mismo, generalmente el mismo equipo que lo ha elaborado y se  calendarizan las reuniones (que ya no son tan periódicas) para que todos conozcan la estrategia de trabajo.”

6. Insistir en marcar el programa como una prioridad.

Si a las reuniones de la comisión de infancia comienza a faltar mucha gente, conviene hablar con los concejales de ese área para volver a recordar que el programa CAI es una “prioridad” para la corporación. Conviene también recoger acta de lo trabajado en cada reunión para que los que no han podido asistir pueda ponerse al día.”

7. El papel del técnico CAI es el de reconducir el trabajo en caso de que la comisión de infancia se desvíe del objetivo.

“Cuando la comisión comienza a trabajar el grupo se hace creativo, interactúa, surgen ideas y nuevas propuestas, pero el técnico CAI debe reconducir el trabajo en caso de desviarse del objetivo.”

8. Honestidad a la hora de elaborar el informe de infancia, es una herramienta constructiva.

“Muchas veces la comisión siente que el objetivo del informe de infancia es para evaluar aquello que no están trabajando, y maquillan los datos e información. Recordarles que es una herramienta de autoconocimiento de la realidad, y que aquello que detectamos que no es tamos haciendo se puede incorporar al plan.”

9. Visibilizar el trabajo por la infancia en el municipio.

Es importante hacer visible todo lo que se está haciendo en el municipio a favor de la infancia, para que sea conocido por todos y para que de este conocimiento surja un interés social por mantenerlo y conservarlo, reavivando la relación entre los distintos agentes sociales implicados.

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